¿Sabemos ver el MUDA? Ponte las gafas de las Oportunidades
El objetivo de este artículo, es ayudaros a desarrollar la capacidad para que podáis identificar los principales desperdicios que existen en vuestra organización, los cuales son grandísimas oportunidades de mejora que tenéis dentro de vuestras empresas.
Pretendo que sirva para que seáis capaces de analizar vuestros problemas, vuestras inquietudes, bajo otro punto de vista, ya que quien no analiza sus problemas, quien NO reflexiona sobre ellos, propone SOLUCIONES y además las IMPLANTA Y EJECUTA no resolverá nunca el problema.
John Gardner, considerado como uno de los padres de la psicología de liderazgo moderno, decía que: “La mayoría de las organizaciones enfermas han desarrollado una ceguera funcional a sus propios defectos. No están sufriendo, NO porque NO puedan resolver sus problemas, sino porque NO PUEDEN VERLOS”.
Y no le faltaba razón. Esa ceguera funcional, ha permitido que las empresas españolas ostenten el dudoso honor de acumular un ‘retraso estándar’ de 10 años con el mundo anglosajón, a la hora de transformar sus modelos de gestión.
Los cambios cuestan. Esto no es una pregunta, es una afirmación, y los que nos dedicamos a la ‘Mejora Continua’, somos bien conocedores de ello. Las personas, por naturaleza, nos resistimos al cambio ya que nos sentimos cómodos con aquello que conocemos y nos cuesta salir de nuestra zona de confort.
En ocasiones observo personas que tengo la sensación que pasan por la vida de puntillas, sin ser conscientes de que solo vivirán una vez. Estas personas, por lo general, son aquellas que no se plantean retos, ni se marcan objetivos que les puedan permitir disfrutar de la vida en toda su plenitud.
Cuando hablo de objetivos, NO sólo me refiero al terreno laboral. La vida en sí misma necesita de objetivos. No hay nada que pueda motivarnos e ilusionarnos más que tener una meta que conseguir, algo por lo que luchar, a sabiendas de que, si somos capaces de alcanzarlo, habremos conseguido algo muy grande: transformar una ILUSIÓN en una REALIDAD.
Pero en muchas ocasiones, nos conformamos con ‘ir tirando’, nos relajamos y priorizamos las excusas, cuando lo que verdaderamente le da sentido a nuestra vida es hacer que ella nos acompañe hacia donde nosotros queremos que se encamine.
Por desgracia, el ingenio lo agudiza el hambre, por lo que es, sin duda, en las épocas de escasez cuando más en marcha ponemos la creatividad y la innovación aplicando nuestro ingenio para lograr los objetivos ya que, evidentemente, aplicamos el ingenio o morimos en el intento.
Claro que hacer eso, nos lleva tiempo y esfuerzo y precisamente eso es lo que hace la vida MARAVILLOSA, porque la vida nos da solamente una oportunidad para invertir ese tiempo. Raros son los momentos de alegría y felicidad no hayan ido acompañados o necesitados de un esfuerzo previo, porque como más se valoran las cosas que conseguimos es cuando hemos tenido que hacer una inversión previa. Y en ese caso la inversión es en forma de motivación, entusiasmo, esfuerzo, perseverancia, constancia, etc, cosas que al fin y al cabo dependen de NOSOTROS, porque es cuestión de ACTITUD.
Entonces, deberíamos preguntarnos: ¿Somos una empresa con el valor de invertir en la búsqueda de mejoras, de la disciplina, que transformamos nuestras ilusiones en realidad? ¿O nos dejamos llevar por la situación, nos relajamos y vamos TIRANDO?
La tenacidad no consiste en darse cabezazos contra un muro, sino en tener la persistencia de encontrar la puerta.
Todos podemos ser científicos en nuestras organizaciones, para ello, lo que necesitamos es, simplemente, mirar la realidad y pensar con lógica y precisión sobre lo que vemos en nuestra empresa. El factor clave es tener la valentía de enfrentarnos a las incoherencias entre lo que vemos y deducimos y la forma en que se hacen las cosas. Este desafío a las costumbres y supuestos básicos es esencial para el progreso.
Para progresar en el conocimiento es necesario desafiar los supuestos, las hipótesis fundamentales acerca de cómo es el mundo y por qué.
¿Qué es el Muda?
