Herrajes y cerrajería del siglo XXI
3 de diciembre de 2010
Ya sabemos que en los últimos años se ha producido una sobreoferta en el mercado de los herrajes, y en especial en el mundo de la bisagrería está contribuyendo a una continua caída de los precios. Eso lleva aparejado una reducción de los márgenes comerciales y en algunas ocasiones en una disminución en la calidad final del producto, al tenerse que modificar secciones, acabados o materiales para reducir costes y poder así, sobrevivir.
Sin embargo, en el mercado de renovación el factor precio no es determinante y los clientes finales optan por herrajes específicos, adecuados al uso y de la más alta calidad. No es sencillo realizar una clasificación de la gran variedad de bisagras existentes, pero podemos utilizar tres criterios básicos para conseguir una primera aproximación: destino final, materiales / tecnología empleados y usos específicos.
Atendiendo al destino final podemos clasificar las bisagras como bisagras para puerta, para ventana y contraventana y bisagras para mueble. Por otro lado, dependiendo de los materiales y tecnología empleados, podemos clasificar las bisagras de la siguiente forma: bisagras para carpintería metálica, para carpintería de PVC y para carpintería de madera. Finalmente, en el apartado de los “usos específicos”, podríamos recoger entre otras los siguientes tipos de bisagras: bisagras aptas para su uso en puertas resistentes al fuego, de seguridad o de alta resistencia a la efracción y bisagras muelle o de vaivén. También podríamos hablar de las de perno fijo y bisagras desmontables.
Cómo escoger un herraje concreto
Aunque desde un punto de vista técnico, bastaría con encontrar el equilibrio entre condiciones de empleo o servicio, vida en servicio (durabilidad) y precio, intervienen otros factores como criterios estéticos en algunos casos heredados (normalmente relacionados con zonas geográficas concretas) o asociados a modas o tendencias temporales.
En cuanto al modo de empleo, conocer en detalle el modo de utilización de las puertas es una condición necesaria, pero no suficiente, para la buena elección del herraje. Hay algunos datos que debemos tener en cuenta para escoger un buen herraje para nuestras puertas y ventanas. Obviamente, es imprescindible conocer las dimensiones y peso de la puerta, además de su localización o los factores ambientales (por ejemplo si se encuentra en una zona montañosa o una zona costera). Otros ejemplos son el mantenimiento que va a tener, qué tipo de limpieza o el posible uso de productos corrosivos. Los puntos anteriormente señalados nos van a permitir acotar o reducir las variables de elección, entre las que se encuentran materiales como latón, acero al carbono, acero inoxidable, aluminio, etc.
Si hablamos de su vida útil, debemos de fijarnos un objetivo en el tiempo. Por ejemplo: nuestras bisagras han de durar 5 años, antes de realizar su sustitución. Este objetivo, una vez conocidas las condiciones de empleo, permite disponer de otro criterio a la hora de una adecuada elección. Estéticamente, los modelos a utilizar son múltiples y variados, influenciados bien por la tradición o por la moda, pueden influir en la elección de un material, acabado especifico o geometría de la bisagra, aún cuando desde el punto de vista de empleo o durabilidad no sean estrictamente necesarios. Por ejemplo la elección de un herraje inoxidable en una zona interior de España libre de atmósferas o ambientes agresivos.
La seguridad ante todo
Llamamos bisagras de seguridad, a las bisagras que normalmente vamos a colocar en puertas de entrada, dada su alta resistencia a la efracción (o ataque mediante palanca). En el diseño de este tipo de bisagras se combina la resistencia frente a este tipo de ataque, es decir se prima la seguridad de los bienes, junto con una robustez general que permite resistir las grandes cargas de uso, debido al gran peso de este tipo de puertas. Según las condiciones de uso especificas se dispone de múltiples soluciones dentro de la familia de bisagras de seguridad: bisagras de seguridad de latón, de acero inoxidable y bisagras con rodamientos en los nudos, para disminuir el par resistente a la apertura y cierre.
También deberíamos fijarnos en las llamadas bisagras de vaiven o muelle, las cuales, mediante un resorte incorporado en su interior, consiguen que se produzca el cierre de la puerta por sí sola. El gran secreto de este tipo de bisagras se encuentra en la calidad de los resortes empleados, ya que las tensiones internas que deben de soportar son muy altas, al mismo tiempo han de tener una gran resistencia a la fatiga, ya que el número de ciclos a soportar son muy altos, ya que normalmente están colocadas en puertas de paso.
Del mismo modo que en el caso de las bisagras de seguridad, las variables según las condiciones de uso especificas son múltiples: bisagras muelle simple acción y para puertas con un sentido de apertura; bisagras muelle doble acción, para puertas con doble sentido de apertura; y finalmente pernos muelle, para evitar la colocación alineada con el resto de bisagras de la puerta.