La historia de nuestra revista para la Industria Química podría escribirse con las mismas letras que la de Interempresas. Su inicio partió del convencimiento de que podíamos y sabíamos hacer una buena revista. Supuso un salto desde el trampolín de la ilusión, las ganas de avanzar, progresar y crecer. Cuando en 2004 publicamos el primer número de nuestra revista todavía no sabíamos qué queríamos ser de mayores, tonteábamos con un futuro lleno de pájaros y soñábamos con seguir creciendo para lograr una vida profesional que nos hiciera felices. Con un enorme futuro, hoy somos un poco más adultos que entonces, publicamos ya cerca de 70 revistas para sectores muy diferentes, informamos sobre 90 industrias en nuestros canales online y enviamos cada año 2.500 newsletters a nuestros lectores.
Como decíamos en nuestro editorial del primer número de la revista: “Si la química es vida, la vida es sueño y el medio ambiente es el legado de nuestros descendientes, ¿cómo es posible que la revista … haya esperado tanto tiempo para dejarse ver?”. La vida es sueño y los sueños, sueños son, pero nosotros hemos sabido bajar esos sueños a la cruda realidad del difícil mundo de la información, acosado no solo por las situaciones difíciles que toda la sociedad padece, sino también por los propios problemas estructurales del sector editorial. Y lo hemos hecho con un equipo que ya supera las 100 personas. Nos hemos hecho mayores, pero no tanto. Aquí hay un futuro prometedor y, sobre todo, muchas personas que han hecho posible este devenir en el que tanto pensábamos al principio. Con Nerea Gorriti, Jordina Ambrós y la incorporación de Mar Cañas en los últimos tiempos, como las caras más visibles de nuestra revista, pero también con todo el equipo que soporta nuestra estructura, nuestros diseños, la tecnología de nuestra plataforma…
Ibon Linacisoro, director del área industrial de Interempresas.
En 2004 queríamos captar la señal del universo de la química y amplificarla a toda la industria. Y en esas estamos, y en esas seguiremos, hasta el número 200, el 300 y todos los que sigan. Porque cuando el calor humano, la profesionalidad y la madurez de los actores soportan un proyecto, el éxito está garantizado. Hablábamos entonces de “la larga etapa que con este primer número comenzamos” y han tenido que pasar 18 años para poder mirar con orgullo hacia atrás y poder decir, por qué no, que hemos hecho las cosas bien. Que hemos creado una criatura similar a la que habíamos soñado con crear. Le inculcamos unos valores en la confianza de que tarde o temprano este ser adulto que es nuestra revista aprovecharía lo aprendido y los sólidos cimientos construidos durante años soportarían bien este medio que ya es líder en todo el entorno mundial de habla hispana. Gracias Nerea y Jordina por saber hacerlo, Mar por venir a sumar, gracias a todo el enorme equipo por hacerlo posible. ¡Número 200, vamos a por ti!
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“Cuando pensamos en la producción y la transformación alimentaria de hoy en día, un ventilador no es lo primero que se nos viene a la mente y, sin embargo, en la gran mayoría de los procesos el movimiento de aire es un factor relevante o incluso crucial”
