Próxima Jornada BioEconomic Fachada Mediterránea 2020 ‘Aislamiento, Transmitancia Térmica, Lumínica y Control Solar’
Dieta y Fachada Mediterránea
Nuestra dieta mediterránea es un ejemplo de comida y vida saludable para el resto de Europa. Tenemos una dieta específica debido a que nuestro clima es diferente al del norte de Europa. ¿Qué ocurriría si comiéramos los mismos alimentos que come un alemán en Barcelona? Es el mismo ejemplo que si ponemos un edificio con una fachada diseñada para el clima del norte de Europa y lo ubicamos en Barcelona o Málaga. Resultado: no funciona correctamente.
En la Jornada BioEconomic ‘Fachada Mediterránea 2020’ veremos en detalle los beneficios económicos y medioambientales.
¿Por qué?
Fachada Mediterránea. (Fachada Dinámica Somfy)
La arquitectura mediterránea, y en concreto la fachada mediterránea, se basa en las capas que tiene una fachada. Las diferentes capas sirven para filtrar la luz natural, radiación solar, vistas o intimidad, etc. Todas estas necesidades no se pueden obtener con un simple vidrio. De ahí que en el sur de Europa pueda disponerse de protección y control solar como persianas, cortinas, toldos, lamas, etc.
Es un error importar la fachada de un edificio directamente del norte de Europa sin adaptarla al clima donde se ubicará. Siempre hemos de adaptar el edificio al clima.
Pero desde los años 80 la cultura del muro cortina se ha impuesto como dieta en las fachadas. Sin embargo, ahora con los edificios de consumo casi nulo (EECN) tenemos la oportunidad de recuperar nuestra fachada mediterránea actualizada con las necesidades del 2020.
¿Cómo?
Cabe recordar qué aunque se incorporen nuevos criterios de sostenibilidad en edificios de consumo casi nulo (EECN), existe una normativa que debemos cumplir de forma obligatoria para las fachadas, según el CTE, sobre:
- Estanqueidad
- Radiación
- Iluminación
- Acústica
- Térmica
- Seguridad (viento + intrusión + incendio)
Para cumplir con todos los valores no es necesario poner la solución más cara de cada una de los elementos y después sumar. Deberíamos buscar la solución óptima en cada caso para conseguir la fachada óptima. Si nos sierve de ejemplo, no por poner las mejores piezas en un coche es más eficiente y corre más, sino que hemos de buscar el equilibrio entre cada una de las piezas para conseguir el confort, seguridad y ahorro energético ópitmos. Con la aprobación en septiembre de 2013 del nuevo código técnico de la edificación y DB HE, los nuevos edificios de oficinas deberán tener calificación energética B para uso de oficina o terciario, con consumos entre 50 - 70 kWh/m2. Ese es el objetivo.
Como ejemplo, con la opción de colocar triple vidrio en las nuevas ventanas (en Alemania es obligatorio), mejoramos la transmitancia térmica y acústica de la fachada, pero el factor solar no mejora. Seguimos teniendo una radiación excesiva, aunque tengamos 3 vidrios, lo que incrementa el coste de la ventana. Necesitamos el equilibrio de cada una de las partes (U, Fs o g, TL) para conseguir una fachada óptima en cuanto a confort, seguridad y ahorro energético.
Una propuesta de juego es que la fachada vuelva a ser el primer control energético del edificio y para poder conseguir dichos objetivos requiere de 3 elementos fundamentales.
- TL Transmitancia lumínica. Valor óptimo: 1 - Cantidad de luz natural que entra por la fachada.
- U Transmitancia térmica. Valor óptimo: 0 - Cantidad de calor o frio que entra por la fachada.
- Fs o g Factor solar Valor óptimo: 0 - Cantidad de radiación solar que entra por la fachada.
Esquema del funcionamiento correcto de una fachada.
La fachada tradicional siempre ha tenido diferentes y variados filtros que proporcionaban un nivel personalizado de intimidad y privacidad, tamizando y ajustando la intensidad de la luz natural. Todas estas necesidades de los usuarios se realizaban con cortinas, persianas, toldos y otros elementos de protección solar que permitían un control solar dentro de la arquitectura del sur de Europa.
Las empresas, trabajando en equipo, explicarán en la Jornada BioEconomic ‘Fachada Mediterránea 2020’ que coordinando cada una de sus soluciones se obtiene una mejor fachada en conjunto. Todas las aportaciones son necesarias y suficientes. Los nuevos y reformados edificios necesitan unas fachadas de las que nuestros clientes tengan la confianza que son fruto del trabajo en equipo, es decir fachadas mediterráneas para el 2020 que sean el primer control energético del edificio aportando confort lumínico, térmico, acústico, seguridad y ahorro energético. Siempre podemos mejorar las fachadas para conseguir los edificios de Consumo Casi Nulo (EECN).
Inscripción gratuita en la Jornada: www.bioeconomic.es