Panel Omega Zeta: una innovadora propuesta en arquitectura
2 de mayo de 2011
Circa, empresa de la Corporación Omega Zeta, ha creado este panel que destaca también por su formato exterior, adaptable a múltiples medidas y presentado con texturas personalizables en forma, diseño y colores para una mayor libertad creativa en el diseño del entorno. El panel ha sido diseñado también para facilitar su aplicación en la construcción, ya que se puede configurar su tamaño de 50x50 centímetros a 220x300 y cuenta con un sistema de fijación fácil, rápido y preciso, combinable con estructuras y materiales tradicionales. Por otra parte, se trata de un producto 100% reciclable, que permite ahorros energéticos y de emisiones de CO2 de entre el 50% y el 80%.
En busca de mejores soluciones constructivas
La compañía española Circa cubre todas las fases del desarrollo del panel, incluyendo su diseño, producción, acabado y puesta en marcha. Para ello cuenta con un departamento integrado por ingenieros químicos, electrónicos, informáticos y robóticos responsable de todos los procesos. La firma realiza otras actividades, como la construcción de la maquinaria y el desarrollo de sistemas automatizados para la producción del panel Omega Zeta y la investigación y desarrollo de innovaciones relacionadas con este producto.
I+D como estrategia competitiva
La compañía Circa está sumergida en un ambicioso proyecto de investigación en nanotecnología en colaboración con diferentes centros tecnológicos. Fruto de ello es la utilización de nanopartículas, coloides y micropartículas en el proceso de fabricación del panel Omega Zeta. Esto permite mejorar de forma sistemática el ciclo de vida del producto, ofreciendo un valor añadido a nivel estético y logrando reducir el consumo de energía en todas sus fases
Características técnicas del panel Omega Zeta
• Cerramiento ligero de fachada, suelo técnico y otras aplicaciones (3 cm de espesor).
• Micromortero de alta resistencia.
• Pretensado bidireccional.
• 100% impermeable.
• Resistencia al fuego A1.
• Gran diversidad de texturas.
• Pigmentado en masa.
• Obra seca.
• Aislamiento bioclimático.
• 100% aislante eléctrico.
• Proceso industrial 95% automatizado y robotizado.
• Sistema constructivo adaptable a cualquier medida de panel: de 50 x 50 cm a 220 x 300 cm.
• Fijación a la estructura de acero ligero galvanizado sencilla, rápida y precisa.
• Junta vista clásica y al hueso, o sellada y pigmentada.
• Procedimiento mecánico de fijación mediante kit Omega y perfiles Zeta.
• Arquitectura sostenible e innovadora.
• 100% reciclable.
• Del 50 al 80% de ahorro energético.
• Del 50 al 80% de reducción de las emisiones de CO2.
• Sin mantenimiento del edificio.
Ventajas constructivas:
• Libertad de diseño.• Alto nivel de aislamiento térmico y acústico.
• Mayor superficie útil.
• Mayor rapidez de ejecución en obra.
• Combinable con estructuras, sistemas y materiales tradicionales.
• Control estricto de calidad en fábrica y en obra.
• Construcción sostenible.
• Fachada ventilada.
• Sin condensaciones ni humedades.
• Ampliación de edificios en altura (remontas).
• Obra seca.
• Posibilidad de cortar el panel en obra.
• Colocación vertical u horizontal.
• Cerramiento de fachada independiente a los movimientos de la estructura por asentamientos y sobrecargas.
• Independencia entre el cerramiento de fachada y el cerramiento interior, aislamiento e instalaciones generales.
• Permite rehabilitar la fachada sin causar molestias en el interior y convertirla en una fachada ventilada.
• Cumple criterios de industrialización, ligereza y economía.
Algunos proyectos que han recurrido al panel Omega Zeta
Nueva biblioteca de la Facultad de Comunicación de la Universidad Blanquera. De Vega, Verdaguer y Villafañe Arquitectes, S.L.P.
Para Àlex Verdaguer, uno de los responsables de este proyecto, la biblioteca debía, por una parte, convertirse en el principal elemento visual de la Facultad de Comunicación, con una fachada muy estrecha a la calle y, por tanto, con poca visibilidad hacia el público en una zona muy rica en contenidos (Macba, CCCB, Universidad de Barcelona…). Por otra parte, el edificio tenía que responder a un entorno urbano de alta densidad de habitantes que utilizan la vía pública a cualquier hora del día.
“El edificio se cierra hacia el exterior con dos fachadas completamente distintas —explica Verdaguer—. La fachada que da a la nueva plaza es una superficie acristalada que produce reflejos dorados con la luz del sol y que por la noche se convierte en una gran fuente de luz. La fachada que sirve de acceso al edificio, en cambio, es un gran lienzo oscuro, con una única obertura de entrada, que gira en las esquinas y cubre una parte importante de los laterales. Este lienzo, aparentemente continuo, está formado por paneles Omega Zeta, con los que hemos conseguido mantener la condición de masividad e impenetrabilidad que se pretendía. La posibilidad de perforar los paneles nos permite ventilar e iluminar los espacios interiores con una piel aparentemente continua”.
