Las Lambretta de Luis Miguel, de Vica Internacional, en Cartagena
Vica Internacional es una empresa que se encuentra en Cartagena, a escasos 50 kms de Murcia, y actúa desde hace 2 años y medio como almacén de accesorios para carpintería y, más recientemente, incorporó los paneles sándwich, paneles composite y series básicas de aluminio.
Luis Miguel Vidal es su responsable y al poco de abrir su primera nave ya necesitaba más espacio. Así que se quedó con la nave vecina y ahora dispone de 1.200 m2, que ya se están quedando justos de nuevo.
Trabaja duro -me explica- porque le encanta su trabajo, su familia y sus Lambretta. Estaba ya concertado que la Ruta pasaría por sus instalaciones con la condición que se sumara ese día a nosotros y nos llevara de paseo por la costa cartaginesa a bordo de una de sus Lambretta.
Se presentó con la heredada de su padre. Le tiene especial afecto ya que de muy niño montaba de pie cogido al manillar, su padre pilotaba y su hermano se sentaba detrás entre él y su madre. Cuatro en una ‘motillo’, impensable hoy al menos en nuestro país. Su padre ya falleció y la Lambretta es ahora parte de su recuerdo. Pero está totalmente restaurada y en perfecto estado. ¡Una joya de 8 cv del 69!
Pero hay más. Nos enseña la foto de otra Lambretta preparada para carreras de resistencia. Sí, si, ¡competición! Y con bastantes caballos más, unos 27 creo recordar. Y no lo harán mal él y su equipo, ya que a falta de 3 carreras por disputar, su equipo va tercero en el campeonato de resistencia Vespa Lambretta de este año.
Y por si fuera poco, tiene otra Lambretta para su mujer y está a punto de restaurar una cuarta unidad. No se puede negar que le apasionan.
Hechas las fotos de rigor, nos pusimos en marcha con Luis y su Lambretta guiando la etapa de ayer. Se trataba de acercarnos a la costa, rodar por curvas y tomarnos algún que otro tentempié. Subiendo, la Lambretta acusaba su pequeño motor, pero en llano o cuesta abajo las manos y pilotaje de Luis, sin propasarse, pusieron en jaque a más de uno.
El día, pues, salió redondo. Pudimos gozar de vistas despejadas y espectaculares, curvas de las de disfrutar, un mar en calma total y, eso sí, sol y calor. Pero como dice aquel y yo mismo, sarna con gusto no pica.
Hoy toca Valencia y visita a Compacto Express. Será la última etapa.