La falta de pastores pone en riesgo la continuidad del ovino extensivo en Guadalajara
La falta de pastores para conducir el ganado extensivo es un hecho irreversible en los últimos años en provincias como Guadalajara, donde, para que no desaparezca el oficio, disminuya la campaña de ovino y las queserías y se mantenga la limpieza del monte y las laderas, desde la Delegación de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural tienen previsto organizar, previsiblemente el próximo mes de junio, una escuela de pastoreo con talleres y jornadas para que los jóvenes aprendan una profesión que se encuentra en peligro de extinción. Ya hay media docena de jóvenes interesados en participar en estas jornadas formativas gratuitas.
El pastoreo representa un patrimonio intelectual y cultural de gran valor en nuestro país. Protagonista de una compleja historia económica, de poder y de relación con el entorno, sin esta actividad no puede entenderse la configuración actual de la Península Ibérica, señala la Asociación Empresarial Cárnica (Anafric).
La ganadería extensiva es una actividad económica, cultural y ambiental enormemente variada, que no transita bien por la concentración e intensificación que imponen los mercados y las políticas actuales. Enfrentado a la cruda realidad, el pastoreo del siglo XXI se debate entre la intensificación y el abandono, tratando de sobrevivir en unas condiciones en las que la sociedad apenas entiende las sutilezas de su modelo productivo ni su insustituible papel en la gestión del territorio.
“A pesar de todo, en condiciones tan duras, florecen en nuestro país diferentes iniciativas que trabajan por mantener y transmitir la actividad, protegiendo un legado que va a ser importante de cara al futuro, especialmente en nuestra manera de enfrentarnos al cambio climático”, apunta Anafric.