La UPC muestra aspectos desconocidos de la Sagrada Familia
Redacción Ciberperfil12/12/2011
Un equipo de la Universitat Politècnica de Catalunya. BarcelonaTech (UPC), liderado por el arquitecto Josep Gómez-Serrano, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallés (ETSAV), ha construido tres maquetas de yeso sintético, a escala 1:50, que muestran de forma nueva y desconocida para mucha gente la magnífica evolución del proyecto de las naves del templo de la Sagrada Familia de Barcelona, proyectadas por el arquitecto Antoni Gaudí entre 1885 y 1926.
Este conjunto de maquetas, que representan las tres soluciones evolutivas que proyectó el arquitecto: la neogótica, la parabólica y la definitiva, a base de hiperboloides y paraboloides, se exponen en el museo de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.
El equipo de la UPC trabaja desde 1992 en la aplicación de técnicas informáticas para dibujar y calcular estructuras dentro del proyecto de continuación del templo, la gran obra inacabada de Gaudí, y en la recuperación de las piezas únicas del patrimonio cultural.
Gracias a esta tarea, en los últimos años se ha podido acelerar la construcción de la nave central del templo, que se inauguró en noviembre del año pasado, y se ha aumentado la precisión de las formas que el maestro modernista modeló en yeso y que se basan en la geometría reglada.
A partir de un convenio con la Sagrada Familia, el equipo de la UPC encabezado por Josep Gómez-Serrano ha estudiado los modelos y las fotografías existentes, ha creado los modelos informáticos y los ha materializado en este conjunto de maquetas, que ayudan a comprender mejor las diferentes versiones proyectadas originalmente por Gaudí.
La UPC y la Sagrada Familia tienen previsto firmar un nuevo convenio para construir dos nuevas maquetas: por un lado, y por primera vez, se construirá una maqueta del proyecto que hizo Francesc de Paula Villar —de hecho, el primer arquitecto de la Sagrada Familia, con quien Gaudí colaboró— la otra maqueta reproducirá la versión de continuidad que proyectó Gaudí entre su primer proyecto del templo (solución neogótica) y la tercera versión (solución parabólica).
Primera versión, neogótica
La primera versión que proyectó Antoni Gaudí para las naves centrales de la Sagrada Família, la llamada solución "neogótica" (1885-1914), es una continuación del proyecto del arquitecto Villar y que modifica el proyecto inicial rodeándolo de un claustro, elimina los contrafuertes y los sustituye por el peso de las cubiertas laterales y sobre unos costales ligeros coloca una vuelta funicular catenaria. Las naves son trabadas por unos pasillos transversales que tienen seguramente funciones de cantos.
Este proyecto fue el que conoció al poeta Joan Maragall y el que el arquitecto presentó en una exposición en el Grand Palais de París en 1910, diciendo que superaba el gótico conocido. De hecho, con su propuesta, Gaudí se proponía mejorar el sistema estructural gótico de las principales catedrales europeas y del proyecto del primer arquitecto del templo.
El sistema gótico era, según él, una telaraña estructural excesivamente compleja y frágil. Cada elemento necesitaba de otros elementos para estabilizarse y las cargas se disgregaban por elementos exteriores, más expuestos, más vulnerables. Por ello, propuso una doble cubierta de piedra, para dar larga vida al edificio, y la verticalización de todo el proyecto. Así conseguía la supresión total de los elementos estructurales de los contrafuertes que eran expuestos en el exterior, sustituyéndolos por el peso de las cubiertas.
La maqueta que reproduce esta primera versión "neogótica" ha sido realizada principalmente por Paul Foreman, estudiante de la ETSAV.
Segunda versión, parabólica
A partir de 1914, después de fracasos y críticas, Gaudí decide dedicarse exclusivamente al Templo de la Sagrada Familia e inicia una renovación de sus criterios del proyecto. Inclina columnas para adaptarse mejor a los empujones de las bóvedas y sustituye la piel pétrea gótica por una epidermis de superficies alabejadas parabólicas. El proyecto va evolucionando durante distintos años (1914-1917): sería la segunda solución, la "parabólica". La maqueta de esta versión la ha realizado, principalmente, David Puig, arquitecto colaborador de la Sagrada Familia y exalumno de la ETSAV.
