Entrevista a David Cagigas Gavira, presidente de Anapat
El pasado mes de noviembre, la Asociación Nacional de Alquiladores de Plataformas Áreas de Trabajo (Anapat) cumplió 20 años desde su fundación, dos décadas dedicadas a velar por los intereses de este sector que ha sido clave en la mejora de la seguridad en los trabajos en altura. Al frente de esta Asociación se encuentra desde enero de este año, David Cagigas Gavira, a quien hemos tenido la oportunidad de entrevistar para conocer su visión de la situación que atraviesa el mercado y los principales retos que deben afrontar actualmente las empresas que le dan vida.
¿Qué retos se marca como nuevo presidente de Anapat?
He estado unos años fuera del mercado español de alquiler de PEMP, por lo que primeramente tengo que informarme bien de la actividad y objetivos de Anapat. A partir de ahí tendré una estrategia de continuidad y de mejora en lo posible. Anapat es una asociación con veinte años de antigüedad en la que el trabajo realizado, con la participación de todos los miembros, debe respetarse.
Personalmente, ¿qué supone para Ud. este nuevo desafío profesional?
Teniendo en cuenta el prestigio y el buen hacer de Anapat, para mí es una gran responsabilidad asumir el cargo de presidente, pero al mismo tiempo una gran ilusión porque desde la Asociación se pueden conseguir muchos logros para el sector.
Por la larga experiencia que tiene Ud. en el mundo de las plataformas y echando la vista atrás, ¿qué ha supuesto el trabajo de esta Asociación para el sector del alquiler de plataformas en España?
El alquiler de PEMP es una actividad con una gran especialización y Anapat ha creado un fondo de conocimiento muy importante para profesionalizarla, ha trabajado mucho para la seguridad de los operadores y ha sido nexo de unión entre los distintos agentes que intervienen en nuestra actividad.
Con la que está cayendo, Anapat sigue incorporando nuevos asociados y patrocinadores, como volvió a quedar de manifiesto en la última Convención. ¿A qué lo achaca?
Como he dicho anteriormente, el trabajo realizado por Anapat está muy bien valorado por las empresas del sector y aunque algunas, por la crisis, han tenido que cerrar y han causado baja, sin embargo otras se han ido incorporando, lo que ha permitido mantener el mismo número de empresas desde el 2008, en el que se alcanzó el máximo. Es más, este mes se superará esta cifra, llegando ya a los 54 asociados.
En términos generales, ¿cuáles definiría Ud. como los principales retos que debe asumir hoy el mercado español de alquiler de plataformas?
El principal reto de nuestro sector es recuperar el prestigio perdido. El alquiler de PEMP es un servicio complejo que requiere de unos procedimientos que garanticen la fiabilidad a nuestros clientes y la seguridad a los operadores. La excesiva bajada de precios que ha provocado la crisis ha traído como consecuencia una minusvaloración del servicio por parte de nuestros clientes que debe ser corregida. Desde Anapat podemos trabajar en esta línea.
Muchos de los problemas que afectan al sector se han achacado tradicionalmente a una sobreoferta de máquina, a un desfase entre oferta y demanda. Bien es cierto que durante los últimos años han salido muchos equipos al exterior. ¿Cree que se ha llegado ya al esperado equilibrio?
Puede ser que aún sobren algunas máquinas, especialmente de algunas familias, mientras que de otras puede que empiecen a faltar. Hay que tener en cuenta que de las máquinas censadas en Anapat se ha producido un descenso de más de 23.000 PEMP. Creo que actualmente es más importante reajustar los parques por modelos.
Para muchas empresas, de diferentes sectores, la salvación en estos momentos pasa por dos vías: la diversificación y/o la internacionalización. Respecto a lo primero, ¿se está logrando reducir la dependencia de la PEMP de la construcción?
Ya hace bastante tiempo que muchas empresas del sector se diversificaron y no tenían dependencia directa de la construcción y de la obra pública. Si no sería impensable que los alquiladores de PEMP hayan podido superar estos seis años de bajadas constantes de volumen de ocupación en construcción.
