Termografía infrarroja para el control del aislamiento térmico en la edificación
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo, a través del IDEA, acaba de poner en marcha el nuevo Programa PAREER-CRECE, para la Rehabilitación Energética de Edificios, al objeto de continuar con el plan de reducción de emisiones de CO2 gracias al ahorro energético en la edificación y el aprovechamiento de las energías renovables. La termografía jugará, sin duda, un papel crucial en el desarrollo de este Programa.
Pronto saldrán los nuevos proyectos de rehabilitación, las nuevas obras y las correspondientes solicitudes de las ayudas, y el sector de la construcción y rehabilitación de edificios continuará su lento pero constante incremento de actividad.
Uno de los productos imprescindibles en toda rehabilitación serán los materiales aislantes, los cuales van a permitir al edificio ahorrar la energía necesaria para reducir dichas emisiones de CO2 y consecuentemente energía térmica y dinero a los usuarios. Un buen proyecto de rehabilitación y un buen control de ejecución de la obra son primordiales para garantizar el resultado satisfactorio final.
En este sentido, las termografía infrarroja de nuevo pasa por ser el perfecto aliado de los técnicos. Una buena cámara termográfica, con resolución térmica suficiente (mínimo que recomendamos serían 240x190 pixeles para la envolvente exterior y estancias interiores), acompañada de la correspondiente formación (Nivel I, Nivel II o Nivel III) para el uso de estos instrumentos de medida y el control de la calidad de la ejecución de las obras estará mejor garantizado que sin cámara termográfica.
La termografía infrarroja nos puede ayudar en muchos de los servicios que hoy en día se están demandando a un alto nivel, como son:
- Certificación energética.
- Control de la calidad de la ejecución del aislamiento térmico y acústico.
- Localización de fugas de agua en redes de tuberías o simplemente la localización de dichas redes para reformas.
- Diagnóstico de humedades por capilaridad, condensación y filtración.
- Localización de puentes térmicos.
- Entradas de aire no controladas.
Y muchos otros defectos de la construcción que quedan ocultos pero que son en muchas ocasiones fácilmente detectables con termografía infrarroja, aportándonos una imagen (termograma) que constituirá en muchas ocasiones una prueba irrefutable del defecto detectado (en algunas otras ocasiones será necesario complementar el análisis con otras técnicas).
En lo que respecta al aislamiento, vamos a exponer a continuación un caso práctico sobre el insuflado de lana mineral en cámara de aire.
Insuflado de lana mineral virgen u otros materiales similares
Esta técnica de aplicación del aislamiento lleva imponiéndose en los últimos años y cuenta con un plan de ayudas en la Comunidad de Madrid. Puede parecer sencilla a priori la inyección de material aislante en la cámara de aire de la vivienda, pero hay diferentes factores a tener en cuenta como el espesor de la propia cámara de aire, los encuentros de fachada y otros aspectos incluyendo por supuesto la cualificación y homologación de la empresa aplicadora.
Es recomendable realizar una inspección previa con termografía infrarroja, mejor en período invernal para obtener mayor contraste térmico, de manera que podamos ver el alcance de los trabajos y contrastar la información de campo con el proyecto. Tras la aplicación del aislamiento podremos comprobar de nuevo con la cámara termográfica, si ha quedado bien aplicado el material o hay que repasar algunas zonas.
En las dos imágenes superiores podemos ver la fachada de un edificio de viviendas en la que vemos una clara pérdida de energía por su envolvente. Sin embargo la vivienda superior (planta 3) ha sido rehabilitada mediante un insuflado de lana mineral.
En la imagen térmica podemos ver que claramente pierde menos energía la vivienda con una mejora de su aislamiento, pero podemos también apreciar que se debe repasar el encuentro entre fachadas para reducir esas pérdidas que aún persisten ahí. Aquí radica la ventaja de la termografía infrarroja. Sin ella, muy probablemente daríamos por finalizada la obra.
También en el caso de inyecciones de espuma de poliuretano, o con cualquier otro material, conviene realizar una revisión con termografía tras la aplicación, para comprobar la correcta expansión. En la imagen siguiente podemos ver cómo han quedado zonas sin aislar, incrementando en estas zonas el flujo de calor y provocando que el puente térmico sea más severo.
Conclusión
Como podemos ver, detectar defectos o discontinuidades en el aislamiento mediante termografía infrarroja es rápido y eficaz, permitiéndonos incluso delimitar perfectamente los problemas para poder darles solución.
La empresa aplicadora puede contar con esta tecnología para evitar posibles reclamaciones de sus clientes y tener que volver a una obra ya acabada, con los consiguientes gastos que ello genera. Además, dará a su cliente un servicio más profesional y una garantía, no sólo con su firma sino también aportando unas imágenes que pondrán de manifiesto la correcta ejecución de los trabajos de aislamiento.
La reducción del consumo energético y la mejora del confort será también síntoma de una correcta instalación.