La inversión extranjera vuelve a fijarse en el ladrillo español
La bajada de un 40% de media en los precios de los inmuebles terciarios, es decir, oficinas y activos comerciales, ha captado la atención de los fondos internacionales, interesados en comprar aquellos inmuebles que la banca se ha adjudicado.
Tras una caída del 23% en la inversión internacional en activos inmobiliarios durante el pasado año, 2012 prevé un incremento en este volumen comprador. La razón de este optimismo es que los expertos inmobiliarios prevén que, en los próximos meses, se completará el proceso de ajuste de precios en el sector inmobiliario español.
Una medida que no pasará desapercibida para diversos inversores internacionales, principalmente fondos inmobiliarios, hedge funds y bancos de inversión, que llevan meses tomando posiciones en España al considerar que, ahora sí, pueden encontrar buenas oportunidades de inversión en el sector inmobiliario.
"El mercado de inversión en carteras de adjudicados y deuda inmobiliaria está claramente protagonizado por el inversor internacional. En este sentido, hay cerca de 100 inversores que demuestran un interés activo en nuestro país, si bien en opinión de Aguirre Newman el número de inversores en condiciones de cerrar una operación de este tipo en el corto plazo no supera la decena". Así se pronunciaban los profesionales del sector inmobiliario durante el seminario organizado por Aguirre Newman y Sj Berwin.
Estas operaciones parecen centrarse en los activos menos numerosos de la cartera de los bancos, es decir, los inmuebles terciarios, cuya bajada de precios desde el boom ha sido mucho mayor, de más de un 40%, y que cuentan con un mayor atractivo inversor al generar ingresos por sus rentas.
“Si bien los inversores internacionales están encontrando oportunidades reales en el sector terciario, en el sector residencial, donde la mayoría de los capitales internacionales vienen en búsqueda de las grandes carteras de bancos, todavía no han sido capaces de encontrar esa oportunidad”, explica Jaime Pascual, director general de Aguirre Newman.
Fuente: Expansión