Los paneles Omega Zeta, por su cualidad de mortero armado de gran dureza y perfecto acabado, permitieron llevar la fachada ventilada hasta la planta baja del edificio, pudiendo dar la continuidad deseada a la piel del edificio. Con el tintado en masa de los paneles se consiguió “una ligera destonificación de los mismos, por lo que la fachada obtuvo una vibración muy interesante, proporcionando superficies más complejas que las que se ensayaron con otros materiales prefabricados. Finalmente, podemos destacar que el sistema de fijación de los paneles, con su trama horizontal y vertical de perfiles de acero galvanizado, resulta lo suficientemente ordenado como para dejarla vista desde el interior del edificio en las zonas en las que dispusimos vidrios para ventilar e iluminar”.
'L’Ecoedifici' de La Vola es un proyecto diseñado y pensado desde el convencimiento, tanto por parte del arquitecto como por parte del promotor, de que la aplicación de los conceptos de sostenibilidad serán las claves de los edificios del siglo XXI. El proyecto fue diseñado buscando el mayor ahorro energético tanto en la producción de los materiales usados como en el uso posterior del edificio.
El edificio tenía la voluntad de ser el reflejo arquitectónico de la empresa promotora en cuanto a sus valores ambientales y de responsabilidad social. El promotor, con varias áreas de actuación (todas ellas relacionadas con el medio ambiente) y con los medios económicos de una pequeña empresa, quería construir el mejor edificio ecológico que pudiera asumir. “El resultado ha sido evaluado a lo largo de los años obteniendo un ahorro de un 60% en consumo de agua y un 24% en consumo de energía eléctrica respecto a un edificio de oficinas convencional equiparable”, explica Miquel Sitjà, de Ecosit Arquitectes. “En este edificio —continúa— los paneles Omega Zeta permitieron construir una fachada multicapa muy eficiente energéticamente, con cierta inercia y resistente en la capa exterior. Los paneles de hormigón bitensado, formalizados con medidas más pequeñas, permitieron establecer una visualización más urbana e integrada en el entorno arquitectónico inmediato dando al edificio una personalidad propia sin estridencias. La posibilidad de personalizar el formato de las texturas y su color dieron versatilidad para poder elegir. Al estar compuestos de paneles prefabricados sobre estructuras metálicas autoportantes disminuyeron enormemente los residuos de la construcción en obra. De la misma forma, cuando el edificio acabe su vida útil, la deconstrucción podrá efectuarse separando ordenadamente los diferentes tipos de materiales”.
Las baldosas que se han colocado en la Plaza Wagner-Llongueres, forman parte de un trabajo que se completará con una escultura de cuatro metros de altura del renombrado artista Ricard Vaccaro y han sido creadas con el panel Omega Zeta de Circa. Las baldosas presentan unas medidas de 3 metros de largo por 40 centímetros de ancho. “En ellas, hemos querido transmitir la pincelada del artista al hormigón trabajando el trazo con acero corten, un material que consigue en pocos días un tono pictórico y a la vez escultórico. Asimismo, hemos introducido el nombre de los compositores y de algunas de sus composiciones y personajes como elemento plástico, realizándolos con acero inoxidable. La distribución de estas piezas en la plaza representa las partituras desordenadas en la mesa de trabajo de los músicos”, explica Rosa Clotet, del estudio arquitectónico.
La adaptabilidad del panel ha permitido dar forma a estos elementos, incorporando la sensibilidad artística de su creador en un formato de alta resistencia, mínimo deslizamiento y fácil instalación. “Se trata pues de un innovador recurso que añade un carácter distintivo a este espacio del barrio de Sarrià-Sant Gervasi; un emplazamiento en el que el hemos ha realizado una amplia reestructuración, creando una agradable plaza pública y un parking con las más avanzadas tecnologías”, concluye Clotet.
La Plaza Francesc Macià es uno de los nudos más singulares del Eixample de Barcelona, un distrito formado por una gran cuadrícula regular de calles longitudinales iniciada a finales del siglo XIX y terminada en el XX. Los edificios de la plaza fueron construyéndose en tiempos distanciados creando un espacio anárquico en cuanto a tipologías formales. Montse Valls, del equipo de arquitectos del proyecto, comenta que “el edificio objeto de esta rehabilitación corresponde a los años 70 y fue destinado mayoritariamente a viviendas, excepto en la planta baja y primeras plantas donde se ubicaron locales comerciales y oficinas. La arquitectura realizada no aportó más valores que la integración formal en la trama urbana”.
El proyecto de rehabilitación se condicionó a una actuación conservadora, dirigida especialmente al mantenimiento. “El panel Omega Zeta aportó una gran mejora en el comportamiento frente a las agresiones medioambientales y urbanas en una zona con un gran caudal de tráfico rodado. Las características en cuanto al aislamiento térmico y acústico del material, produjeron además un significativo aumento del nivel de confort”, añade Valls.
Otra aportación fundamental fue la flexibilidad del panel Omega Zeta para adaptarse a las exigencias formales del proyecto. Desde el tratamiento del color hasta el despiece de las placas, pasando por la facilidad de colocación en un entorno especialmente complejo. “Las consecuencias de este esfuerzo en común —prosigue la arquitecta—, permitieron llevar a cabo un proyecto, que a pesar de su aparente sencillez, conllevaba una especial complejidad. El resultado fue excelente en todos los sentidos, consiguiendo revalorizar y prestigiar no sólo el edificio, sino todo su entorno urbano”.