NOVOPERFIL visita el Campus Tecnológico de Cortizo
El pasado mes de septiembre, se inauguraba oficialmente el Campus Tecnológico de Cortizo, un complejo que tiene el objetivo de ser un referente internacional de ingeniería de fachadas. Este Campus se compone de tres edificios que ocupan una superficie de 25.000 m2 en Padrón, A Coruña. NOVOPERFIL e Interempresas Media hemos tenido la oportunidad de ser los primeros medios en visitar las nuevas instalaciones, acompañados de Javier Figueroa, director de marketing de Cortizo, y Alberto Freire, responsable de proyección del Campus. Tras la visita, conversamos con ellos sobre los objetivos y perspectivas de esta nueva iniciativa de la multinacional gallega.
Cortizo ha inaugurado recientemente su Campus Tecnológico. ¿Qué objetivos persigue este Campus?
Javier Figueroa- El objetivo primordial del Campus es el desarrollo a medida de envolventes arquitectónicas para cualquier edificio, de cualquier complejidad, en cualquier parte del mundo.
La idea surgió de la falta de espacio que teníamos en nuestras instalaciones, pero también de una necesidad, el desarrollo de profesionales especializados en el ámbito de las envolventes de fachadas. La palabra “Campus” define la vocación académica de este proyecto que pone el foco en la formación. Arquitectos e ingenieros sénior se ponen al frente de equipos que estudian las envolventes a medida para diferentes proyectos en todo el mundo. Junto a ellos, los titulados júnior adquieren conocimientos específicos del ámbito de las fachadas para, una vez concluido el proyecto, asumir la condición de sénior y capitanear nuevos equipos que seguirán transmitiendo ese conocimiento.
¿Cómo habéis estructurado el Campus?
JF - El Campus Tecnológico Cortizo consta de tres edificios, con una superficie de unos 25.000 metros cuadrados en total.
El primer edificio es el de investigación. Aquí se aloja toda el área de I+D+i, así como el showroom de cerramientos más grande del país, una exposición de 2600 m2 en la que mostramos una selección de los principales sistemas de ventanas, puertas, fachadas, barandillas y protección solar adaptados a las realidades constructivas de los casi 90 países en los que operamos. Al igual que en todo el Campus, el showroom también lleva impregnada esa proyección internacional.
En el edificio de investigación se incluye el área de I+D+i y el showroom de cerramientos. Foto: Cortizo.
El segundo edificio, y quizás el más importante, es el laboratorio, donde se albergan diversos bancos de ensayos para demostrar que lo diseñado por los ingenieros en el edificio de investigación tiene una práctica real, unas prestaciones idóneas. En él se testan nuestras fachadas y sistemas de cerramiento frente a los condicionantes más extremos teniendo en cuenta las exigencias normativas tan diversas de los países en los que estamos presentes. No es lo mismo, por ejemplo, una fachada desarrollada para Chile, donde puede haber terremotos, que para Florida, donde va a estar expuesta a los efectos de los huracanes. En los ensayos podemos simular cualquier tipo de condicionante, desde las lluvias y vientos extremos a movimientos sísmicos. Además, el ensayo de impacto, por ejemplo, único en el país, nos permite evaluar el comportamiento de la fachada o ventana frente al impacto de los objetos que se pueden desprender en caso de un huracán y que acaban volando y golpeando contra el cerramiento.
El tercer edificio es el social. Quisimos realizar un proyecto amable con los trabajadores que nos facilitara la captación de talento. Al fin y al cabo, estamos en Galicia y queremos crear unas condiciones de contratación atractivas para nuestro ámbito de actuación, que es relativamente pequeño. En este edificio se alberga un gimnasio, salas de esparcimiento, un auditorio con capacidad para casi 300 personas, restaurante y también aulas para impartir formaciones, tanto internas como externas, a clientes, arquitectos y universidades, entre otros.
Alberto, hablando de tu ámbito como responsable del área de Proyección del Campus ¿cómo lo vais a estructurar?
