Se crea el primer film adhesivo antifouling para náutica sin biocidas
Cada año se aplican alrededor de 150.000 toneladas de pintura antifouling con biocidas en embarcaciones de toda Europa, unas cifras que tienen consecuencias negativas para la flora y la fauna marinas.
Para combatir este ataque al medio ambiente, la empresa Mactac ha desarrollado el primer antifouling con film adhesivo sin biocidas.
El sistema consiste en un film adhesivo que protege la obra viva y está recubierto de una capa de pintura de silicona desarrollada por PPG. La fórmula está considerada un avance tecnológico por tratarse de una pintura submarina adhesiva no contaminante que permite la conservación de la vida marina y no tiene consecuencias en la salud humana.
La aplicación se completa con la creación de un barniz de sellado, instalado en bandas transversales y longitudinales, que permite realizar eventuales reparaciones localizadas en la carena del barco. La solución revolucionaria elimina los inconvenientes de la aplicación de la pintura aplicada en espray o pulverización y aumenta su eficacia.
Ahorro de combustible
Con este método, los barcos mejoran su deslizamiento, lo que conlleva un ahorro de entre el 5% y el 6% de carburante. Además, se reduce el riesgo de ósmosis, ya que el film es impermeable al agua y ofrece protección de la capa de gel de la obra viva. Con este sistema, la tasa de higrometría de los cascos recubiertos es realmente inferior en comparación con el resto de soluciones de pintura antifouling tradicionales.
El antifouling tiene una duración de hasta cinco años, frente a los siete u ocho meses de los otros antifoulings existentes en el mercado. A esto, se le suma un mantenimiento muy sencillo, ya que solo necesita de una brocha o esponja suave para hacer desaparecer el biofilm de la colonización de la carena. Estas dos características del nuevo método permiten un ahorro, gracias a la reducción de costes de mantenimiento en los cinco años de eficacia.
Valor de reventa del barco
Este recurso, que mantiene intacta la carena del barco, le da un valor añadido de reventa. Una vez retirada la protección, presenta un estado de superficie muy similar al que ofrecen a la salida de los astilleros.
La aplicación del film protector va dirigida especialmente a arrendadores náuticos, constructores, astilleros y a propietarios preocupados por la conservación de su inversión.