K·Line, un partner de confianza para el sector de la construcción Industrializada
Unas carpinterías accesibles, ese sigue siendo el principal objetivo de K•Line desde su creación. La apuesta por la industrialización de la ventana de aluminio ha permitido democratizar y hacer uno de los productos más competitivos del mercado, y todo ello con una garantía de hasta 10 años.
Todas las carpinterías K•Line están dotadas de los máximos niveles de aislamiento, probadas y verificadas en sus centros propios, respondiendo así a las nuevas exigencias de ahorro energético y a la permeabilidad al aire que exige la normativa actual.
- Aislamiento térmico: hasta Uw 0,84 W/m2.k.
- Aislamiento acústico: de 30 a 44 dB (Rw=48dB).
- Clasificación AEV (A*4).
Vivienda industrializada con ventanas de K·Line. Foto de House Habitat en Barcelona.
Gracias a una cultura de innovación continua y un concepto de producto único, la ventana K•LINE siempre ha destacado por su rendimiento, hasta el punto de imponer en el mercado un novedoso estándar de ventana. Son aportaciones destacadas de K•Line numerosos avances tecnológicos, como:
- La hoja oculta.
- La bisagra oculta con apertura de 180º en canal 16.
- La hoja respirante.
- El sistema de decoración para puertas de entrada Graphik System.
- La aplicación Smart Home de K•Line, que permite tener todas las carpinterías conectadas en un único dispositivo.
K•Line, diseña, desarrolla y fabrica sus propias series de ventanas y puertas, desde su proyección hasta el producto final acabado y a punto de instalar, investigando constantemente para obtener las mejores prestaciones del producto y rendimiento de los materiales: aluminio, ABS + poliamidas, gomas, herrajes, accesorios, manillas, etc.
Las ventanas y puertas K•Line resultan ideales para el sector de la construcción industrializada, dado que se entregan totalmente acabadas y equipadas, a punto de instalar, por lo que su ensamblaje en los módulos pre-construidos resulta sumamente sencillo, aportando una máxima eficiencia energética a la construcción.
Control total de la producción y el producto
El Grupo Liebot, al que pertenece K•Line, fundado en 1745 y con 279 años de historia familiar y 11 generaciones de trabajo ininterrumpido, cuenta con una planta de extrusión de aluminio, la factoría EX’AL… con un sistema de producción 4.0 altamente automatizado, exclusivo en el mercado, que consume un 50% menos de energía, y que provee de perfilería de aluminio a las 7 plantas de producción de K•LINE distribuidas entre Francia y España.
Asimismo, el Grupo Liebot junto al Grupo Fineiral han puesto en marcha el proyecto de fábrica Coralium, que se encargará de clasificar y procesar los tres tipos de residuos de aluminio para producir tocho de aluminio puro, desde restos de producción y carpinterías al final de su vida útil, logrando así una economía circular, cumpliendo con los objetivos marcados en el plan de sostenibilidad K•LINE Planet. La primera fundición está prevista para enero de 2025.
El aluminio es uno de los materiales más respetuosos con el medio ambiente a lo largo de todo su ciclo de vida. Se obtiene a partir de la bauxita, tercer recurso natural más abundante del planeta. El 50% de la energía utilizada para su transformación y forja es hidroeléctrica, o sea, energía renovable que no emite gases de efecto invernadero. Hay que recordar que el aluminio es un material 100% reciclable, casi indefinidamente, sin degradarse sus propiedades, y que por su valor cuenta con sus propias cadenas de reciclaje, que hoy en día reutilizan el 95% del aluminio de los edificios al término de su ciclo vital.
En los próximos 10 años, el objetivo K•Line es producir tanta energía como la que consume. Esto significa, ante todo, reducir el consumo actual de energía y hacer la transición a otras fuentes de energía, además de ofrecer productos 100% reciclables y desmontables, creando redes locales de reutilización y reciclaje o estableciendo vínculos con ellas.
Todo el proceso de fabricación y ensamblaje se realiza en las propias factorías, obteniendo un control total en la producción y el producto, con ventanas y puertas dotadas de una etiqueta de garantía identificativa que, mediante un código QR, permite obtener todo el historial de la trazabilidad del producto instalado: desde la fecha de fabricación hasta la garantía de 10 años con la que está dotado el producto: rendimientos, tipos de vidrio, referencias de color, certificados, etc, ...
En K•Line también han sido pioneros en la creación de un configurador BIM bajo el entorno Autodesk-Revit, que contiene una biblioteca con la totalidad de la extensa gama de ventanas, puertas, gamas de colores, planos, secciones técnicas, rendimientos, etc. Esta herramienta permite obtener una ventana 100% fabricable, ideal para arquitectos, ingenieros, contratistas y técnicos relacionados con la construcción.
Además, la firma dispone de planes formativos exclusivos para sus distribuidores oficiales, creados con la finalidad de que el personal operativo pueda ampliar y mantener al día sus conocimientos en los campos relacionados con su actividad profesional con K•Line, con formaciones continuas y específicas a nivel técnico, comercial y de instalación
El gran abanico de productos del que dispone la compañía permite adaptarse a cualquier necesidad: ventanas practicables oscilobatientes, correderas de 2 o 3 raíles, ocultas en la tabiquería, minimalistas, estructures especiales y compuestas, puertas de entrada, domótica, elementos de protección solar, etc.
El futuro de la marca en España es prometedor y coincidiendo con su 25 aniversario han anunciado una nueva fábrica en España, operativa a finales del 2026. Estará ubicada en Lliçà de Vall (Barcelona) y permitirá triplicar la producción actual española.