Ignacio Fernández Solla: “La razón de continuar”
Director del departamento de fachadas de Arup en España
ignacio.fernandez@arup.com
Las bodas de plata de Novoperfil coinciden casi exactamente con mi trayectoria profesional. En diciembre de 1989 llevaba meses como meritorio (entonces se decía "negro") en el estudio de una pareja de arquitectos madrileños. Para un proyecto de aquellos días contacté con Folcrá y con Umaran, que me introdujeron en los arcanos de los muros cortina. Recuerdo haber tenido pesadillas con las imágenes de aquellos perfiles llenos de patitas cuya utilidad desconocía, y lo mucho que me sorprendió saber que un vidrio se podía fijar al marco perimetral solo con silicona.
Después de los fastos del 92 vino la crisis (la crisis anterior, para los más jóvenes) que me pilló trabajando en una empresa fabricante e instaladora de fachadas. Pusimos los últimos paneles en la Expo en Sevilla, nos fuimos de vacaciones y a la vuelta las peticiones de ofertas dejaron de llegar. Allí aprendí cómo huelen (y cómo duelen) las crisis en la construcción. Para entonces Novoperfil era ya un compañero habitual encima de la mesa, junto al ordenador Windows 386 en el que preparaba las hojas de corte de perfiles y vidrios para enviar por fax a la fábrica.
Novoperfil creció mes a mes, en páginas y en anunciantes, como crecíamos de nuevo la gente del sector sin darnos cuenta; en una progresión al principio lenta y después imparable. Desde 1995 a 2004 mi salario lo pagó una empresa fabricante de sistemas para fachadas y ventanas. En esa época conocí el porqué de las patitas en los perfiles de aluminio, y muchas cosas más. Los congresos de ventanas y fachadas en San Sebastián cada tres años eran un alto en el camino muy esperado; afortunadamente algunas cosas no cambian.
En 2004 me pasé a la consultoría de fachadas y encontré mi camino. Entonces éramos tres consultores en España, o cuatro contando a un amigo argentino. Hoy no somos muchos más, y nos toca a nosotros viajar a Latinoamérica o a donde podemos para ganarnos las lentejas. Las opciones técnicas, los materiales, las capas, los sistemas de fijación, las prestaciones exigibles han avanzado de un modo extraordinario. Las herramientas de simulación, de control numérico, de corte por láser, la robotización del diseño, de la fabricación y del montaje son una realidad del sector. Capas dicroicas que cambian de color, intercalarios ionoplásticos que resisten explosiones, membranas tensadas autolimpiables, adhesivos químicos, acabados de nanopartículas que absorben los contaminantes del aire… Se hace difícil imaginar que todo eso esté disponible hoy y podemos sorprendernos de lo mucho que hemos avanzado.
Pero si lo vemos con perspectiva, en realidad seguimos haciendo lo mismo que hemos hecho los últimos cien años en la construcción: transferir conocimientos e invenciones de otros sectores industriales, ser conservadores a la hora de adoptar novedades y seguir la moda cuando vemos que un arquitecto, un industrial o un suministrador (generalmente los tres juntos) dan en el clavo con algo que estaba en el aire y hacen avanzar el entramado un paso más allá. Somos un circo con su troupe de domadores, fieras, saltimbanquis, payasos y vendedores de entradas, moviendo la carpa de una ciudad a otra, dejando edificios extraordinarios o muy ordinarios por donde pasamos, según se nos dé la función. Unos entran y otros dejan la troupe, pero siempre hay niños al otro lado del telón dispuestos a recibir con aplausos, risas y abucheos nuestras contorsiones y pantomimas. ¿Tenemos momentos duros? Sin duda. Pero todo sumado, el de las envolventes es un sector fascinante, en el que los distintos actores mantenemos un contacto muy próximo y aprendemos constantemente unos de otros.
Ahora parece que empezamos a levantar de nuevo la cabeza como sector. Alguno pensará: cuidado, que si la levantas demasiado o antes de tiempo te la cortarán. Yo creo que el espíritu debe ser otro bien distinto. Somos gente de circo, gente bregada. Nuestro trabajo es resolver. Mi paisano Álvaro Cunqueiro, poeta y escritor universal, lo dejó dicho: "Yo (…) no me dejo asustar por los profesionales de la angustia, y busco en la gran peripecia humana, tantas veces mágica aventura, tantas veces sueños espléndidos y mitos trágicos, la razón de continuar". Ese es el espíritu. ¡Nos vemos dentro de 25 años!
Para poder ver éste y otros artículos de opinión del 25 aniversario de NOVOPERFIL&VÍTREA, acceda a nuestra revista en su versión digital.
También pueden descargarse el pdf de esta entrevista clickando aquí.