Versión definitiva: hiperboloides y paraboloides
Finalmente, Gaudí llegó a la versión que sería la definitiva y que define la intimidad y la amplitud de un bosque pétreo. Introduce las aperturas superiores hiperbólicas con luz artificial o natural indirecta, las columnas arboladas y unos paramentos trabados de hiperboloides y paraboloides. En definitiva, un bosque de formas donde la luz entra a veces por caminos desconocidos, que Gaudí imaginó y que ya se ha hecho realidad.
Todos estos elementos se han dibujado informáticamente a partir de elementos existentes, planos, dibujos y fotografías, y se han materializado en modelos, que son los que ahora se exponen en el museo de la Basílica de la Sagrada Familia y que proporcionan una mejor comprensión del pensamiento proyectual de Antoni Gaudí.
El hiperboloide es una superficie generada por una hipérbole que gira alrededor de un círculo o de una elipse. La superficie puede ser maciza o vacío, maciza para pasar de la columna a las vueltas, vacía por donde entrará la luz al interior del templo. El hiperboloide contiene dos fajos de rectas inclinadas tangentes al círculo o a la elipse.
Según la simbología del propio Gaudí el hiperboloide representa la luz, y por ello lo utilizará, sobre todo, en todos aquellos puntos por donde debe pasar la luz y se tiene que difundir y transmitir de una parte a otra, de un exterior a un interior. Así pues, se pueden encontrar hiperboloides en los ventanales, hiperboloides circulares o elípticos, estos fácilmente identificables por su rosetón elíptico.
También tiene que pasar la luz, procedente del desván, hacia la nave atravesando las vueltas,. Por este motivo las vueltas son agujereadas con hiperboloides de revolución, construidos o bien con baldosa catalana y mosaico verde y dorado, bien con hormigón blanco.
En las vueltas hay unos pequeños agujeros donde se instalaran unas luces artificiales para que la visión nocturna de ese techo sea como la vuelta estrellada del cielo de la noche. De ahí que esos agujeros estén hechos también utilizando la figura del hiperboloides, en este caso el elíptico.
Otro punto donde pueden verse hiperboloides es en los capiteles de las columnas. Cuando las columnas alcanzan las vueltas con la sección circular se encuentra la figura del hiperbolide, la mejor solución porqué forma un ensanche natural del círculo, necesario para generar el embudo de recogida de cargas.
El paraboloide hiperbólico, una de las superficies regladas que más emplea a menudo Gaudí, es una superficie tuerta de secciones parabólicas que es el resultado del desplazamiento de una línea recta encima de otras dos que se cruzan en el espacio. Generalmente permanece limitada por cuatro líneas rectas.
Gaudí encontraba en esta superficie unas cualidades excepcionales, ya que todas las generatrices se apoyan sobre dos rectas y simbolizan la Trinidad. Si para el arquitecto una de las rectas representaba el Padre, y el lado opuesto el Hijo, el espíritu Santo era el generatriz que se apoyaba en las dos anteriores y que las unía permanentemente. Gaudí le llamaba "padre de la geometría".
En la Sagrada Familia el paraboloide hiperbólico está por todas partes. Es la figura ideal para hacer la transición entre dos regladas, entre planes no paralelos, entre hiperboloides, etc... Pero no sólo sirve para hacer pequeñas transiciones, sino que Gaudí lo utiliza también en grandes dimensiones como esqueleto geométrico básico. Las cubiertas, tanto de la nave lateral como de la central, están formadas por paraboloides: planos que enlazan ventanales y pináculos.
