Fuentes del Silencio, en busca de la esencia del territorio
Fuentes del Silencio nace en el año 2013 a orillas del río Jamuz, al sur de la provincia de León. Con viñedos viejos, muchos de ellos de más de 100 años -algunos prefiloxéricos- de las variedades autóctonas Mencía y Alicante Bouschet, la bodega trabaja por revalorizar la viticultura de la zona, recuperar su saber hacer tradicional y elaborar vinos singulares de producción muy limitada, con el objetivo de volver a poner en el mapa los viñedos del Jamuz.
Los enólogos Marta Ramas y Miguel Fisac, con una dilatada experiencia de ámbito nacional e internacional, encabezan este proyecto junto a Miguel Ángel Alonso y su mujer, María José Galera, fundadores de Fuentes del Silencio. Juntos trabajan por recrear la esencia del territorio buscando la máxima expresión de cada una de sus pequeñas parcelas, practicando una viticultura ecológica y potenciando al máximo los métodos tradicionales. El objetivo es convertirse, así, en un testimonio vivo en la historia vitícola de la frontera del noroeste de España. Con gran influencia gallega y con muchas diferencias con el resto de León, el Jamuz es una zona única, caracterizada por la presencia, entre otras variedades, de una Mencía en altura con un clima continental.
Fuentes del Silencio se ubica en el municipio de Herreros del Jamuz, cuya gran cantidad de reservas de agua lo hicieron conocido en el pasado como “el pueblo de las fuentes”, legado popular que inspiró el nombre de la bodega.
Sus instalaciones se encuentran en el casco antiguo de la localidad, en unas casas que se han rehabilitado respetando el adobe y la piedra original. La adaptación a su nuevo uso vitícola se ha desarrollado siguiendo la misma filosofía que para la elaboración de los vinos: trabajo artesanal, arriesgado y con poca intervención.
Además de esta propiedad, Fuentes del Silencio también dispone de una bodega tradicional leonesa -esculpida en la roca y en medio de sus viñedos-; un espacio recupe-rado y dispuesto para catas y encuentros.
Jamuz, un tesoro de viñedos centenarios y prefiloxéricos
La comarca del Jamuz se sitúa al suroeste de la provincia de León, próximo a la Sierra del Teleno, a una altitud entre 800 y 900 metros sobre el nivel del mar. En los últimos cinco años, Fuentes del Silencio ha desarrollado un arduo trabajo de restauración del patrimonio vitícola del Jamuz recuperando viñedos centenarios y prefiloxéricos, muchos en proceso de abandono o desaparición en el interior de los bosques. Actualmente la bodega dispone de 25 hectáreas de viñedo con variedades tintas (Mencía, Alicante Bouschet, Prieto Picudo y Gran Negro) y blancas (Palomino, Doña Blanca y Godello).
La Ribera del río Jamuz tiene de un clima continental seco, con temperaturas medias anuales por debajo de los 11 °C. Esta zona posee una gran amplitud térmica entre el día y la noche y precipitaciones poco abundantes, cuyas medias no superan los 580 mm anuales -muy inferiores a otras zo¬nas vitivinícolas próximas como El Bierzo (800 mm) u Orense (751 mm)-. Las condiciones de escasa humedad, los inviernos largos y fríos con heladas intensas y los veranos cálidos y secos, junto a la protección natural de los vientos que supone el Monte Teleno (2.188 msnm) confieren a la zona unas características especiales, que se suman a una de las exposiciones solares entre las más altas de España.
