La Casa Fischer de Almería... de reformas
9 de septiembre de 2010
Las villas y cortijos, tanto de recreo o como residencia permanente, constituyen uno de los tipos de mayor interés arquitectónico de Almería. Construidos entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, son la expresión de la prosperidad de la ciudad como consecuencia de la actividad económica fundamentada en la minería del hierro y la uva de embarque. Se ubicaron en la periferia de la ciudad, en las zonas de expansión situadas al norte, preferentemente en torno a la Rambla de Belén y a la Loma de Acosta. La Casa Fischer es un excelente ejemplo de esta tipología. Recientemente, el inmueble ha recuperado todo su esplendor gracias a unos exhaustivos trabajos de reconstrucción y restauración.
Antecedentes históricos
Situada al norte del Paseo de la Caridad, que marcaba los límites de la ciudad a finales del siglo XIX, y lindaba con la huerta de Jaruga, el más importante ensanche obrero de ese momento, la Casa Fischer fue construida como residencia permanente de Hermann Federico Fischer, cónsul de Dinamarca en Almería y conocido comerciante de uva.
Su lenguaje arquitectónico tiene un carácter ecléctico, fruto de los cambios operados en la transición del siglo XIX al XX, en el que conviven elementos historicistas y modernistas. El conjunto tiene una composición propia del historicismo, que convirtió a la historia en la cuestión fundamental de legitimación de la labor arquitectónica, apreciándose en la disposición clásica de un zócalo o basamento inferior, la planta noble de la vivienda y la cubierta compuesta por un alero volado y el remate de la balaustrada.
Los elementos modernistas, que en el exterior son muy contenidos y se localizan en el friso decorativo que enlaza y enmarca los huecos de la fachada y en las barandillas y rejas, adquieren en el interior toda su expresividad artística. En el ámbito privado se produce una auténtica explosión decorativa modernista que singulariza los zócalos de madera, las ventanas, las vidrieras de las puertas situadas en el eje del acceso principal y la claraboya del patio central, la decoración de chimeneas y rinconeras, las pinturas de paredes y techos, los frisos de escayola y las barandillas de las escaleras. En esa estética curvilínea, exhuberante, colorista y floral que recrea la naturaleza, está también presente el recuerdo de Cecilia, la primera mujer del propietario, que murió prematuramente por una caída del caballo. La casa está dedicada a ella y su efigie decora los capiteles de las arquerías de los salones principales y su memoria está también presente en las rosas que decoran el zócalo de madera del salón o en los frisos del techo como símbolos del amor permanente hacia la mujer.
La planta del edificio se concibe siguiendo la tradición urbana mediterránea, en donde se establece una relación de analogía o correspondencia entre la casa y la ciudad. Así el patio de luces se identifica como el elemento jerárquico del espacio interno y adquiere la condición de plaza o ágora. Constituye el lugar comunitario o el centro desde el que se organiza el espacio individual representado por las habitaciones destinadas a salones, dormitorios y otras estancias a las que se accede a través de la galería perimetral del patio.
La estética modernista, que combina ritmo y movimiento y en la que se funden arquitectura, escultura y pintura en íntima armonía, tuvo continuidad en el jardín que rodea la casa, al que se accede a través de un camino serpenteante que arranca desde el paseo de la Caridad.
El proyecto de reforma
El proyecto atiende a los criterios de protección establecidos por el Plan General de Ordenación Urbana de Almería vigente y plantea una intervención integral para su puesta en valor con las actuaciones siguientes, que atienden a la recuperación del edificio en su contexto, en sintonía con su concepción original:
-Rehabilitación del edificio, eliminando los elementos añadidos que carecen de valor histórico o arquitectónico, para su adaptación como sede administrativa del Centro de la Mujer, del Instituto Andaluz de la Mujer.
-Rehabilitación del jardín histórico.
-Reforma y mejora de la urbanización de la parcela.
-Vallado de la parcela, separándola del resto de la Finca Santa Isabel.
La implantación del programa de usos requeridos se ha realizado de forma congruente con el criterio de la poética arquitectónica del edificio que hace interactuar a la triple racionalidad: lógica interna, sentido y verdad. Los nuevos usos tratan de acomodarse a la construcción física existente y a los materiales que sustancian su arquitectura: la tipología constructiva, el espacio, la luz, el sistema decorativo y formal…
En la relación del edificio con su contexto se ha mantenido este criterio en la definición del vallado y en la urbanización, recuperando el jardín para uso público y lugar de recepciones, manteniendo su estructura original desde el respeto al medioambiente utilizando áridos, riego localizado y especies mediterráneas de bajo mantenimiento y valorando todas las especies ornamentales centenarias que se encontraban en buen estado.
En la intervención sobre el edificio la restauración de las pinturas murales, los relieves policromados, los elementos de carpintería, rejería, vidrieras, chimeneas y pavimentos existentes han sido un objetivo fundamental, que se ha planteado como una actividad abierta y flexible, concebida desde una perspectiva interdisciplinar fruto del conocimiento.
Intervenir sobre lo ya construido, sobre lo ya formado, supone buscar la síntesis equilibrada y crítica entre el documento y el monumento, o entre el tratamiento documental propio de la historia y de la arqueología y el interés constructivo, funcional y formal de la poética arquitectónica.
Desde tal posición se ha abordado la restauración de los bienes muebles del edificio, que se ha apoyado en un trabajo previo para determinar la naturaleza de los materiales constitutivos de los diferentes elementos, así como los daños y actuaciones que han sufrido a lo largo del tiempo y sus posibles causas, interpretando los resultados obtenidos.
El conjunto de los espacios, sistemas constructivos, materiales y elementos modernistas restaurados, tiene su contrapunto en los nuevos revestimientos que se incorporan en el salón de actos y en los vestíbulos donde se ha ubicado el ascensor. Estos nuevos revestimientos están constituidos por paneles Gustafs, lisos o ranurados, acabados en madera de haya. Son paneles de alta densidad, construidos con yeso y fibras de madera, que además de ofrecer buenas características ignífugas, acústicas, de estabilidad dimensional y aislamiento, aportan calidez y valor estético en armonía con la expresividad artística que caracteriza el espacio interior del edificio.
Arquitecto: Ramón de Torres López
Arquitecto técnico: Miguel Ángel Domínguez Velázquez de Castro
Colaboradores: María Barca Doménech Villarmea (restauradora) y María del Mar Verdejo Coto (especialista en jardinería)
Promotor: Junta de Andalucía. Consejería de Economía y Hacienda
Empresa adjudicataria: Sacyr, S.A.U.
Ejecución de la obra: junio 2008 – junio 2010
Presupuesto: 3.352.058,87 euros