Entrevista a Frédéric Rouzaud, director general de Louis Roederer
Maison Louis Roederer es una de las últimas casas de champagne familiar e independiente que quedan en Francia. Con 240 hectáreas situadas exclusivamente en los Grands y Premiers Crus del Marne, los cuvées de Louis Roederer nacen de la confrontación paciente con los elementos, de una reunión de talentos, de una ciencia de los equilibrios, de una uva resistente y generosa, arraigada en la tierra de champagne… Así nos lo explica Frédéric Rouzaud, séptima generación de una casa fundada en 1776 y que ha conquistado desde zares hasta raperos.
Para empezar, sabemos que todo el mundo conoce sus champagnes pero… ¿por qué son tan exclusivos?
Desde hace 243 años, como bodega familiar y con una filosofía a largo plazo, intentamos inventar el mejor champagne del mañana en pequeñas cantidades y principalmente a partir de nuestros propios terroirs ubicados en los mejores grands crus de la Champagne.
En 2020 se convirtieron en la primera Maison con dos champagnes con 100 Puntos Parker gracias a su Cristal Rosé 2002 y 2008. ¿Qué significa para la bodega este hito?
Estamos muy orgullosos de recibir premios o buenas puntuaciones. Estos reconocimientos nos aportan más energía y motivación para perseguir nuestra búsqueda diaria por la excelencia y calidad auténtica
Como director, ¿siente presión por mantener la calidad de los siglos de historia que le preceden?
Me considero muy afortunado de ser capaz de dirigir esta joya en la región de Champagne y en otras grandes regiones del mundo vitivinícola. Esto, evidentemente, comporta responsabilidades, pero también mucha energía para continuar el legado y creatividad de mis antecesores y llevar a la Maison todavía más lejos en el futuro.
¿Cree que la filosofía y el estilo de sus productos han evolucionado?
La filosofía sigue siendo la misma: para producir el mejor vino es necesario modelar tus propios viñedos en los mejores terroirs; se necesita tiempo, saber hacer y la pasión de un equipo motivado... El estilo probablemente ha evolucionado un poco, pero las herramientas siguen siendo las mismas, viñedos de primera categoría.
Sus rosados son el claro ejemplo de su maestría. ¿Cómo se elaboran este tipo de champagnes en su Maison?
Somos muy pocos los que en el mundo del champagne trabajamos con lo que nosotros llamamos un “proceso de infusión” para el rosé, que preserva la finura y elegancia de un champagne, a la vez que muestra la máxima expresión del sabor afrutado y carisma del Pinot Noir (que representa un 70% de nuestro rosé). Nuestros rosés también surgen de viñedos específicos propiedad de Louis Roederer cercanos al río Marne y orientados al sur, y los trabajamos precisamente para hacer rosés como nos gustan... Esta es, evidentemente, la clave para perfeccionar nuestros propios vinos.
¿Qué importancia tiene el modo en que trabajan la viña en la obtención de sus cuvées?
Con respecto al proceso de producir grandes vinos, es todo un lujo ser capaces de perfeccionar nuestros propios viñedos, dado que la calidad de un vino surge primero de su terroir y la manera cómo éste se trabaja. Se precisan muchos para conseguir uvas excelentes de un viñedo y es evidente que hacerlo a partir de un tratamiento bio aporta una mayor pureza, autenticidad, vida y complejidad al vino... La poda es imprescindible, al igual que otros detalles importantes. El secreto reside en observar la naturaleza cada día.
Entonces, ¿es más importante la naturaleza o el trabajo del enólogo? Tal vez es una combinación de ambos.
Una vez tenemos las mejores uvas durante la vendimia, buena parte del trabajo ya está hecho. Para nosotros el proceso de elaboración del vino tiene que ser muy minimalista para preservar todos los mejores aspectos de nuestras uvas (finura, sabor afrutado y concentración) e intentar alcanzar la mejor mezcla entre todos estos elementos... Lo que queda son nuestros viñedos y el terroir donde están plantados.
Háblenos de las uvas con las que trabajan y las ventajas que aporta cada una.
Consideramos que el Pinot Noir es uno de nuestros vinos más interesantes en champagne, ya que aporta estructura, un punto picante, concentración y dinamismo al champagne. Por otro lado, el Chardonnay aporta elegancia, finura y frescor; mientras que el Pinot Meunier ofrece elegancia y un sabor afrutado.
En Louis Roederer tienen claro que el tiempo es un lujo, por lo que establecen tiempos de crianza más largos de los habituales. Cristal Vinothèque es el máximo exponente de lo que significa el tiempo. ¿En qué consiste este proyecto?
Champagne, y particularmente champagnes vintage como Cristal, está pensado para envejecer y acabamos de lanzar el Cristal Vinothèque 1999 (tras el 1995 y 1996) para mostrar la gran calidad de estos champagnes añejos junto con una combinación mágica de complejidad, textura y frescura. Ha estado envejeciéndose más de 20 años en nuestra bodega en diferentes etapas. Pero en general, todos nuestros champagnes tienen un proceso de envejecimiento extra en botella para demostrar su gran potencial y armonía.
A principios de 2020 adquirieron los legendarios viñedos Diamond Creek en Estados Unidos…
Estamos orgullosos de haber comprado esta gran propiedad de una de las mayores familias pioneras de Napa, la familia Broustein. Al Broustein ha creado no sólo una de las grandes joyas de Napa, sino una que expresa un sentido de pertenencia real y con un estilo inconfundible... Siempre estamos interesados en descubrir grandes vinos y, sobre todo, grandes familias que compartan los mismos valores de independencia, humildad y creatividad.
En España, cuentan con Martín Berasategui como embajador desde 2016. ¿Por qué lo escogieron a él como aliado gastronómico?
Es todo un honor trabajar de la mano de un gran chef como Martín Berasategui, probablemente el chef más talentoso e inteligente del mundo. Su compresión de nuestros vinos y la manera cómo los combina con su comida mágica es única.
Para terminar, ¿la era COVID ha afectado a una de las marcas más prestigiosas del mundo?
El COVID-19 probablemente ha cambiado nuestro mundo por completo. Sin embargo, estamos convencidos de que un producto auténtico y de calidad siempre encontrará su público, especialmente si se produce en regiones únicas y ofrece un estilo y un gusto singular.