Cinco Leguas, vuelven las viñas olvidadas
“Esta no deja de ser una historia de compromiso con uno mismo”, afirma Marc Isart, fundador de la bodega Cinco Leguas, un proyecto ubicado al este de Madrid que pretende mostrar las bondades del Malvar, el Tinto Fino y la Torrontés. Isart, uno de los enólogos más conocedores de esta zona, nos explica porqué se lanzó a crear su propia bodega y qué espera de ella.
Marc Isart, juntoa su padre, busca producir vinos para dar placer y calmar la sed. Foto: Abel Valdenebro.
A partir de viejas viñas olvidadas de Tinto Fino o Malvar, Isart elabora sus vinos bajo la marca Cinco Leguas: “El proyecto se inicia por la inquietud que genera la desaparición de un paisaje. Por ver cómo se van arrancando los viñedos viejos en pro del cereal y de centrales de placas solares. La conservación del paisaje es clave para el mundo del vino. Sin él no hay identidad. Sentí la necesidad de materializar en persona la pasión que he ido desarrollando con los años por este oficio milenario y que me ha obligado a expresarme con libertad”, explica el fundador.
El proyecto se ubica en Chinchón, pueblo emblemático, bonito y castizo. Exactamente, todo empezó en una antigua fábrica de trajes que, por el camino, fue bodega de espumosos y fábrica de anís. Los viñedos están en los términos municipales de Belmonte de Tajo, Colmenar de Oreja y Chinchón.
Las 5 leguas y su oficio milenario
Cinco Leguas se haya en el medio de un paisaje austero, de esparto, encinas y tomillos, de veranos secos y calurosos, inviernos fríos y extremos, de sufrimiento, de sed y frío. De estas viñas nacen vinos destinados a los villanos pero dignos de la más alta nobleza.
Su curioso nombre surge de la historia. 5 leguas a la redonda de Madrid era la distancia que garantizaba el abastecimiento de los vinos para la Villa de Madrid, vendidos a través de los taberneros de la capital allá por el siglo XVI. “Cinco Leguas continúa el camino de La Maldición y es un nombre inspirador para explicar nuestro proyecto y seguir siendo ese vino de abastecimiento. Vino de sed, vino local, honesto y trabajado. El vino de Madrid”, subraya Marc Isart.
Las cinco leguas se recorren hacia el sureste de la capital. En la comarca de Las Vegas (Henares, Tajo y Tajuña), surcan la meseta para configurar un paisaje repleto de valles y cerros. Campos de tierras rojas y blancas con arcillas y yesos de textura franco-arcillosa. Una tierra de tinajas construidas con la misma arcilla que sustenta los cultivos.
“Es la zona en la que vivo, en la que pasé mi pubertad. Es la zona de mi mujer y su familia, una zona que está perdiendo viñedo, con historia, con cultura vitivinícola, con buenos vinos… y luego Chinchón. Un fantástico lugar para desarrollar cualquier cosa. Un pueblo muy bonito”, sentencia el fundador.
Vino en tierra de contrastes
Bodegas Cinco Leguas trabaja con vides viejas de Tinto fino, Malvar y Torrontés de Madrid (Alarije). Son vides de secano, viejas, empobrecidas, supervivientes a la insolación y a la sequía, nutridas por un clima continental y dejes mediterráneos con una pluviometría de 460 mm al año, de veranos secos y calurosos, inviernos fríos y extremos.
“Nuestra filosofía intenta mantener unas tradiciones, un origen, una identidad a través de una viticultura orgánica y de una enología poco intervencionista, pero reflexionada. La viticultura es ecológica certificada en el 95% del viñedo. El otro 5% está sin certificar, pero también lo es. El motivo es que en esta zona es fácil, se ha hecho siempre. Creo que preservar una enología poco intervencionista tiene que ir acompañada de una viticultura poco intervencionista, y la viticultura ecológica es poco intervencionista en esta zona. Sabiendo que la viticultura es intervención, claro”.
Para Marc Isart, Cinco Leguas seguirá teniendo sentido mientras le dé felicidad. En el futuro, espera que el proyecto le aporte agricultura, que pueda tener viña, olivo, huerta… “Que permita el equilibrio entre vivir y trabajar. Un proyecto que tiene que hacer grandes vinos, que la gente los conozca y que disfrute de ellos”, concluye.