Las ventajas competitivas de la ventana de madera
6 de mayo de 2011
José Palacios, gerente de Asoma, fue el encargado de presentar a los asistentes la asociación y su Campus Profesional, un proyecto divulgativo e itinerante, que este año se propone promocionar la ventana de madera en numerosas capitales españolas; entre ellas Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca, Bilbao, Logroño y Sevilla.
Óscar Taboada, gerente de TCM y presidente de Asoma, inauguró el evento, haciendo hincapié en que la asociación está a disposición de todos los profesionales ligados a la edificación y la rehabilitación que deseen o necesiten información sobre la ventana de madera o de madera-aluminio; “una tipología de cerramiento competitiva que cumple con holgura las exigencias del Código Técnico de la Edificación”.
Marcado CE y CTE
Javier Subías, responsable de Calidad del Grupo Carinbisa, fue el encargado de informar acerca de la relación de la ventana de madera con el Marcado CE, pasaporte técnico obligatorio para los fabricantes de ventanas desde el día 1 de febrero de 2010, y el Código Técnico de Edificación (CTE).
“En España estábamos situados en unos valores térmicos muy altos, en torno a 5,6 de transmitancia térmica”, recordó. El objetivo en toda Europa es rebajar progresivamente ese valor U hasta un 1,5. Ahí la madera demuestra su ventaja competitiva, porque es “un material aislante por naturaleza; el mejor aluminio del mercado alcanza un valor U de 1,8”.
Asimismo, se espera del cerramiento que garantice un correcto aislamiento acústico, combinado con una adecuada permeabilidad al aire, “para lo cual es esencial un diseño, un sellado y una colocación de calidad”, apuntó Javier Subías. Dado que, además, el CTE exige también la aireación en las estancias, la industria busca una solución global que cumpla con la normativa. La madera, único material ecológico al cien por cien, es la solución más eficaz, limpia y barata para lograrlo”.
Erradicado el mantenimiento
Juan José Hoyo, técnico de Ingeniería de Procesos en Akzo Nobel Coatings, defendió en Barcelona que “los barnices al agua ofrecen al fabricante de ventanas de madera las máximas prestaciones, con un mantenimiento mínimo”, con lo que pasaron a la historia aquellos tiempos en que restaurar una ventana era “complejo y costosísimo”.
“Hoy ha mejorado mucho el diseño de la carpintería, y se han desarrollado los productos afines como son los selladores e impermeabilizantes, entre otros, garantizando al cerramiento de madera una mayor resistencia a los rayos ultravioleta, protección frente al sol, la humedad y otros agentes y, en definitiva, la seguridad y comodidad del usuario”, explicó Juan José Hoyo. “Además, apostar por la ventana de madera, permite al prescriptor elegir el acabado entre infinitos colores, opacos o translúcidos, en una aplicación del barniz en fábrica, es decir, controlada”.
Cualquier ventana de madera fabricada por los miembros de Asoma asegura a su cliente alta durabilidad y mínimo mantenimiento, lo que se traduce a una media de 50 años de vida útil y una garantía de 10 años. Acabadas con barnices al agua, estas ventanas presentan una toxicidad mínima, sin menoscabo de su eficacia. “Junto al barniz evoluciona la propia madera”, concluyó el técnico de Akzo Nobel Coatings. Las maderas técnicas, seleccionadas, clasificadas y mecanizadas a la medida de las necesidades del industrial, auguran un prometedor futuro para este sector”.
La rehabilitación, vía de futuro
En un escenario en que la obra nueva está estancada en toda España, la rehabilitación de viviendas y edificios singulares se adivina como la vía lógica de trabajo para los fabricantes y prescriptores de cerramientos. Joan Vilà, aparejador y formador de ciclos formativos de la industria de la madera, realizó en el Campus de Asoma una exposición adornada con numerosos ejemplos gráficos de la rehabilitación de edificios antiguos en Cataluña.
El ponente destacó la importancia del perfil laminado de madera, “como garantía de estabilidad de la ventana, que además permite elegir diferentes especies para ambas caras”. Para Joan Vilà, “la madera ofrece infinitas opciones en acabados, sistemas y prestaciones a un arquitecto siempre ávido de poder elegir y crear en sus proyectos”.
La única ventana verde
Como cierre de esta primera convocatoria del Campus Profesional Asoma, José Palacios, defendió la ventana de madera como “elemento esencial en la eficiencia energética de un edificio. Es el material ideal, si atendemos a la normativa vigente y venidera. Gracias a ella ahorraremos entre un 7 y un 18% en las facturas de la luz y la calefacción”.
El gerente de la Asociación Española de Fabricantes de Ventanas de Madera y Mixtas Madera-Aluminio analizó brevemente, junto a su auditorio, el ciclo de vida de una ventana de madera, comparándolo con el de cerramientos fabricados con otros materiales, llegando a la conclusión de que “la ventana de madera es la única ventana verde, porque demanda menos energía al ser fabricada, y porque garantiza la menor pérdida de energía durante su uso”.