Alberto Freire- Al igual que hablábamos antes de que la palabra Campus va vinculada a esa transmisión de conocimiento interno entre los profesionales sénior y las nuevas generaciones que se incorporan a la empresa, queremos extender ese foco formativo también de puertas hacia afuera. Por supuesto, cualquier persona que trabaje en Cortizo va a estar, siempre, a la última en las novedades de producto que se desarrollen, en los tratamientos, en el proceso productivo... Se van a hacer formaciones continuas, pero no solo para nuestra gente, sino también de cara al exterior, con cursos específicos para nuestros clientes, los carpinteros, los fabricantes de ventanas, los instaladores, los fachadistas, porque ellos son los que van a fabricar los productos que se diseñan en este edificio. Se pueden organizar formaciones para saber cómo se ejecuta la fabricación de una nueva ventana o una nueva fachada que se lance al mercado. También se pueden impartir formaciones sobre ensayos para casos concretos. Por ejemplo, una empresa portuguesa que trabaje mucho en Francia, puede recibir formación sobre las certificaciones que estamos desarrollando para que ese producto pueda instalarse correctamente en los proyectos de vivienda que esté ejecutando en París.
Habría también una tercera vinculación en el ámbito formativo, dirigida a arquitectos, con formaciones específicas en el ámbito de los cerramientos y en nuestros productos, en concreto. Sin olvidarnos de los estudiantes, de las futuras generaciones de arquitectos, arquitectos técnicos e ingenieros y todas las ramas de conocimiento relacionadas con el diseño de envolventes.
El impulso por un desarrollo sostenible en todos los ámbitos de nuestro día a día va a ser una exigencia a corto plazo. ¿Cómo se traduce este respeto por la sostenibilidad en este espacio, tanto en las edificaciones del propio complejo, como en las actividades que se desarrollan en el mismo? El hecho de construir el Campus en un entorno rural, ¿también ha tenido que ver con este propósito?
AF- El día que inauguramos el Campus, recibimos la noticia de que había logrado la certificación BREEAM Excepcional, la máxima categoría de este sello europeo de arquitectura sostenible. Estamos a la espera de conocer el resultado de LEED, el sello americano. Hemos buscado la doble certificación en respuesta a nuestra vocación internacional. Para llegar a este punto fue necesario apostar por una arquitectura sostenible y muy respetuosa con el entorno rural en el que nos encontramos. No estamos en una gran ciudad, no queríamos hacer una torre de ocho plantas. Desde el primer momento, se concibió un complejo que se integrara en el entorno y que tuviese muy en cuenta los materiales empleados.
El catálogo de soluciones sostenibles utilizadas en el Campus es extenso, empezando por el aluminio que, evidentemente, es el protagonista. Toda la envolvente se ha fabricado con nuestro sistema de fachada modular, con aluminio 100% reciclado a partir de nuestro tocho Infinity, producido en nuestras propias fundiciones y que se obtiene a partir de chatarra posconsumo; ventanas, fachadas, puertas o cualquier producto posconsumo que haya sido recuperado una vez finalizada su vida útil. El material se recupera, se clasifica en nuestros centros de reciclaje y se convierte de nuevo en tocho, que es la materia prima con la que después se extruyen los perfiles. Este aluminio se ha empleado para construir la envolvente de todo este edificio. Los techos absorbentes también se han confeccionado con materiales reciclados. Además, hemos potenciado el uso de materiales de proximidad, que estuviesen a menos de 150 km de nuestro entorno, para reducir las emisiones. Esta arquitectura cuidada y comprometida con el medio ambiente ha sido reconocida también con el Premio BREEAM ES Nueva Construcción.
¿Qué otras estrategias sostenibles habéis incorporado al Campus?
AF- El Campus Tecnológico Cortizo cuenta con Etiqueta A, la máxima calificación de eficiencia energética y emisiones de CO2. Apuesta por una envolvente de grandes prestaciones como elemento constructivo clave, instalando un muro cortina sobre el que se superpone una doble piel de lamas de aluminio, garantizando así un elevado aislamiento térmico y acústico y fomentando la entrada de luz natural.
