K·Line inaugura una ampliación de 4.500 metros cuadrados de su sede central en Les Herbiers
Con el fin de apoyar y afianzar su crecimiento, en el año 2015 K·Line se embarcó en un importante proyecto de ampliación de su sede central en Les Herbiers (Francia). La ampliación se produjo tras la creación de 120 puestos de trabajo en dicha sede durante los últimos diez años (2005-2015), cumpliendo dos objetivos: apoyar el desarrollo de la empresa y contribuir al bienestar de sus empleados.
Una inversión de 16 millones de euros
El estudio AIA Life Designers -importante estudio de arquitectura francés- fue el encargado de llevar a cabo este extenso proyecto. El nuevo complejo incluye un aparcamiento de 420 plazas, 1.700 m2 de nuevas oficinas, un restaurante de empresa, un anfiteatro, una zona de aseo, una zona de descanso y un pabellón deportivo, todo ello con una inversión de 16 millones de euros.
Para el nuevo edificio de 4.500 m2, K·Line ha querido formar parte de un proyecto 100% BIM, desde el diseño del edificio hasta su explotación. Una forma de concretar un enfoque ya existente en la empresa (todos los productos K·Line están configurados en los formatos Revit y Archicad para poder ser integrados en proyectos BIM), por lo que todas las empresas involucradas en la obra adoptaron este nuevo planteamiento.
El reto de un edificio sin aire acondicionado
La construcción, certificada HQE (Alta Calidad Medioambiental), tiene líneas sobrias y refinadas, dando prioridad a la luz natural para una óptima calidad de vida en el trabajo. Cumple con los cuatro pilares de la certificación HQE: respeto al medio ambiente, rendimiento económico, calidad de vida y gestión responsable.
Con la etiqueta E2C1, tiene la capacidad de generar unos 26.000 kWh/año, gracias a los 240 m2 de células fotovoltaicas semitransparentes colocadas en el atrio. Esta electricidad es auto-consumida para la refrigeración de los bastidores de las computadoras de la empresa.
Verdadera joya arquitectónica del saber hacer de Ouest-Alu, el nuevo edificio está dotado de una fachada de doble piel con función de control solar, ya que filtra el 50% de los rayos solares y permite la entrada de suficiente luz natural para reducir el uso de la iluminación artificial.
El confort acústico de las oficinas también ha sido objeto de especial atención en el diseño del edificio ya que, gracias a la doble piel, alcanza un aislamiento de fachada de más de 52 dB, sinónimo de confort acústico.
Para limitar las necesidades energéticas, K·Line decidió construir un edificio sin aire acondicionado. Para garantizar a los empleados una temperatura interior confortable, la construcción está realizada en hormigón que queda expuesto en las paredes y en el techo. El aislamiento es exterior, siempre para dejar al hormigón expuesto, y poder aprovechar así la inercia del material. Por la noche, en verano, las ventanas se abren automáticamente (sobreventilación nocturna) para dejar descender la temperatura del hormigón, lo que restaura la frescura durante el día. Los paneles radiantes de refrigeración en verano completan el sistema.
Así mismo, K·Line quiso preservar la naturalidad de sus espacios y potenciarla, para lo que se creó un parque con más de 100 árboles y zonas ajardinadas. También se instaló un depósito de recogida de aguas pluviales de 30 m3, el cual se utiliza para las instalaciones sanitarias y que representa el 60% del consumo de agua del edificio.
En su enfoque de respeto al medio ambiente, K·Line también se ha preocupado por el bienestar de sus vecinos. Para ello, se realizó un estudio de impacto solar para asegurar que la edificación no afectara el brillo y la luz solar de los edificios y terrenos colindantes.
En términos de bienestar, todo ha sido diseñado para satisfacer las pretensiones de la empresa. K·Line ha dispuesto un restaurante de empresa que sirve unas 200 comidas al día. Su cocina se basa en cadenas de suministro próximas, favoreciendo una producción local y responsable que respeta el medio ambiente y la salud. La empresa contribuye significativamente a los costes de restauración de los empleados, permitiéndoles disfrutar de una dieta sana y equilibrada en su lugar de trabajo. Cabe señalar que la elección del proveedor de servicios fue hecha por los propios empleados.
Según palabras de Bruno Léger, Director General de K·Line, durante el acto de inauguración: “Este edificio es la expresión del K·Line de hoy. El colectivo K·Line se ha convertido en el líder de las ventanas en Francia, hecho que ha situado el desarrollo y el bienestar de nuestros empleados en el centro de nuestra razón de ser”.