La construcción de rascacielos vuelve a estar de moda
Redacción Ciberperfil26/07/2013
El último rascacielos en alzarse en Londres, el Leadenhall Building de 48 plantas, será el segundo mayor edificio de oficinas del distrito financiero de la ciudad cuando esté finalizado el próximo año. El tamaño de la torre y su diseño en cristal -que se asemeja a un rallador de queso con forma de caja- han recibido elogios en todo Reino Unido. Sin embargo, según algunos estándares internacionales, el Leadenhall, un proyecto conjunto entre la promotora British Land y la canadiense Oxford Properties, podría considerarse común y corriente.
El negocio de la construcción de rascacielos está experimentando una sólida recuperación en todo el mundo a medida que la economía mejora lentamente y retrocede la crisis financiera. Gracias a las innovaciones en diseño e ingeniería, y al deseo de los urbanistas y los promotores de llevar a cabo atrevidos proyectos arquitectónicos, estas altas torres emergen al ritmo más rápido desde el estallido de la crisis, alzándose a nuevas cotas.
En todo el mundo hay casi 600 edificios de al menos 200 metros de altura (unos 60 pisos) en construcción o en fase de planificación, según el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano. Esto implica que una torre de 224 metros como el Leadenhall, que tiene prácticamente la mitad del tamaño del Empire State Building de Nueva York, se está "convirtiendo en lo habitual ahora", señala Ian Milne, director de diseño en Hong Kong de la consultora WS Atkins.
El grupo finlandés Knoe Oyj, que fabrica escaleras mecánicas y ascensores para muchos de los edificios más altos del mundo, mostró recientemente una tecnología que permite a los ascensores subir 300 pisos. "De momento, parece que la tendencia será construir edificios cada vez más altos", señala Matti Alahuhta, presidente y consejero delegado de Kone.
Tres de los cuatro edificios más altos terminados en 2012 se ubican en Dubái, entre ellos el Princess Tower, que con sus 413 metros es el edificio residencial más elevado del mundo. Dubái también alberga la torre más alta del planeta, el Burj Khalifa, de 828 metros.
Reactivación del sector
Aunque muchos proyectos de rascacielos iniciados en los años del boom se finalizaron durante la crisis, entre finales de 2008 y finales de 2012, prácticamente se dejaron de construir torres nuevas en Dubái y otras muchas partes del mundo. Sin embargo, los diseñadores y los ingenieros señalan que este año ha vuelto el interés por los rascacielos.
Damac Holding, la mayor promotora privada de inmuebles de lujo de Oriente Medio por espacio urbanizado, es un ejemplo claro de que la ambición ha regresado al mercado inmobiliario de Dubái. El proyecto insignia del grupo, la Damac Residenze, una torre residencial de 335 metros con vistas a Dubai Marina, se concluiría en 2016 y albergaría interiores diseñados por la firma de moda italiana Fendi.
Hussain Sajwani, el presidente de Damac, asegura que las torres colosales de "alto lujo" vuelven a suscitar interés. Pero, a diferencia de la época del boom hace 10 años, en la que los promotores se mostraban poco comedidos a la hora de asumir proyectos ambiciosos, esta vez el enfoque es menos frenético y se intenta garantizar que los edificios tengan viabilidad comercial. "El mercado ha madurado y el cliente está más concienciado", apunta Sajwani.
Pero los críticos advierten de que la prisa por construir gigantescas torres en Dubái y otras ciudades de Oriente Medio, como Jeddah, en Arabia Saudí, y Doha, en Qatar, está inflando una burbuja y aumentando la probabilidad de que estalle otra crisis inmobiliaria.
Fuente: Expansión