Láminas de protección solar, una solución barata y eficaz
28 de febrero de 2011
Las recomendaciones sobre iluminación de espacios para usos de oficinas y consultorios médicos dadas por la Comisión de la Unión Europea sitúan valores apropiados de referencia en el rango de 300 a 500 luxes. Los estudios de las condiciones de comodidad revelan que la temperatura de confort puede variar entre 26 y 22 °C, con una tolerancia de +/- 2 °C. En el caso de una estancia interior, es necesario tener en cuenta que los edificios tienden a calentarse de forma espontánea a una temperatura media de 2 a 4 °C superior a la temperatura media exterior, con una oscilación diaria muy inferior, debido a las ganancias térmicas producidas por la temperatura de los ocupantes, el alumbrado y los aparatos eléctricos, a lo cual hay que sumar a la ganancia solar debida al efecto invernadero que produce el acristalamiento, pues el vidrio transparente deja pasar la radiación solar directa e incluso difusa, impidiendo a la vez su salida. Esto genera incrementos en el consumo de energía del edificio, pues los equipos de refrigeración instalados deben trabajar más para compensar ese sobrecalentamiento producido por el efecto invernadero.
Láminas de control solar
El vidrio ordinario deja entrar no sólo la luz, sino también el calor en los espacios interiores. Las superficies acristaladas orientadas al sur, al oeste y, sobre todo, los techos acristalados, son especialmente problemáticos. Para evitar este tipo de problemas, la lámina solar es la solución que menos modifica las cualidades estéticas del edificio, al tiempo que se trata de una solución muy económica.
El acondicionamiento ambiental pasivo, esto es, las láminas metalizadas de protección solar y ahorro energético que se aplican sobre el acristalamiento, únicamente permiten el paso de menos del 20% de la energía solar causante del calor, es decir, reducen drásticamente la ganancia de calor a través de los acristalamientos. Otro efecto es que, en invierno, con temperaturas exteriores bajas, el efecto reflectante de las láminas de protección solar contribuye asimismo a reducir la pérdida del calor interior producido por la calefacción.
Las láminas de protección solar, aplicadas a los acristalamientos del edificio, permiten aproximarse a la temperatura de confort con un menor consumo de energía, pues reducen de forma drástica el calor que se produce por el efecto invernadero, evitando las diferencias de temperatura entre las zonas próximas a los cristales y el resto de la estancia, sin bloquear (en general) de forma apreciable la iluminación natural, y sin los inconvenientes que las superficies acristaladas sin tratamiento comportan.
Características
Las láminas de protección solar reducen las diferencias de temperatura en zonas distantes dentro de un mismo local. Se reduce el número de puntos fríos y calientes, al ser la temperatura más homogénea. Aprovechan mejor la luz natural. En muchos casos, no será necesario correr las cortinas, ni mantener los puntos de trabajo alejados de las ventanas. La eficiencia laboral aumenta, ya que el ambiente se hace más confortable.
Reducen los costes energéticos, dependiendo del tipo de lámina y su calidad, hasta un 50%, sobre todo en refrigeración. Como efecto secundario, prolongan el tiempo de vida de los equipos de aire acondicionado, que realizan menos esfuerzo de trabajo, lo que a su vez reduce los costos de mantenimiento.
Evitan el deslumbramiento y la fatiga ocular. La eficiencia laboral aumenta, ya que el lugar de trabajo se hace más confortable. Contribuyen, asimismo, a disminuir las emisiones de calor de los equipos de climatización.
Composición
Tomando como ejemplo una lámina de Madico, uno de los más reputados fabricantes internacionales de este tipo de productos, que en España son comercializados por la empresa Lamisol, vemos que cada lámina de protección solar está formada, básicamente, por una capa de grueso microscópico (llamada deposición) de metal, situada entre dos láminas de politereftalato. Esta lámina tiene la propiedad de rechazar o transmitir selectivamente diferentes porciones del espectro solar, siendo reflectiva especialmente en el rango infrarrojo. Una de las dos láminas de politereftalato lleva, por la parte externa, una capa de adhesivo con un liner de protección. La otra suele estar recubierta por un tratamiento antiabrasivo.
La instalación es sencilla y se realiza colocando directamente la lámina sobre el cristal, sin hacer ninguna modificación en el mismo. Una vez instalada, no precisa mantenimiento alguno.