Cataluña y la Comunidad Balear presentan síntomas de mejora de cara al futuro. Unos síntomas que se harán visibles después de superar el bache que muestran las cifras oficiales respecto a la finalización de obras.
La recuperación mira al futuro
Cataluña y las Islas Baleares muestran síntomas parecidos, próximos a los que presenta el mercado a nivel nacional. La recuperación lucha en estas dos comunidades por hacer resurgir al sector, pero los datos indican que las mejoras aumentarán progresivamente de cara a los próximos años.
En Cataluña, el Índice de Viviendas Iniciadas –elaborado por el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat)– muestra que los trabajos destinados al inicio de obras nuevas aumentaron en 2015 en 2.330 viviendas –un 38% más que el año anterior–, llegando así a las 6.176. Y en obras de ampliación y reforma el aumento es considerablemente superior: en este caso fueron 25.401 las viviendas rehabilitadas (19.660 más que en 2014), lo cual se traduce en un aumento del 77%.
En Baleares las cifras son, aunque también positivas, ligeramente diferentes. El Ministerio de Fomento cifra en este caso en 1.769 el número de visados de dirección de obra para obra nueva. Esto supone un aumento del 52% respecto al año anterior, lo que significa 924 visados más. No obstante, el elevado aumento respecto a trabajos de ampliación y reforma observado en Cataluña se reduce en las Islas considerablemente, situándose éste en un 11% y dando lugar, por tanto, a 127 más que en 2014, lo cual suma un total de 1.199 visados para 2015–.
En las certificaciones de fin de obra, sin embargo, las cifras entierran estos datos positivos. Cataluña –según Fomento– rebaja su total a 4.636 –1.087 menos que en 2014–, reduciendo de este modo las certificaciones en un 23%. De igual forma, el descenso se da también en las Islas Baleares, las cuales suman 1.116 obras acabadas –121 menos respecto al año anterior–, situando la situación en un 11% negativo.
Vistos los datos, parece que hay síntomas de recuperación, aunque éstos llegarán de cara a los próximos años. Es decir, se empiezan cada vez más obras, lo cual da lugar a unas cifras positivas en este sentido, pero el número de viviendas terminadas aún está lejos de los niveles deseados.
Por otro lado, el stock de vivienda acumulado es un buen indicador que refleja en gran medida la situación del sector. En esta línea, las cifras vienen mostrando, a lo largo de los últimos años, una leve mejoría, y 2015 no es una excepción. En Cataluña, el número de viviendas aún por vender es de 78.808 –3.945 menos que en 2014–, lo que supone una reducción de este stock en un 5%. De igual modo, las Islas muestran también una leve mejoría del 9%, sumando un total de 12.822 (1.203 menos que un año antes), y según el Informe de Coyuntura Económica de CEPCO. En definitiva, el stock de vivienda acumulado se reduce en ambas comunidades de manera pausada, siguiendo así la tendencia general del sector en el conjunto de España.
Y, finalmente, el precio de la vivienda es también, evidentemente, un medidor significativo del mercado constructivo. El Ministerio de Fomento muestra, en este sentido, que tanto en Cataluña como en Baleares el precio no sólo sigue la tendencia positiva estatal (1,8%), sino que la mejora. Cataluña, por su lado, sitúa este aumento en un 3%, lo cual mejora ligeramente los datos españoles recientemente mencionados. Lleida –con un 5,7%–, seguida de Girona –3,7%– y Barcelona –3%– son las provincias que determinan este incremento. Contrariamente, Tarragona es con su -0,2% la excepción, convirtiéndose en la única provincia de la comunidad catalana en la que esta cifra disminuye. Por otro lado, cabe destacar que Baleares es la comunidad donde el precio de la vivienda aumenta más, desmarcándose así –aunque de manera sutil– de la media española y superándola en más de 3 puntos.
Por tanto, las muestras de recuperación del sector de la construcción y la vivienda a nivel nacional se ven, en buena medida, respaldadas por estas dos comunidades. No obstante, las estadísticas muestran también un bache respecto a la finalización de obras, tanto en viviendas nuevas como en trabajos de rehabilitación.
El repunte es mayor en Baleares
El sector de la construcción quiere resurgir en Cataluña y Baleares, aunque el crecimiento presenta diferencias entre ambas comunidades. Muestra de ello son los resultados obtenidos después de realizar una serie de encuestas entre empresas del sector que, en la mayoría de los casos, muestran avances y mejoras respecto a los últimos años.
