La superficie destinada a viñedos aumentó un 14,6% en Cantabria durante el año 2009
20 de enero de 2010
Durante el año 2009, el sector vitivinícola cántabro registró un crecimiento menor que en el ejercicio anterior, debido a la crisis económica, tal y como ha confirmado el ejecutivo local. Así, en el pasado mes de agosto el potencial vitivinícola de Cantabria era de 132 hectáreas, frente a las 126 del mes de julio del año 2008, con un incremento de la superficie plantada que pasó de las 87,15 hectáreas del 2008 a las 99,90, un año después. El gobierno de la región facilitó estos datos en el marco de la VII Cata de Vino de Cantabria, en la que participó el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, Jesús Oria. Además, el gobierno cántabro ha recordado que en el 2008 se inició el segundo plan experimental de seis años en la zona, integrado por tres proyectos. El primero, para estudiar variedades y patrones de vid, sistemas de cultivo y vinificación de caldos tintos y blancos jóvenes de la comunidad. El segundo, para valorar la adaptación de las uvas Treixaudra y Torrontés a las características ambientales de la costa cántabra. Y, el último, para reintroducir tipos de uva autóctona desaparecida como la Neruca, la Parduca y otras en la comarca de Liébana, a fin de evaluar su potencial enológico.
Basándose en las conclusiones de los técnicos de estos programas experimentales, el gobierno local ha destacado el buen comportamiento de las variedades tintas, con buena acidez, aunque con un grado alcohólico ligeramente bajo, durante la presente campaña. Respecto a los caldos blancos, algunas parcelas experimentales han registrado “ataques frecuentes” de mildiu y otros invasores que no figuran en un calendario estricto de tratamientos fitosanitarios, lo que ha producido notables pérdidas. Respecto a la maduración del fruto, Cantabria ha seguido una tendencia caracterizada por la alta acidez, especialmente en la zona costera, incluso en vendimias tardías con buen grado alcohólico.