Soluciones Kawneer para un hotel de lujo
El proyecto ha aumentado la superficie edificada –se ha pasado de los 4.000 metros cuadrados primitivos a los 22.5000 que tiene el hotel actual –, pero se camufla perfectamente en el entorno de arboledas y viñedos gracias a la utilización de jardines verticales que recubren parte del edificio y a la transparencia y ligereza que proporciona el muro cortina 1202, con fachadas abiertas hacia el paisaje, y la Cristalera 1203, ambos de Kawneer.
Además, se han soterrado muchos de los servicios del hotel que no precisan luz natural. “El resultado final es que no se aprecian las dimensiones reales del edificio hasta que no se está dentro de él”, explica Luis Rebelo de Andrade, el arquitecto autor del proyecto, quien enmarca su obra dentro de la denominada “arquitectura invisible”. También ha destacado el trabajo llevado a cabo para establecer “un dialogo entre los jardines y el hotel, para que el paso de unos a otro se produzca de una forma tranquila y natural”. Un objetivo que ha logrado con creces, ya que el proyecto ha recibido el Premio de Arquitectura Paisajística Nacional de Portugal por sus jardines verticales.
El diseño del interior es muy moderno y está inspirado en la arquitectura oriental. Otro de sus atractivos es que ninguna de sus 50 habitaciones es igual a otra. “Cada estancia proporciona diferentes emociones a través de ambientes completamente distintos, con la intención de provocar que los clientes deseen volver para alojarse en otro espacio nuevo para ellos”. Lo que sí tienen en común es que todas poseen fantásticas vistas al río y al entorno, y que son de primer nivel.
Una finca de cine
La finca donde se ubica el Aquapura Douro se dedica a la producción de vinos de Porto y de Douro. En ella se rodó la película El Valle de Abraham, del reconocido cineasta portugués Manoel de Oliveira. La casa original, también emblemática en la zona, sufrió un incendio que destruyó su arquitectura interior. El proyecto de Rebelo de Andrade ha conservado los volúmenes más característicos y ha creado otros edificios de unión entre ellos
Al tratarse de un entorno y un edificio tan singulares, las exigencias del organismo portugués responsable de Patrimonio han sido muy altas, y las soluciones de Kawneer han contribuido a satisfacerlas. “En principio se requería que las ventanas fueran de madera, pero los materiales de Kawneer han permitido pasar la aprobación de Patrimonio respecto a estética y, al mismo tiempo, obtener una solución moderna por su fácil mantenimiento, prestaciones térmicas y el respeto al medio ambiente que confiere la utilización del aluminio en relación a otros materiales”.
El color ha sido clave para conseguir la integración en el entorno. Predominan los tonos chocolate, negro, marrones y vino. “Tanto en el interior como en el exterior se ha recurrido a gamas que se identifican con la naturaleza de los jardines, los viñedos... Por eso elegimos la colección de acabado Textural, que incluye colores en sintonía con el paisaje”.
El arquitecto ha destacado la gran disponibilidad del equipo técnico de Kawneer para adaptarse a los pequeños detalles que requería el proyecto, así como para introducir los cambios requeridos. “No es fácil encontrar un servicio que ofrezca soluciones integrales, que se ajuste a las necesidades más específicas y que haga un acompañamiento de principio a fin”, subraya.
Entre los elementos de especial interés del edificio figuran las ventanas con formas variadas y grandes dimensiones, que venían determinadas por el edificio antiguo, y que la empresa también ha resuelto adecuadamente.
El Aquapura Douro es un establecimiento de hostelería y turismo de elevado estándar (Super Luxury Hotels and Resorts). El ajuste de esta construcción a los costes estimados por los promotores fue una de las dificultades iniciales del proyecto, que Kawneer contribuyó a solucionar, ya que, en palabras del arquitecto “la empresa ofreció una relación entre calidad, servicio, estética y precio que resultó muy equilibrada”.