La construcción de esta tercera maqueta que representa la solución definitiva, la construida, no forma parte del mismo convenio, ya que es una versión a escala reducida de la que ya se expone desde hace tiempo en el museo de la Sagrada Familia. La maqueta original se construyó como fruto de la investigación llevada a cabo en los últimos años por la oficina técnica de la Sagrada Familia, el equipo de la UPC, un equipo de la Universidad de Wellington y otros colaboradores.
Este conjunto de maquetas, que representan las tres soluciones evolutivas que proyectó el arquitecto: la neogótica, la parabólica y la definitiva, a base de hiperboloides y paraboloides, se exponen en el museo de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.
El equipo de la UPC trabaja desde 1992 en la aplicación de técnicas informáticas para dibujar y calcular estructuras dentro del proyecto de continuación del templo, la gran obra inacabada de Gaudí, y en la recuperación de las piezas únicas del patrimonio cultural.
Gracias a esta tarea, en los últimos años se ha podido acelerar la construcción de la nave central del templo, que se inauguró en noviembre del año pasado, y se ha aumentado la precisión de las formas que el maestro modernista modeló en yeso y que se basan en la geometría reglada.
A partir de un convenio con la Sagrada Familia, el equipo de la UPC encabezado por Josep Gómez-Serrano ha estudiado los modelos y las fotografías existentes, ha creado los modelos informáticos y los ha materializado en este conjunto de maquetas, que ayudan a comprender mejor las diferentes versiones proyectadas originalmente por Gaudí.
La UPC y la Sagrada Familia tienen previsto firmar un nuevo convenio para construir dos nuevas maquetas: por un lado, y por primera vez, se construirá una maqueta del proyecto que hizo Francesc de Paula Villar —de hecho, el primer arquitecto de la Sagrada Familia, con quien Gaudí colaboró— la otra maqueta reproducirá la versión de continuidad que proyectó Gaudí entre su primer proyecto del templo (solución neogótica) y la tercera versión (solución parabólica).
Primera versión, neogótica
La primera versión que proyectó Antoni Gaudí para las naves centrales de la Sagrada Família, la llamada solución "neogótica" (1885-1914), es una continuación del proyecto del arquitecto Villar y que modifica el proyecto inicial rodeándolo de un claustro, elimina los contrafuertes y los sustituye por el peso de las cubiertas laterales y sobre unos costales ligeros coloca una vuelta funicular catenaria. Las naves son trabadas por unos pasillos transversales que tienen seguramente funciones de cantos.
Este proyecto fue el que conoció al poeta Joan Maragall y el que el arquitecto presentó en una exposición en el Grand Palais de París en 1910, diciendo que superaba el gótico conocido. De hecho, con su propuesta, Gaudí se proponía mejorar el sistema estructural gótico de las principales catedrales europeas y del proyecto del primer arquitecto del templo.
El sistema gótico era, según él, una telaraña estructural excesivamente compleja y frágil. Cada elemento necesitaba de otros elementos para estabilizarse y las cargas se disgregaban por elementos exteriores, más expuestos, más vulnerables. Por ello, propuso una doble cubierta de piedra, para dar larga vida al edificio, y la verticalización de todo el proyecto. Así conseguía la supresión total de los elementos estructurales de los contrafuertes que eran expuestos en el exterior, sustituyéndolos por el peso de las cubiertas.
La maqueta que reproduce esta primera versión "neogótica" ha sido realizada principalmente por Paul Foreman, estudiante de la ETSAV.
Segunda versión, parabólica
A partir de 1914, después de fracasos y críticas, Gaudí decide dedicarse exclusivamente al Templo de la Sagrada Familia e inicia una renovación de sus criterios del proyecto. Inclina columnas para adaptarse mejor a los empujones de las bóvedas y sustituye la piel pétrea gótica por una epidermis de superficies alabejadas parabólicas. El proyecto va evolucionando durante distintos años (1914-1917): sería la segunda solución, la "parabólica". La maqueta de esta versión la ha realizado, principalmente, David Puig, arquitecto colaborador de la Sagrada Familia y exalumno de la ETSAV.
