Las insolvencias judiciales llegarán en 2013 a su máximo histórico
Redacción Ciberperfil05/04/2013
En el primer trimestre de 2013 se han registrado más de 2.700 nuevos procesos concursales, según se desprende del seguimiento de las insolvencias judiciales en España que realiza el Área de Administración de Riesgos de Crédito y Caución, a partir de los datos publicados en el Boletín Oficial del Estado. El dato marca un nuevo máximo histórico, un 7,2% por encima de los niveles alcanzados en el último trimestre de 2012.
Ningún indicio permite anticipar un cambio en esta evolución de la concursalidad a corto plazo. De acuerdo con las previsiones de Crédito y Caución, los niveles de concursalidad crecerán en 2013 con la intensidad de los dos ejercicios anteriores, superando por primera vez la barrera de los 10.000 concursos anuales. Esta tendencia se romperá previsiblemente en 2014, en línea con las previsiones de mejora de algunos indicadores clave de la actividad empresarial.
El prototipo de concurso de acreedores es el de una pyme de cerca de 20 trabajadores. No se trata ya de empresas de reciente creación, que fueron las primeras en padecer los efectos del cambio de entorno en 2008 y 2009, sino de operadores consolidados en su sector.
En dos de cada tres casos, la destrucción de tejido productivo está afectando a empresas con más de diez años de antigüedad, que fueron capaces entonces de adaptar sus flujos financieros y su actividad, pero están cada vez más presionadas por la prolongación en el tiempo de la crisis. En un entorno marcado por la debilidad del consumo interno, la insolvencia judicial de estas empresas se ve propiciada por las dificultades para acceder a nuevas refinanciaciones financieras, el agotamiento de los activos líquidos, la imposibilidad de profundizar en la reestructuración de sus costes, el fracaso en los planes de internacionalización o la trasmisión, a través de la morosidad, de la insolvencia de los clientes.
“En este entorno, hay que perfeccionar los sistemas de detección y seguimiento de los riesgos. La concursalidad está creciendo y seguirá haciéndolo, al menos durante 2013, pero en la comunidad de empresas reunida en torno a Crédito y Caución, donde llevamos a cabo una vigilancia muy activa de los riesgos, su impacto se está reduciendo notablemente, en más de un 30% anual”, explica el director del área de Recobros, Miguel Ángel Díaz del Hoyo.
Ningún indicio permite anticipar un cambio en esta evolución de la concursalidad a corto plazo. De acuerdo con las previsiones de Crédito y Caución, los niveles de concursalidad crecerán en 2013 con la intensidad de los dos ejercicios anteriores, superando por primera vez la barrera de los 10.000 concursos anuales. Esta tendencia se romperá previsiblemente en 2014, en línea con las previsiones de mejora de algunos indicadores clave de la actividad empresarial.
El prototipo de concurso de acreedores es el de una pyme de cerca de 20 trabajadores. No se trata ya de empresas de reciente creación, que fueron las primeras en padecer los efectos del cambio de entorno en 2008 y 2009, sino de operadores consolidados en su sector.
En dos de cada tres casos, la destrucción de tejido productivo está afectando a empresas con más de diez años de antigüedad, que fueron capaces entonces de adaptar sus flujos financieros y su actividad, pero están cada vez más presionadas por la prolongación en el tiempo de la crisis. En un entorno marcado por la debilidad del consumo interno, la insolvencia judicial de estas empresas se ve propiciada por las dificultades para acceder a nuevas refinanciaciones financieras, el agotamiento de los activos líquidos, la imposibilidad de profundizar en la reestructuración de sus costes, el fracaso en los planes de internacionalización o la trasmisión, a través de la morosidad, de la insolvencia de los clientes.
“En este entorno, hay que perfeccionar los sistemas de detección y seguimiento de los riesgos. La concursalidad está creciendo y seguirá haciéndolo, al menos durante 2013, pero en la comunidad de empresas reunida en torno a Crédito y Caución, donde llevamos a cabo una vigilancia muy activa de los riesgos, su impacto se está reduciendo notablemente, en más de un 30% anual”, explica el director del área de Recobros, Miguel Ángel Díaz del Hoyo.