El vino Relatos se alza con una Medalla de Oro en ‘Grenaches du Monde’
Relatos ha sido el único vino de Castilla y León en recibir una Medalla de Oro en el Concurso Internacional ‘Grenaches du Monde’. El jurado de esta 8ª edición, compuesto por 68 profesionales, organizados por el Consejo Interprofesional de los Vinos de Rosellón, ha valorado y analizado 832 vinos procedentes de todo el mundo, principalmente de uva Garnacha. Esta variedad de uva ocupa el séptimo lugar entre las más plantadas en el mundo y, el tercer lugar en Europa donde Francia, España e Italia son los principales productores.
La bodega Huellas del Tiétar, acogida a la DOP Cebreros, elabora este crianza con uva 100% Garnacha procedente del nordeste de la Sierra de Gredos, concretamente del municipio abulense de El Barraco. Estas cepas, situadas a 900 metros de altitud y con más de 70 años, se cultivan de forma totalmente manual y sostenible con el medio ambiente. Tras una vendimia manual en cajas de 15 kg, la uva es almacenada a 5 °C durante 15 horas, para posteriormente ser despalillada y seleccionada “uva a uva” con el objetivo de que solo entren en el depósito las uvas en estado óptimo de maduración.
“Conseguir que la maduración fenólica sea la adecuada es cada vez más difícil debido a aspectos vinculados al cambio climático. No todos los años se consigue un equilibrio entre todos los tipos de maduraciones de la uva”, nos explica Celia de Dios Lafuente, directora técnica de la bodega.
A continuación, inicia la fermentación alcohólica con levaduras autóctonas a temperatura controlada y posteriormente realiza la fermentación maloláctica en la propia barrica de roble francés de 500 litros donde inicia una crianza de 6 meses antes de ser embotellado.
Relatos mantiene como protagonista la Garnacha; la madera queda integrada sin eclipsar las notas frutales propias de esta variedad de uva. Con un color rojo picota de capa media, este tinto tiene aromas a mora, frambuesa y cacaos, así como recuerdos a pimienta, toques ahumados y a confitura de fresas con notas especiadas en vía retronasal. En boca tiene un paso suave aunque persistente, con nervio y tensión. “Creo que han sido estas particularidades las que han convencido a un jurado exigente que se centra en los pequeños detalles”, asegura Feliciano Conde, impulsor de esta bodega boutique Huellas del Tiétar.