Quinta de Aves, la reivindicación de la tierra de los volcanes
La historia de Quinta de Aves se remonta a los años ‘80, cuando su fundador, Manuel Casado, adquirió una finca con 500 hectáreas de extensión. Tras 25 años implementando constantes mejoras, y más de 10 años realizando diferentes pruebas de elaboración, la bodega comenzó el embotellado de sus propios vinos bajo la marca Quinta de Aves.
Quinta de Aves cuenta con 75 hectáreas de viñedo donde se pueden econtrar variedades autóctonas como el Tempranillo o Moscatel; y variedades internacionales como Syrah, Cabernet Franc, Chardonanay o Sauvignon Blanc. Situada en torno a 700 metros de altura en Campo de Calatrava, la finca está asentada en terras de origen volcánico cuyas propiedades confieren a los vinos un carácter muy especial.
El nombre de la bodega no es casual, sino que proviene del entorno tan especial en el que se encuentra la finca. ‘Quinta’ hace referencia a la casa de campo y ‘Quinta de Aves’ es la casa de más de 100 especies de aves diferentes. La finca se encuentra en un paso migratorio de aves, además de ser el hábitat de muchas otras, por lo que el paisaje de las aves volando sobre las lagunas y la viña es único. Es por ello que se representan las aves en las etiquetas, vinculando así el vino con el entorno en el que crece la viña.
Alberto Calleja es el responsable de Enología y Pablo Ossorio, el director técnico. Junto a José Ramón Lisagarre, asesor en viticultura, forman el equipo técnico de esta bodega que trabaja con tecnología de vanguardia, viticultura avanzada (en vaso y espaldera) y apuesta por una vinificación de calidad.
Tierras raras de enorme potencial
Quinta de Aves está emparado bajo la DOP Campo de Calatrava, una de las tres regiones volcánicas más recientes dentro de la Península Ibérica. Se encuentra junto a los Parques Naturales de las sierras de Andújar y Cazorla.
Los suelos de la zona son reconocidos por sus cerros de origen volcánico y sus lagunas, que regulan la humedad y la temperatura del ambiente. Presentan una geomorfología volcánica característica de la zona que potencia su terroir. Todo esto se transmite a los vinos, proporcionando características diferenciales.
“Las tierras raras donde enraízan nuestros viñedos hacen que nuestros vinos sean de gran calidad con la más absoluta singularidad”, afirma Pablo Ossorio. “Quinta de Aves es un reto apasionante en el cual nuestra meta es captar el mensaje que nos transmite un terroir tan singular. Queremos hacerlo llegar a través de sensaciones”, añade Alberto Calleja.
Siendo conscientes de que la calidad de las uvas es resultado del conocimiento sobre las diversas interacciones del clima, el suelo y la cepa, Quinta de Aves utiliza técnicas de cultivo adaptadas a su entorno y sus características singulares, siguiendo una filosofía de cariño y respeto a la vid y al medio ambiente.
La biodiversidad que todo esto genera hace resaltable el respeto e integración de la naturaleza que rodea a la bodega. A esto se le unen valores como la honestidad, el esfuerzo, el entusiasmo, la transparencia y la gratitud.
Una bodega soterrada
Ubicada en el epicentro de la finca, la bodega se integra en perfecta armonía con el viñedo. Gracias al soterramiento, la excelencia en los procesos y el uso de la tecnología más vanguardista, Quinta de Aves consigue que la uva esté en perfectas condiciones durante todo el proceso de elaboración.
Entre las técnicas de elaboración, destacan el uso de la gravedad, así como la elección de la mejor materia prima en mesas de selección para que las mejores uvas formen los mejores vinos.
Vinos veganos, el respeto a la libertad de elección
Quinta de Aves decidió elaborar vinos sin productos de origen animal, permitiendo que estos sean productos que el consumidor vegano puede disfrutar sin ningún tipo de problema. “Decidimos realizar un cambio y elaborar vinos con estas características porque nos gusta conocer, respetar y apoyar los valores de nuestro consumidor final. Además, nuestro proyecto se identifica por su respeto al entorno y convivencia con la biodiversidad que se presenta en la finca. En esta se observa una amplia variedad de fauna donde destacar las aves. Pero también nutrias, jabalíes, ciervos y muchos más animales con los que convivimos y a los que respetamos”, explican desde la bodega.
Estos vinos pueden contener productos de origen animal ya que aparecen en el proceso de clarificación. Los más comunes son gelatinas de pescados o claras de huevo.
La añada 2018 de los vinos blancos y rosado es 100% vegana. Es posible identificarlos por su distintivo en la cápsula y el logotipo vegano en la contraetiqueta.