La AEA confía en un acuerdo entre Gobierno y transportistas
La AEA -Asociación Española del Aluminio y Tratamientos de Superficie, que representa a más de 600 empresas del sector- confía en que, de la reunión entre Gobiernos y representantes de los transportistas, salgan acuerdos efectivos y de aplicación inmediata que terminen con la huelga.
La patronal del aluminio señala que entiende y respeta las reivindicaciones del sector del transporte por la tensa situación que atraviesa a consecuencia del incremento en los precios de los carburantes, pero les pide que también actúen con responsabilidad ante las tremendas consecuencias que ya se están sufriendo por su protesta. También demanda del Gobierno de España que ponga sobre la mesa actuaciones inmediatas que resuelvan los problemas de fondo del sector. Con todo, AEA apela a todas las partes para que busquen medidas de consenso que den salida a una situación que afecta a todos.
El problema, señala Jon de Olabarria, secretario general de AEA, es que “las consecuencias perjudican no solo a las empresas, sino que puede empezar a afectar también a los trabajadores si no encontramos una salida”.
Armando Mateos, presidente de AEA señala que “afortunadamente las empresas del sector del aluminio funcionan de forma bastante previsora en cuanto a la tenencia de suministros, lo que está haciendo que consigamos mantenernos gracias a nuestras reservas y a pesar de lo preocupante de este paro, que ya se extiende más de una semana. Por supuesto nos hemos visto afectados, y hemos tenido que adoptar medidas como reducir nuestra producción para evitar tener que pararla por falta de suministros, ante la incertidumbre de cuánto durarán estos paros”.
España produce el 20% del aluminio que consumen sus industrias. El resto (el 80%) se compra en otros mercados, principalmente asiáticos, llegando a nuestro país por barcos, siendo el puerto de Vigo el de mayor relevancia en cuanto a recepción de estas materias primas. “En estos momentos, el material está detenido allí. No salen camiones para abastecer a la industria del aluminio de España. Seguimos aguantando, pero si esto no se resuelve en los próximos días, empezará a faltar aluminio en las fábricas y habrá que ir parando”, alerta Mateos.
El presidente añade que “vienen tiempos en los que se requerirá esfuerzos de todas las partes, desde gobiernos a industrias, empresas, ciudadanía… Ante esta perspectiva de futuro a corto y medio plazo, todas las partes debemos trabajar unidas, con flujos de comunicación constantes, con diálogos y conversaciones abiertas, a través de los que se consigan alcanzar acuerdos y consensos. Dar la espalda a cualesquiera de las partes implicará descontento e incertidumbre, que tendrá una clara traducción en términos económicos y sociales”.
Y concluye que “todos los elementos de la cadena son indispensables para el normal funcionamiento y desarrollo de cada una de nuestra actividades y acciones. Si un eslabón falla de forma continuada, todos caemos”.
“También seguimos con atención las decisiones que emanen tras la cumbre europea y las resoluciones que aporten a la situación desde Bruselas. Unas soluciones que reclaman tanto transportistas como industria”, ha señalado Jon de Olabarria.
Tal y como anunciaba Mateos tras el estallido de la crisis de Ucrania y su reflejo en los precios, “todo ello ha llevado a tensionar los balances de nuestras empresas, poniéndolas contra las cuerdas, y haciendo que comencemos a asistir a paralizaciones en la producción de muchas de ellas o a cierres de plantas”. Una situación desesperada que, de continuarse la huelga de los transportes, supondría un durísimo golpe para las empresas del sector por su incapacidad de continuar produciendo.