Cabe destacar que los tres edificios generan más energía de la que consumen, incorporando en sus tejados una instalación fotovoltaica de 1.654 paneles que produce 1.104 MWh anuales, frente a los 750 MWh de consumo estimado, generándose un excedente energético que se vierte a la red de Cortizo para su aprovechamiento en la actividad industrial.
Además, para disminuir la demanda energética, dispone de equipos de climatización de alta eficiencia y de iluminación led. Su encendido, apagado o regulación de intensidad se realiza de forma automática en función de la luz natural que penetre desde el exterior. También se aprovechan las aguas pluviales, con un aljibe que recoge esa lluvia para reutilizarla en el riego y en los sanitarios.
En cuanto al diseño de las áreas de trabajo, se plantearon espacios diáfanos que potencian el bienestar físico, cognitivo y emocional de los usuarios.
El complejo se rodea de 46.000 m2 de zonas verdes en las que se crearon áreas de sombreo mediante la plantación de más de 100 especies autóctonas de bajo consumo hídrico. Además, se han mantenido todos los árboles existentes con especial protagonismo para los robles centenarios que rodean la parcela, siendo trasplantados con éxito aquellos que ocupaban la zona de edificación.
Ese y otros aspectos se han focalizado en este proyecto sostenible, en el que también hemos buscado que fuese muy cuidada su construcción. Si aspiramos a convertirnos en un referente en el desarrollo de soluciones sostenibles para la arquitectura, debemos predicar con el ejemplo.
Es obligado que os pregunte por lo que vendrá a partir de ahora. ¿Qué proyectos de futuro tenéis?
JF- Los proyectos de futuro se basan en el desarrollo de envolventes a medida. Actualmente estamos desarrollando diversas torres en todo el mundo, como el hospital de Massachusetts. También se acaba de inaugurar las Green Towers, en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, en la que hemos participado, y se están finalizando las Torres Halletts Point de Nueva York. El futuro pasa por la internacionalización y la creación de envolventes en cualquier parte del mundo.
AF- A nivel de marca, la inauguración del Campus supone también un antes y un después. Hasta ahora Cortizo era muy reconocida en el sector como como industria y como sistemista. A partir de ahora, pasa a ser una ingeniería respaldada por una gran industria con una trayectoria consolidada de más de 50 años.
Desde el punto de vista productivo, ya teníamos cerrado el círculo, porque contábamos con todo el ciclo: fundición, extrusión, lacado, anodizado, ensamblado de rotura de puente térmico y la fabricación de las juntas, herrajes y demás componentes y accesorios. Ahora buscamos complementar esa industria con este nuevo paso en la ingeniería y, al igual que hacemos en la producción, con una proyección mundial. El año pasado llegamos por primera vez a Australia, con lo que oficialmente ya podemos decir que estamos en los cinco continentes. El objetivo es que esa proyección internacional siga creciendo, sin olvidar, evidentemente, nuestras raíces.
De hecho, este propósito de internacionalización persigue que el Campus Tecnológico no solo sea un polo de innovación, sino también un proyecto de migración inversa. Como todos sabemos, Galicia hasta los años ochenta fue tierra de emigración. Los hijos de esos emigrantes que fueron a trabajar a Suiza, Francia, Bélgica, Inglaterra, Alemania… son nativos en sus idiomas de adopción, tienen una visión internacional de la cultura y la sociedad y, además, algunos cuentan con una formación en los ámbitos que tratamos en el Campus, ya sea en arquitectura, en ingenierías, comercio, marketing... Pueden aportar una visión internacional y tiene la oportunidad de volver y desarrollarse en un gran proyecto en su casa, no necesitan ir a la gran metrópoli.
JF- Aunque Padrón haya crecido y tenga ya 8.000 habitantes y esta sea una zona bastante industrial dentro de Galicia, este es un ámbito todavía rural. Queremos dar oportunidades para que cualquiera que esté estudiando arquitectura o carreras afines tenga la posibilidad de desarrollarse y ejercer una labor profesional en su propia tierra y en un ámbito muy concreto, ya que no existe ninguna ingeniería específica de envolvente de fachada.