Momento álgido de la vivienda protegida francesa
Redacción Ciberperfil14/03/2011
En los últimos 30 años, nunca se habían creado tantas viviendas sociales en Francia como en 2010. El año pasado fue el del boom del ladrillo protegido.
Con alzas en los precios del 17% en la capital y un ritmo de construcción inédito, el país vecino se encuentra en la cúspide de la pirámide inmobiliaria y está aprovechando esta bonanza para aumentar su parque asequible. El año pasado, se autorizaron 131.509 nuevos pisos, un récord en el último cuarto de siglo.
Si de puertas para fuera Francia es la capital de la moda y el lujo, de puertas para dentro, es uno de los países europeos donde peor se vive. Hasta se ha acuñado un término específico: mal logées (mal alojados), para designar a las más de 3,6 millones de personas sin hogar o que viven en malas condiciones.
Para aliviar el problema, la ley obliga a las ciudades de más de 3.500 habitantes a destinar a vivienda social el 20% de su parque a estrenar. Cada ciudad gestiona sus propios recursos. La región de París, la que más sufre la carencia de suelo, acaba de aprobar un plan de vivienda por 271 millones de euros, de los que 215 millones se destinarán a pisos accesibles.
En alquiler
La mayor parte de este suelo protegido es de alquiler. Francia cuenta con 4,5 millones de pisos sociales en arrendamiento (HLM), la mayoría en la región de París (1,22 millones). Dentro de la capital, el distrito 13 es el barrio protegido por excelencia, con un 30% del total de la oferta.
Los precios de los pisos, que se adjudican en función de los ingresos y el número de miembros de la familia, son ventajosos. Así, por una casa de 60 metros cuadrados, el afortunado adjudicatario pagará 500 euros, cuando en el mercado libre el coste sería de más del doble.
Además, dentro de su política de vivienda, el Gobierno concede ayudas para pagar el alquiler de la vivienda libre, de las que se benefician 35.000 hogares. A pesar de los esfuerzos, el desequilibrio entre oferta y demanda es tal que no salen las cuentas.
París adjudica cada año 12.000 pisos baratos, pero recibe 120.000 solicitudes. Los plazos de espera son de años. Más de un millón de hogares franceses esperan hoy las llaves de uno de estos hogares pagables.
Fuente: CNC
Con alzas en los precios del 17% en la capital y un ritmo de construcción inédito, el país vecino se encuentra en la cúspide de la pirámide inmobiliaria y está aprovechando esta bonanza para aumentar su parque asequible. El año pasado, se autorizaron 131.509 nuevos pisos, un récord en el último cuarto de siglo.
Si de puertas para fuera Francia es la capital de la moda y el lujo, de puertas para dentro, es uno de los países europeos donde peor se vive. Hasta se ha acuñado un término específico: mal logées (mal alojados), para designar a las más de 3,6 millones de personas sin hogar o que viven en malas condiciones.
Para aliviar el problema, la ley obliga a las ciudades de más de 3.500 habitantes a destinar a vivienda social el 20% de su parque a estrenar. Cada ciudad gestiona sus propios recursos. La región de París, la que más sufre la carencia de suelo, acaba de aprobar un plan de vivienda por 271 millones de euros, de los que 215 millones se destinarán a pisos accesibles.
En alquiler
La mayor parte de este suelo protegido es de alquiler. Francia cuenta con 4,5 millones de pisos sociales en arrendamiento (HLM), la mayoría en la región de París (1,22 millones). Dentro de la capital, el distrito 13 es el barrio protegido por excelencia, con un 30% del total de la oferta.
Los precios de los pisos, que se adjudican en función de los ingresos y el número de miembros de la familia, son ventajosos. Así, por una casa de 60 metros cuadrados, el afortunado adjudicatario pagará 500 euros, cuando en el mercado libre el coste sería de más del doble.
Además, dentro de su política de vivienda, el Gobierno concede ayudas para pagar el alquiler de la vivienda libre, de las que se benefician 35.000 hogares. A pesar de los esfuerzos, el desequilibrio entre oferta y demanda es tal que no salen las cuentas.
París adjudica cada año 12.000 pisos baratos, pero recibe 120.000 solicitudes. Los plazos de espera son de años. Más de un millón de hogares franceses esperan hoy las llaves de uno de estos hogares pagables.
Fuente: CNC