Los viñedos se encuentran situados sobre sedimentos auríferos formados por conglomerados arenoso-arcillosos. Lo que en la actualidad es un valle rodeado de viña, comenzó como una explotación de oro en tiempo de los romanos. Por lo general, se trata de suelos francos, francoarenosos y francolimosos, con pH ligeramente básico y tonos pardos. Estos materiales presentan una buena permeabilidad, facilitando así el drenaje y la filtración de agua hacia zonas profundas del terreno. La importante fracción arenosa no retiene tanto la humedad, por lo que hace que la vid pueda sufrir estrés hídrico estival y se reduzca en consecuencia el tamaño de la uva. Estas condiciones del suelo también ayudan a evitar los problemas de encharcamiento habitual, característico de suelos arcillosos, que pueden producirse durante los periodos de lluvias intensas
Fuentes del Silencio, pago singular
Los viñedos de Fuentes del Silencio se ubican en los pueblos de Quintanilla de Flórez, Palacios de Jamuz, Quintana y Congosto, y Herreros de Jamuz, y configuran un pago en el que se cultiva la Mencía más alta de León, a 855 metros sobre el nivel del mar. Sus suelos cuentan con componentes de pizarras y calizas del período Cámbrico, Ordovícico inferior y algunos depósitos de la era cenozoica y depósitos limosos sobre los que se encuentran cantos de cuarcita de matriz arcillosa o raña formados hace unos dos millones de años.
Su textura de arena y limo y su contenido en arcilla permiten almacenar nutrientes esenciales para el viñedo y evitar, por la función de la arena que contiene el suelo, la humedad excesiva que podría provocar enfermedades en las vides. Las características climáticas y del viñedo y el entorno de Fuentes del Silencio se diferencian de las de zonas próximas, contienen elementos como silicio, magnesio y níquel que favorecen la calidad del vino y refuerzan a la planta contra plagas y enfermedades.
Estos singulares suelos albergan una comu¬nidad microbiana muy diferente a la de las clásicas regiones vitícolas. Se ha determinado la presencia de bacterias de los géneros Thiobacillus, Acidiphilium, Leptospirillum, Ralstonia y Desulfotomaculum, descritas en minas de oro de Sudáfrica, China, México y Australia.
Viñedo ecológico
El perfil de la zona, marcado por cepas que crecen muy a ras del suelo, hace que se practique la llamada poda rastrera, convirtiendo el trabajo en un verdadero acto de viticultura heroica. Además, muchas parcelas lindan con el monte o están literalmente dentro del bosque, en constante competencia con jaras y encinas.
Las cepas están plantadas en vaso rastrero (sistema tradicional de la zona) y se les aplica una poda minuciosa en invierno y poda en verde en verano para mejorar la aireación dentro de la planta, logrando reducir al mínimo los tratamientos, fortaleciendo su salud y respetando la biodiversidad y el equilibrio de la flora y fauna.
Todo el viñedo está dividido en pequeñas parcelas -centenarias y de nueva plantación, desarrollada usando porta-injertos poco vigorosos y madera seleccionada de las propias cepas viejas-, cuyos frutos se trabajan por separado una vez en la bodega. La producción se limita a una cantidad no superior a 1,5-2 kg por planta y 1.500-2.000 kg por hectárea con el fin de obtener la mejor expresión de las uvas.
En Fuentes del Silencio se practica una viticultura ecológica, combinando el uso de técnicas tradicionales y mecánicas, evitando el uso de productos agroquímicos con el objetivo de conducir la producción de una forma saludable y respetuosa con el medio ambiente. Sus viñedos y bodega están en proceso de certificación ecológica.
Para la elaboración del vino se realiza una minuciosa selección de uva en el viñedo y en la bodega. Se vinifica sin despalillar y con cantidades de azufre mínimas para propiciar una fermentación espontánea con levadura autóctona en tinas troncocónicas de madera. La uva se pisa diariamente de manera cuidada, dejando macerar el vino, durante meses en algunas ocasiones. Tras el prensado, los vinos pasan a barricas de 225, 300 y 500 litros respectivamente, todas de tostado ligero y grano fino para reducir el impacto de la madera sobre ellos. Siguiendo la filosofía experimental de la bodega, se ha incorporado el hormigón y se prevé el uso de ánforas, entre otros recipientes.