Definir el Muda es la parte fácil de aprender sobre el desperdicio
La parte realmente compleja, es ‘luchar’ contra las frases “siempre lo hemos hecho así”, “tengo 20-30 años de experiencia”. Esta frase inconscientemente nos produce la ceguera funcional, poniéndonos una venda que no nos permite ver todo lo que podemos mejorar, todo aquello que NO está aportando valor a nuestros procesos, siendo un costo y, por tanto, haciéndonos menos competitivos que las empresas saludables.
Lo más complicado para conseguir la mejora continua, es luchar contra las costumbres y paradigmas que tenemos arraigados en la organización y hacer entender que TODO lo que hacemos y la manera en que trabajamos son totalmente rediseñables y que SIEMPRE existe otra forma mejor de hacer las cosas.
Y una vez conseguido ese cambio cultural, “la segunda parte más difícil cuando tratamos de transformar y mejorar las operaciones de una empresa es aprender a ver el desperdicio, Muda”.
Podemos tener un perfecto sistema de calidad implantado, con un montón de procedimiento y papeles maravillosos, podemos invertir un montón de días y horas a la semana en reuniones repetitivas, en una sala de reuniones calentitos, después de la cual todos salimos con un montón de acciones a implantar, de las cuales muchas se quedan en el camino, podemos invertir anualmente un montón en formación, podemos…, pero si no enseñamos a nuestros líderes, equipos y personas a ver el desperdicio en los procesos, nunca mejoraremos nuestras operaciones.
Para empezar a tratar el desperdicio o Muda, podríamos pensar en los 7 desperdicios de la mejora continua que tantas veces en otros artículos hemos comentado:
- Transporte
- Inventario
- Movimientos
- Esperas
- Sobreproducción
- Proceso
- Errores
Para daros una idea, los Mudas más críticos y los que más ineficiencias provocan en las empresas que estamos trabajando son dos: el de sobreproducción y/o exceso de inventarios, y el de variabilidad, que a su vez generan o provocan los demás desperdicios como el de movimientos, transportes, defectos de calidad, falta de espacio. Pero, ¿por qué estos dos desperdicios los considero los más críticos? Pues porque son la llave que abre la puerta al resto de desperdicios. Para poder identificarlos, y empezar el camino de la mejora continua, no hay otra manera que involucrando a las personas en éste camino.
Cuando involucras a las personas en los cambios, éstas aprenden 2 cosas:
- Que absolutamente todo (tareas, procesos, documentos, estándares, hábitos, normas…) es modificable y que por tanto hay siempre otra manera de hacerlo.
- A visualizar y detectar el muda y cómo este lo podemos reducir o eliminar del día a día.
Por experiencia, un día te levantas y empiezas a ver Muda allí donde andas, incluso en tu vida personal. Es justo en ese momento cuando aprendes realmente qué es Muda.
Pero el aprendizaje no es tan fácil como tan solo leer o estudiar. El profesor William Glasser en su ‘Pirámide del Aprendizaje’, amplió y desarrolló la manera en cómo aprendemos:
- Un 10% a través de la lectura.
- Un 20% por medio de lo que oímos.
- Un 30% gracias a lo que vemos.
- Un 50% como resultado de lo que vemos y oímos.
- Un 80% como consecuencia de lo que hacemos.
- Un 95% por lo que enseñamos a otros.
Los cuatro primeros tramos de la pirámide son de carácter pasivo, es decir, somos receptores de información. En los dos últimos, las tornas cambian y pasamos a una dinámica activa, por tanto, entra en escena la acción.
Ya sabemos que Mejora Continua sin participación de las personas que viven el proceso, sin acción, no es Kaizen. Es un sucedáneo que puede tener como resultado algo inestable y efímero, pero en ningún caso, será algo que trascienda.
Debemos adoptar el rol de mentores, para que los participantes en el trabajo se impliquen y ejecuten por sí mismos las acciones previstas. Si les ‘hacemos las tareas’, no aprenderán y, lo peor, no se lo harán suyo.
Por ello, os animo a que comencéis a ‘hacer hacer’, a mejorar operaciones, procesos y negocios, abriendo mucho los ojos, quitando la venda, sin miedo a equivocarse y en algunas ocasiones, desaprendiendo lo aprendido
Lo mejor es que no tenemos que estar muy preocupados, ya que disponemos de muchos puntos de mejora y fáciles de identificar sin requerir de demasiada inversión, siempre que tengamos la capacidad de reconocerlos.
Soñemos en grande y tengamos compromiso con la Vida. El compromiso de dar lo mejor de nosotros mismos. Mejora continua-Calidad significa hacer lo CORRECTO, incluso cuando alguien no está mirando.
Y es que nunca deberíamos olvidar que la Vida, siempre, siempre, siempre, es ahora.