'The Golden Cage', el arte de lo posible
Para realizar este proyecto, comencé analizando el hemiciclo existente como si se tratase de un escenario, en el que todos los elementos se subordinan a la imagen que las cámaras proyectan. Una imagen que a día de hoy es producto de la adición de capas de maquillaje que convierten lo que era un espacio austero y aprehensible en un cúmulo de florituras y remilgos que simulan oros y mármoles.
De este análisis y de la comparación del parlamento actual con los espacios de representación política de 193 países de la ONU concluí que la arquitectura de los espacios de congregación política no es solo una expresión de una cultura política, sino que también da forma a esta cultura. Si los miembros del parlamento se posicionan uno frente al otro como en la casa de los comunes británica, en filas sucesivas como la ‘Camara dos Deputados’ de Brasil, o en cómodas sillas giratorias como en la Cámara holandesa de representantes, el debate se despliega en una atmósfera totalmente diferente y es labor del arquitecto caracterizar dicho espacio.
En el proyecto 'The Golden Cage', la arquitectura se convierte en protagonista de la escena.
Frente a un espacio convencional recargado de ornamento, propongo convertir a la arquitectura en protagonista de la escena y generadora de la monumentalidad del espacio, insertando una pieza arquitectónica en el centro de masas del edificio.
El nuevo hemiciclo se incrusta como una joya en el Palacio de las Cortes, una pieza compuesta por una cúpula ligera y un basamento pesado de hormigón.
El nuevo hemiciclo se incrusta como una joya en el Palacio de las Cortes, una pieza que se compone de dos partes diferenciadas: una cúpula ligera, de nervios metálicos dorados plementados con cerramientos de vidrio cóncavos y convexos con un cerramiento textil en la cámara de aire, y un basamento pesado, de hormigón que será el marco escenográfico del ritual de entrada al parlamento. Una nueva fachada de vidrio hará de cerramiento del patio interior del edificio dejando ver las tripas del antiguo palacio que servirán de telón de fondo de la escena.
Esquema del abatimiento de los vidrios de la fachada, cerramiento del patio interior del edificio.
El hemiciclo se convierte en el elemento articulador del edificio. Una pieza que bebe de la geometría de Borromini en Sant Ivo alla Sapienza, la incrustación de Bramante en San Pietro in Montorio y la materialidad de la cúpula del Reichstag de Foster. Los accesos al basamento y las puertas de las fachadas del patio invitan a recorrerlo en el sentido de las agujas del reloj, a rodearlo, por el pasillo de los pasos perdidos, un espacio exterior estrecho y alto que queda comprendido entre dos fachadas: la de la pieza incrustada y la del edificio que la abraza.
Los toldos serán abatibles, mediante un sistema monitorizado, para permitir que el espacio interior cambie a lo largo del día. Serán materiales textiles rigidizados con sables que se recogerán en tambores con forma de huso. La porosidad de los toldos dependerá de su orientación e inclinación. Estarán compuestos de vinilos textiles microperforados que tamizarán la luz solar. Dependiendo de la irradiancia de cada superficie, tendrán distintas cualidades.
La climatización del parlamento se hará mediante un sistema estratificado. En invierno, la doble piel de la cúpula funcionará como una cámara estanca, por donde circulará el aire antes de ser expulsado al interior. Además, a 5 metros sobre las tribunas se creará una barrera de aire que impedirá la subida de aire caliente. En verano, el aire exterior caliente se enfriará por geotermia. Será conducido a través de un pozo canadiense y expulsado al interior del vaso. Los vidrios superiores de la cúpula serán abatibles y permitirán la ventilación. Además, todos los vidrios serán de control solar y baja emisividad, para evitar el efecto invernadero.
Para los acabados interiores, se recuperan partes seleccionadas de las demoliciones, tanto de revestimientos, como de esculturas, que recordarán al parlamento anterior. El Congreso deja de ser una cápsula del pasado en el presente. Ambas realidades ahora convergen en una arquitectura del buen pastiche de elementos vigentes. Los mármoles palaciegos y esculturas seguirán aportando a la monumentalidad del conjunto.
Imagen hacia el orador desde el interior del hemiciclo, con la decoración interior.
Con esta reforma, el palacio de las cortes pasará a ser la envoltura de un tesoro que esconde en su interior. El lugar donde se toman las decisiones de estado tendrá ahora el cielo como protagonista principal. La atmósfera política cambiará con los movimientos del sol, que proporcionará distinta iluminación en los distintos momentos del día.
Este proyecto se dirige a las salas plenarias del parlamento como algo más que representaciones ornamentales y simbólicas de los valores nacionales, tomándolos en serio como actores en la configuración de los tiempos futuros. Un proyecto tan innecesario como deseable, tan valiente como responsable, tan ladrón como creativo.
Cuando la escena política salga por las televisiones, el telón de fondo será el cielo, en vez de un decorado más. Un cielo tamizado y embellecido por una cúpula dorada que situará la imagen política en el lugar que se merece. Lo que queda fuera del congreso se hace ahora más poderoso. Además, este proyecto hará posible que nuestros políticos tengan presente el cielo mientras trabajan, y hagan un ejercicio de humildad cuando sientan el peso de las estrellas. ‘The Golden Cage’ no solo actualiza la identidad parlamentaria de una nación, sino que demuestra que influir en la política a través de la arquitectura es posible.