Versión definitiva: hiperboloides y paraboloides
Finalmente, Gaudí llegó a la versión que sería la definitiva y que define la intimidad y la amplitud de un bosque pétreo. Introduce las aperturas superiores hiperbólicas con luz artificial o natural indirecta, las columnas arboladas y unos paramentos trabados de hiperboloides y paraboloides. En definitiva, un bosque de formas donde la luz entra a veces por caminos desconocidos, que Gaudí imaginó y que ya se ha hecho realidad.
Todos estos elementos se han dibujado informáticamente a partir de elementos existentes, planos, dibujos y fotografías, y se han materializado en modelos, que son los que ahora se exponen en el museo de la Basílica de la Sagrada Familia y que proporcionan una mejor comprensión del pensamiento proyectual de Antoni Gaudí.
El hiperboloide es una superficie generada por una hipérbole que gira alrededor de un círculo o de una elipse. La superficie puede ser maciza o vacío, maciza para pasar de la columna a las vueltas, vacía por donde entrará la luz al interior del templo. El hiperboloide contiene dos fajos de rectas inclinadas tangentes al círculo o a la elipse.
Según la simbología del propio Gaudí el hiperboloide representa la luz, y por ello lo utilizará, sobre todo, en todos aquellos puntos por donde debe pasar la luz y se tiene que difundir y transmitir de una parte a otra, de un exterior a un interior. Así pues, se pueden encontrar hiperboloides en los ventanales, hiperboloides circulares o elípticos, estos fácilmente identificables por su rosetón elíptico.
También tiene que pasar la luz, procedente del desván, hacia la nave atravesando las vueltas,. Por este motivo las vueltas son agujereadas con hiperboloides de revolución, construidos o bien con baldosa catalana y mosaico verde y dorado, bien con hormigón blanco.
En las vueltas hay unos pequeños agujeros donde se instalaran unas luces artificiales para que la visión nocturna de ese techo sea como la vuelta estrellada del cielo de la noche. De ahí que esos agujeros estén hechos también utilizando la figura del hiperboloides, en este caso el elíptico.
Otro punto donde pueden verse hiperboloides es en los capiteles de las columnas. Cuando las columnas alcanzan las vueltas con la sección circular se encuentra la figura del hiperbolide, la mejor solución porqué forma un ensanche natural del círculo, necesario para generar el embudo de recogida de cargas.
El paraboloide hiperbólico, una de las superficies regladas que más emplea a menudo Gaudí, es una superficie tuerta de secciones parabólicas que es el resultado del desplazamiento de una línea recta encima de otras dos que se cruzan en el espacio. Generalmente permanece limitada por cuatro líneas rectas.
Gaudí encontraba en esta superficie unas cualidades excepcionales, ya que todas las generatrices se apoyan sobre dos rectas y simbolizan la Trinidad. Si para el arquitecto una de las rectas representaba el Padre, y el lado opuesto el Hijo, el espíritu Santo era el generatriz que se apoyaba en las dos anteriores y que las unía permanentemente. Gaudí le llamaba "padre de la geometría".
En la Sagrada Familia el paraboloide hiperbólico está por todas partes. Es la figura ideal para hacer la transición entre dos regladas, entre planes no paralelos, entre hiperboloides, etc... Pero no sólo sirve para hacer pequeñas transiciones, sino que Gaudí lo utiliza también en grandes dimensiones como esqueleto geométrico básico. Las cubiertas, tanto de la nave lateral como de la central, están formadas por paraboloides: planos que enlazan ventanales y pináculos.
La construcción de esta tercera maqueta que representa la solución definitiva, la construida, no forma parte del mismo convenio, ya que es una versión a escala reducida de la que ya se expone desde hace tiempo en el museo de la Sagrada Familia. La maqueta original se construyó como fruto de la investigación llevada a cabo en los últimos años por la oficina técnica de la Sagrada Familia, el equipo de la UPC, un equipo de la Universidad de Wellington y otros colaboradores.