Incendios Forestales 2019: evitemos entrar en el ránking de la tragedia
Hasta el 30 de abril de 2019 han ardido 32.154,99 hectáreas (5.192,87 hectáreas de estas de superficie arbolada). Estas cifras facilitadas por el Ministerio de Agricultura son dramáticas en un año en que los expertos en meteorología e incendios forestales pronostican los peores augurios, debido a la sequía que afecta a toda la Península Ibérica y que provocó pavorosos incendios en el norte peninsular durante el invierno, extremo que no recordaban los más ancianos. La estadística hasta ahora sitúa 2019 como el segundo año con más extensión quemada en la última década tras 2012 en que ardieron 9.572,30 hectáreas arboladas en el mismo periodo.
Los datos vienen a confirmar lo que desde hace años en Tecnifuego, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, vienen advirtiendo: el cambio climático, los cambios en la gestión de los montes y la España ‘vacía’ en el ámbito rural, facilitan la acumulación de combustible vegetal seco, preparado para arder a gran velocidad.
Vemos que prevenir y detener los incendios forestales es uno de los grandes retos del futuro. Cada vez se hace más necesaria la investigación y desarrollo en aras de la búsqueda de nuevas herramientas para la protección y extinción de los incendios, un objetivo que está dentro de las prioridades de TECNIFUEGO y los expertos que forman parte del Comité de defensa contra incendios forestales de la Asociación.
Los incendios se apagan en invierno, es el dicho más revelador y repetido por los especialistas. La prevención, limpieza del monte e instalación y mantenimiento del equipo básico de extinción ayudan a minimizar los daños. Por ejemplo, implementar estas medidas básicas de prevención en áreas urbanas cercanas a bosques, ya sean municipios o urbanizaciones, debe ser prioritario: disponer del Plan de Autoprotección, perimetrar la urbanización con cortafuegos y crear franjas con retardantes de larga duración; permitir el acceso a vehículos autobomba en los cortafuegos o zona de seguridad, con dos vías de acceso alternativas; regular la vegetación en el interior de la urbanización; regular el comportamiento al fuego de los materiales de construcción de las viviendas e instalación de hidrantes perimetrales.
Los incendios forestales están presentes cada vez más en la vida de las personas, por su riesgo para las poblaciones rurales y por una mayor conciencia sobre nuestra responsabilidad para con el medio ambiente. Proteger nuestros bosques es un deber político y ciudadano. Desde Tecnifuego aportan el conocimiento y la tecnología. Con buenos equipos y soluciones expertas, y una prevención adecuada, podemos entre todos disminuir el número de hectáreas quemadas de nuestros bosques, y evitar que 2019 entre en el ranking de la tragedia.