Bodegas Ochoa recibe el VIII Premio Empresa Familiar Navarra de ADEFAN
La Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN) ha concedido su VIII Premio Empresa Familiar Navarra a Bodegas Ochoa, la compañía vitivinícola de Olite con más de 180 años de historia y a cuyo frente se han sucedido hasta seis generaciones diferentes.
Iñaki Ecay, presidente de ADEFAN, justifica la concesión de este reconocimiento por ser “un ejemplo en la profesionalización que deben seguir las familias empresarias a la hora de abordar el relevo generacional”. También menciona su doble carácter simbólico. Por un lado, recuerda que Bodegas Ochoa representa la capilaridad de sus asociadas que, más allá de Pamplona y su comarca, “están presentes por toda la geografía foral lo que las convierte, en muchas ocasiones, en el único motor de desarrollo, empleo y riqueza que impide la despoblación del ámbito rural al tiempo que ayudan a la vertebración del territorio”.
Igualmente, destaca el importante papel que juegan las mujeres en las familias empresarias representadas en esta ocasión en Adriana, Beatriz y, fundamentalmente, su madre Mariví Alemán. “Es el fiel reflejo de la fuerza que todas ellas han aplicado en nuestras empresas desde responsabilidades tan diversas como la gerencia o la dirección financiera y sin olvidar la importancia de la conciliación y de mantener unido el núcleo familiar”, dice.
Siguiendo esa misma línea, Joseba Martikorena, vocal de la Junta Directiva de ADEFAN, destaca de la firma galardonada “su vinculación al sector agroalimentario, el segundo motor económico de Navarra con una facturación anual superior a los 4.500 millones de euros”. Asegura, además, “que están trabajando muy bien en una industria, la vitivinícola, marcada por grandes incertidumbres y retos”.
Bodegas Ochoa está dirigida actualmente por las hermanas Adriana y Beatriz Ochoa. Ambas cogieron el relevo de sus padres (Javier y Mariví) en 2016. De esta forma se completó su proceso de incorporación a la empresa familiar iniciado de forma escalonada en la primera mitad de este siglo. Una vez en la dirección, las dos han aprovechado estos años para adaptar el paso de esta empresa familiar centenaria al nuevo contexto de su negocio “con un consumidor más exigente y donde el vino ha adoptado un nuevo rol vinculado más con un cierto estatus social”, comenta Adriana Ochoa.
Por ello, han impulsado un profundo cambio a nivel interno del que no ha quedado al margen la plantilla. “Muchos de los trabajadores que trabajaban con nuestros padres se han ido jubilando y han entrado otros, algunos de ellos hijos y nietos de aquellos. Intentamos rodearnos de profesionales de ámbito local porque entendemos que es bueno para nuestro entorno y por lo tanto para la empresa”, destaca Beatriz Ochoa. Ahora, coincidiendo con la entrega del premio de ADEFAN, en Bodegas Ochoa entienden que dicha transformación ya se ha completado.
Este galardón busca, en concreto, reconocer aquellos negocios familiares de la Comunidad foral que han destacado por realzar como valores propios el arraigo al territorio y la vocación de permanencia. También se valora la evolución seguida por la empresa premiada, su compromiso con el empleo, así como otros elementos propios que definen el modelo de empresa familiar como la reinversión de los beneficios en el negocio, el sacrificio o la ilusión constantes de sus familias empresarias.
Bodegas Ochoa es la última en sumarse a la relación de empresas familiares navarras reconocidas con este premio. Un listado del que ya forman parte Goikoa (2023), el consorcio empresarial de la familia Antoñanzas (2022), Ventas de Ulzama-Grupo Castillo de Gorraiz (2021), Grupo Enhol (2019), Conservas El Navarrico (2018), Grupo Basarana Las Cadenas (antigua Hijos de Pablo Esparza) (2017) y Viguetas Navarras (2016).