Y siguiendo por la misma línea… ¿crece el uso de las plataformas en determinados trabajos en detrimento de métodos de acceso más convencionales: escaleras, cuerdas, andamios…?
La PEMP es, sin lugar a dudas, el método más ágil, rápido, fiable y seguro para realizar la mayor parte de los trabajos en altura. Esto no es óbice de que no sea el mejor sistema para algunos de ellos, pero el futuro del uso de las PEMP es brillante.
¿Considera que la Administración y las empresas privadas son ya plenamente conscientes de las ventajas que aportan las PEMP en materia de seguridad? ¿Hay todavía mucho trabajo por hacer en este sentido? ¿Dónde hay aún potencial de crecimiento para estas máquinas?
A pesar de que las estadísticas que tiene la Administración no permiten discriminar claramente qué accidentes de trabajos en altura corresponden a los diferentes métodos, sí podemos decir que desde la Asociación los datos que tenemos es que los accidentes producidos trabajando con PEMP afortunadamente son escasos y teniendo en cuenta que en España cada día hay trabajando más de 15.000 PEMP alquiladas, los índices de siniestralidad son ínfimos. Si a esto añadimos el esfuerzo que desde Anapat y otras instituciones se está haciendo para la formación a los operadores de su uso y manejo, es de esperar que aún haya menos accidentes. Además, las PEMP son máquinas seguras que incluyen un marcado CE en su puesta en servicio y que se mantienen con arreglo a la norma UNE 58921 IN, que garantiza su seguridad a lo largo de su vida útil.
¿Considera que la mencionada diversificación (la búsqueda de nuevos negocios) puede ir en contra de la especialización que han buscado algunas empresas al dar exclusivamente servicio de alquiler de PEMP? Es más, ¿sigue siendo factible la vía de la especialización en PEMP?
Ya hay algunas empresas especializadas en el alquiler de PEMP, que como dije al principio de la entrevista, es un servicio que requiere una gran especialización. De hecho, Anapat es una asociación especializada en empresas que lo ofrecen, bien en exclusiva, o conjuntamente con otros.
Entiendo que la diversificación también puede venir del ámbito de ampliar la cartera de servicios. En este sentido, la iniciativa de Anapat de facilitar a sus asociados ser ‘entidades formadoras’ les abre nuevas líneas de negocio, ¿no es así?
Desde luego, el alquilador de PEMP debe dar un abanico de servicios completo en relación a la utilización de las plataformas, y ofrecer formación a los clientes es sin lugar a dudas una buena oportunidad de cerrar el círculo.
En cuanto a la internacionalización, ¿cómo valoraría Ud. la salida al exterior que han emprendido algunas empresas alquiladoras?
La internacionalización es muy compleja y aunque algunos alquiladores lo están intentando, aún son minoría. Pero considero muy positiva la búsqueda y apertura de nuevos mercados por parte de empresas españolas para así exportar nuestro know how y evitar repetir errores ya cometidos.
¿Y cuáles son las principales barreras para estos procesos de internacionalización?
Las principales barreras son las administrativas y culturales, cada país es diferente en cuanto a legislación y a sus costumbres.
A su juicio, ¿cómo debería hacerse esta salida a nuevos mercados (mediante partners locales, creando estructura propia, trasladando maquinaria de un país a otro, comprando en el país de destino nuevas unidades, mediante joint ventures con otras empresas españolas…)?
Suele ser mejor buscar acuerdos de colaboración con empresarios nativos, aunque a veces ir de la mano de una empresa española que tenga que realizar un gran proyecto puede ayudar a dar el salto.
¿Qué regiones del mundo ofrecen hoy mejores oportunidades para las empresas españolas de alquiler de PEMP?
Si tenemos en cuenta los movimientos de nuestras empresas asociadas, diríamos que Marruecos, Emiratos Árabes, Chile, Brasil y Colombia.
Por último, ¿cómo espera que sea el 2014 para el sector del alquiler de plataformas y para la economía en general?
Espero que de verdad se produzca el punto de inflexión de la economía, aumenten las inversiones y de una vez fluya el crédito.
