Kofi Annan insta a la industria vitivinícola a implicarse en el cambio climático
15 de abril de 2011
Con este arranque y tras hacer un guiño al público joven que se congregó en el Palacio de Congresos de la localidad marbellí a los que calificó como ‘líderes del mañana’, Annan inició una alocución centrada en la defensa del planeta cuya biodiversidad corre peligro debido a los efectos del cambio climático y su incidencia sobre la economía, la subsistencia humana y el medio ambiente. El ex secretario general de las Naciones Unidas reconoció que el vino es un cultivo “especialmente sensible al cambio climático pero ofrece una plataforma altamente interesante para abrir un debate más amplio”. En esa línea, valoró el esfuerzo del sector vitivinícola: “No solo es consciente del problema sino que se preocupa, además, de los posibles efectos sobre los cultivos, la cadena de producción y los costes del mismos”
A medida que crece la población, asegura Annan, se agrava nuestra “huella global” debido al aumento de demanda sobre recursos naturales, alimentos y energía. “El efecto del cambio climático no solo afecta al medio ambiente sino que es una amenaza global e integral para nuestra seguridad, nuestra salud, el suministro de alimentos y la estabilidad social”, afirmó el mandatario. Asimismo, confesó: “Todavía no entendemos plenamente las consecuencias de nuestra huella ecológica, la que hemos creado ni tampoco sabemos cómo vamos a enfrentarnos a los problemas que se plantearán en el futuro”.
En este punto, el ex secretario general de Naciones Unidas se detuvo a analizar cuáles son las amenazas que acarrea el cambio climático y de qué forma el calentamiento global hará mella en nuestra vida. Annan vaticinó que el cambio supone una amenaza contra nuestra salud: “En un clima más cálido las enfermedades infecciosas se propagan a más velocidad y en más regiones”. Igualmente, hizo referencia a la amenaza que supone el efecto invernadero contra el suministro de alimento ya que el aumento de las temperaturas y sequía prolongada incapacita a las zonas fértiles para pastoreo como cultivo. Por último, alertó que representa una amenaza para la paz y la seguridad: “El cambio de patrones en pluviometría puede incrementar la competición por recursos e iniciar tensiones potencialmente desestabilizadoras y migraciones, en especial, en regiones frágiles y zonas volátiles”. Una tragedia que, a su modo de ver, “tiene una cara humana”. “En la lucha contra el cambio climático tiene que haber justicia climática”. Esto significa que los países más ricos que emiten más emisiones per cápita tienen que pagar por lo que contaminan “y no solo pagar los pobres y más vulnerables de este mundo”, defendió Annan, que advirtió de la necesidad de instaurar un sistema igualitario que no perjudique a los países con menos recursos.
Por último, Annan hizo un alegato a favor del ‘pacto global’ o ‘global compact’ para aunar esfuerzos para que la globalización no solo acarree efectos negativos sino efectos positivos para todos. A la vez, pidió a los miembros de la industria vitivinícola que invirtieran en innovación y desarrollaran nuevos cultivos que se adapten a los nuevos tiempos y a la amenaza del cambio climático. “Cada uno de nosotros podemos hacer algo, pequeños esfuerzos obtienen grandes resultados, les urjo y les pido que tomen esta palabras en cuenta”, concluyó.