Según estos resultados, en Cataluña más de la mitad de estas compañías (concretamente, un 53%) consideran su situación económica normal, es decir, ni buena ni mala. Sin embargo, rebajan esta tendencia intermedia un 27% de las encuestadas, que definen su situación como mala, seguidas del 13% que va un paso más allá, definiéndola como muy mala. Las empresas que consideran que su economía se encuentra en un buen nivel, por el contrario, no llegan al 10% –se quedan en un escaso 7%–.
En las Islas Baleares, por el contrario, la tendencia intermedia evoluciona al revés, en sentido positivo: mientras un 70% de las empresas cree que su situación económica es normal (un porcentaje que, al igual que en la otra comunidad autónoma, predomina por encimo del resto), un 25% la considera buena, y tan sólo un 5% mala.
Las encuestas realizadas muestran también, por otro lado, esta diferencia entre ambas regiones: respecto al número de unidades producidas, Cataluña afirma mayoritariamente haber reducido la cifra –un 40% de las empresas así lo dice– respecto al año anterior. No obstante, un 33% mantuvo el número de productos fabricados y un 27% lo aumentó. En la comunidad balear, en cambio, esta cifra fue superior en el 59% de los casos, igual en el 34%, e inferior en, únicamente, un 7% de las compañías preguntadas.
De igual modo, los datos de empleo obtenidos van en esta misma línea, sobre todo en las islas, donde el aumento del nivel de producción va acompañado de un aumento, también, del número de trabajadores –en este caso en un 60% de las empresas–. Un 35% ha mantenido sus plantillas de trabajadores y sólo un 5% las ha reducido. Por otro lado, Cataluña las ha mantenido en la mayoría de los casos (67%). Sin embargo, y siguiendo los datos que la comunidad presenta respecto a datos de producción, un 20% de las compañías se ha visto obligado a reducir su número de trabajadores. Mientras, un 13% ha podido mejorar sus datos de contratación.
Y los datos referentes a las inversiones realizadas por cada empresa tampoco sorprenden. Mientras en la comunidad catalana el 80% afirma no haber realizado ninguna inversión en el último año –cifra que comporta, a su vez, que un 20% de las empresas sí hayan hecho alguna–, en Baleares el 65% sí destaca alguna inversión en su compañía, –frente al 35% que niega haberlo hecho–.
En cuanto a los principales problemas, en Cataluña destaca considerablemente la falta de trabajo –con un 45%– seguida, aunque de lejos, por los impagos –con un 25%–. A estos inconvenientes les siguen la financiación (15%), la falta de mano de obra cualificada (10%) y, por último, el absentismo laboral (5%). En las Islas Baleares, por su lado, el principal problema que mencionan las empresas encuestadas es la falta de mano de obra cualificada –56%–, seguida por los impagos (con un 29%) y la financiación (con un 15%).
Hotel W, en Barcleona.
Mínimo repunte en la demanda de grandes obras
Los empresarios consultados en Cataluña afirman que, en su comunidad, la mayor demanda de obras proviene de obras de rehabilitación (un 75% así lo afirma). Las solicitudes para obras particulares ocupan el segundo puesto, con un 20%, y destaca también, en este sentido, un repunte –aunque mínimo– respecto a grandes obras, del 5%.
Y los números en las islas son parecidos: un 80% de las compañías destacan que la mayoría de las obras que realizan provienen de trabajos de rehabilitación, mientras que en el 15% de los casos proceden de obras particulares. De igual modo, esta comunidad repite el mismo repunte –del 5%– respecto a obras promotoras.
Correderas en Cataluña y oscilbatientes en Baleares
Entre los materiales más utilizados, el aluminio destaca una vez más en ambos mercados, aunque en Baleares éste empata con el PVC. En Cataluña, el aluminio copa el 65% de la producción, seguido de lejos por el PVC (23%), el hierro (10%) y, en último lugar una vez más, la madera (2%). Sin embargo, los baleares utilizan por igual aluminio y PVC –ambos con un 49%–, cediendo el mínimo porcentaje a la madera (2%).
Por último, ambas comunidades presentan también cifras distintas en lo que al tipo de ventana más habitual respecta: en Cataluña predomina la instalación de correderas (40%), seguidas por las practicables y oscilbatientes –con un 30% y un 20%, respectivamente–. En último lugar, y con un 10%, se encuentran las basculantes. Baleares, según sus empresarios, instala más ventanas oscilbatientes –o, al menos, así lo afirman un 40% de éstos–. En segundo lugar, destacan las practicables (26%) y, por último, empatan correderas y basculantes (con un 17% cada una).