Onhaus habla con María Figols, experta en biología de la construcción
Una intoxicación de un familiar, mientras pintaba un cuarto trastero, hizo que Figols se diera cuenta de “los vapores que pueden emanar materiales aparentemente inocuos” y, debido a que, según la OMS, pasamos entre el 80 y el 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados, decidió buscar en la construcción un equilibrio que fuera positivo para nuestra salud.
Actualmente no hay una clasificación de riesgos por orden de peligrosidad, aunque, como señala Figols, podemos tener en cuenta algunos como las sustancias perjudiciales presentes en la propia naturaleza y en los materiales de construcción, la radiación de las instalaciones de electricidad y comunicación o “una mayor concentración de partículas en el aire” causada por “un mal mantenimiento de nuestras instalaciones o edificios”. Para mitigar cualquiera de estos riesgos es necesaria “una adecuada planificación constructiva” que analice los procesos de diseño y edificación.
En ocasiones, no estamos construyendo desde cero, sino que nos encontramos ante una rehabilitación del edificio. En estos casos es necesario pensar más allá de la estética, centrándonos en “los factores de salud, eficiencia e interiorismo, para alcanzar el máximo confort y bienestar”, añade Figols. Comenzaremos estudiando las condiciones de las que partimos, “su implantación bioclimática y la relación con el entorno natural” y, acto seguido, deberemos ver qué elementos se requieren para poder utilizar las fuentes naturales y evitar el consumo de fuentes de energía auxiliares. El resultado de este trabajo se puede medir tanto con los parámetros de salubridad como en el reducido impacto ambiental: “temperaturas de confort adecuadas, humedades relativas entre el 40 y el 60%, baja demanda de calefacción y refrigeración, y bajas emisiones al aire”.
Ahora mismo existen diversos certificados que corroboran la eficiencia de nuestra vivienda, algunos muy fiables como el estándar Passivhaus. Incluso así, “pocas etiquetas garantizan un planteamiento bio-global”, así que es necesario agilizar el proceso y caminar por delante de la administración, contando con un técnico competente que revise “los materiales de construcción y renovación, que cuantifique el nivel de radiaciones y que pueda valorar la presencia de contaminantes”. La sociedad actual “necesita edificios eficientes y saludables para garantizar la bandera de la sostenibilidad”, concluye Figols.
La totalidad de la entrevista puede consultarse en este enlace.