Octubre 2016. El negocio del reciclaje
Según las estadísticas, más del 70% de las personas en España reciclamos. Es evidente que el mensaje "verde" ha calado en la sociedad, pero ¿cómo ha calado en los políticos que gestionan todo esto?.
Hace unos años se incentivaba la devolución de los "cascos", incluso te los pagaban en el punto de venta, para después de un proceso de lavado, poder utilizarse directamente (reutilización). Actualmente nos molestamos en depositar los residuos clasificados según los contendores y los puntos limpios establecidos y comienza una cadena de gestión interminable, desconocida por los ciudadanos y con un consumo energético muy alto por los transportes, tratamientos, etc. Realmente, ¿lo estamos haciendo bien?
La pésima gestión de los Ayuntamientos se ve reflejada en este sector también. Vemos como los contenedores están a rebosar porque no hay servicios de recogida suficientes ni eficientes, cosa que aprovechan algunas personas para recoger los residuos (principalmente papel y cartón) y luego venderlo a la empresa de turno. Estos nuevos "chatarreros" no son como los de antes que se molestaban en ir recogiendo los materiales "sobrantes" de casa en casa para buscar una nueva utilidad. Ahora les facilitamos el trabajo levando los materiales a puntos concretos, ellos se introducen en los contenedores, los destrozan y dejan todo tirado alrededor, perjudicando la imagen de la ciudad.
También los Puntos Limpios son a tratar aparte. Después de molestarte en llevar materiales para reciclar, te puedes encontrar, que no te dejan reciclar por no ser "vecino de la zona", o que solo se puedan recoger residuos de particulares y no de empresas, etc. y todo esto sin facilitar ningún tipo de información previa.
Todos los proyectos se deben acometer con criterios de sostenibilidad y rentabilidad y está claro que lo que hacemos no es sostenible y tampoco repercute en una rentabilidad para la sociedad, porque a nadie nos han bajado los impuestos. Entonces si no es sostenible, ni rentable ¿por qué se hace así?.
Como ejemplo, tenemos el Ayuntamiento de la capital de España, que se ha gastado miles de euros en cartelería e incluso identificando mal algunos contenedores. Tener un barrio limpio no es cuestión de suerte sino de una buena gestión.
David Hernández
Director