Alta Alella, con la naturaleza por bandera
Alta Alella es un proyecto familiar que nació hace más de veinte años de la mano de Josep Maria Pujol-Busquets y su esposa Cristina Guillén, cuando adquirieron la finca novecentista Can Genís, situada a 2 km del mar Mediterráneo entre los municipios de Alella y Tiana. Es la bodega más próxima a Barcelona y sus vinos ecológicos están presentes en las cartas de algunos de los mejores restaurantes del mundo.
Viñas en el Celler de les Aus.
El enólogo y emprendedor Josep Maria Pujol-Busquets, junto a su mujer Cristina Guillén, que con gran entusiasmo iniciaron esta aventura enológica, adquiriendo la finca Can Genís, de reminiscencias noucentistas, situada en la zona agrícola del Parque Natural Serralada de Marina, entre los Municipios de Alella y Tiana (Barcelona).
En 1991, Alta Alella plantó sus primeras viñas, junto a la variedad tradicional de Alella, Pansa Blanca (Xarel·lo), seguido de una diversidad de variedades, entre las que cabe destacar la olvidada Mataró, que no se cultivaba desde los tiempos de la filoxera. Se construyó la bodega y se reformó la masía. Tras 10 años, en 2001, ya estaban listos para elaborar sus primeros vinos, fruto de las 6 hectáreas distribuidas en terrazas y laderas. Actualmente, la bodega cuenta con 25 hectáreas, situadas a una altitud de entre 100 y 250 metros sobre el nivel del mar, y extendidas sobre suelo de sauló, uno de los factores que más marca a los vinos de Alta Alella. El sauló es un suelo ácido con niveles muy bajos de calcárea activa, poca materia orgánica y baja retención de agua.
“En Alta Alella está nuestra casa y, entre viñas, han crecido nuestras hijas. El vino es mi proyecto de vida y el de toda mi familia”, afirma Josep Maria Pujol-Busquets Camps, propietario de la bodega. Y es que Alta Alella es una bodega moderna donde la agricultura ecológica (no emplean herbicidas, pesticidas, ni insecticidas) y el respeto por el entorno y la naturaleza han sido las bases para elaborar vinos y cavas. Dentro de la DO Alella y la DO Cava, la bodega tiene vocación de pureza y transparencia, siendo cada vino el vivo reflejo del terroir y de cada añada.
Cada variedad está plantada en función de la orientación de la parcela. Así se aprovecha la orientación a poniente con el objetivo de conseguir uva madura y de alta graduación, apta para vinos dulces y tintos; mientras que la orientación a levante se aprovecha para obtener uva más aromática y floral, apta para base de cava y vinos blancos.
En la actualidad, Alta Alella ha llegado a su nivel de consolidación como finca y como marca de calidad, apostando por el enoturismo y la construcción de un centro de recepción de visitas en un entorno vitícola único. La bodega ofrece a los amantes del vino y del cava la degustación de sus productos, fruto de una elaboración artesanal y de máxima expresión, entre magníficas vistas del Mar Mediterráneo.
El relevo generacional de Alta Alella está asegurado con las dos hijas de Josep Maria Pujol-Busquets Camps: Mireia, bióloga, Máster en Agricultura Ecológica y Sommelier, y Georgina, farmacéutica y Máster en Nutrición y Salud Pública.
Bodega para microvinificaciones
“Los depósitos pequeños nos permiten fermentar cada parcela por separado, permitiéndonos recoger la uva en su punto óptimo de maduración, según cada parcela y variedad. Todos los vinos fermentan a temperatura controlada en depósitos de acero inoxidable o en barricas nuevas de roble francés o americano”, explica Pujol-Busquets Camps.
Todos los trasiegos se realizan por gravedad, evitando así el uso de bombas. Incluso los remontados diarios que se efectúan a lo largo de las maceraciones se llevan a cabo sin bombeos. Se decanta el vino en un contenedor de acero inoxidable colocado debajo del depósito y, con la ayuda de un toro, se vierte el vino por encima de las pieles por la parte superior del depósito. Las maceraciones de vino tinto se realizan mediante la técnica del sombrero sumergido, de esta manera, el sombrero de pieles y pulpa se mantiene por debajo del nivel del vino favoreciendo la extracción.
La duración de las maceraciones varía entre tres y cuatro semanas según cada variedad, parcela y añada. Los vinos tintos efectúan la fermentación maloláctica en barrica, un proceso que exige un poco más de vigilancia, pero que ofrece ventajas significativas en cuanto a la fijación de color y otros elementos polifenólicos. Los vinos blancos y vinos base para cava no realizan la fermentación maloláctica completa, para mantener el máximo de frescor.
En el caso de los cavas, se provoca la segunda fermentación, que tendrá lugar en botella y se somete a una crianza en rima en nuestra bodega entre 20 y 60 meses. Salen a la venta acabados de degollar.
Celler de les Aus, la bodega de vinos naturales
En 2015, Alta Alella dio un paso adelante en su apuesta por la ecología y el medio ambiente con la inauguración del Celler de les Aus. La familia Pujol-Busquets Guillén trabaja con el compromiso de obtener vinos puros, transparentes, que reflejen sin maquillaje el alma del paisaje y del terroir donde se cultivan. Por eso, Alfons Soldevila, arquitecto encargado de la construcción de la bodega, recibió tres premisas claras para desarrollar el proyecto: paisaje, Mediterráneo y compromiso con el Parque Natural de la Serralada de Marina.
En esta bodega se elaboran vinos de calidad sin utilizar sulfitos y reciben el nombre de las aves que habitan en su entorno: Bruant, Capsigrany o Merla, entre otros. Para preservar y observar el hábitat natural del entorno que rodea la bodega, el Celler de les Aus cuenta con un bebedero diseñado por el ornitólogo e ingeniero técnico Jordi Mares (ingeniería y creatividad aplicadas a la conservación de la naturaleza) con la colaboración de Mireia Pujol-Busquets, bióloga.
Una de las técnicas más importantes de la agricultura ecológica es la de mantener el equilibrio de la naturaleza y que los insectos o animales, que podrían suponer una plaga, estén controlados por sus depredadores. El bebedero tiene la función de facilitar el baño y el agua para hidratarse a numerosas especies de pájaros que tienen su hábitat en las viñas y bosques del entorno. Estos pájaros son depredadores de insectos o de plantas que podrían ser una plaga para la viña y son los encargados de mantener el equilibrio.
El diseño del bebedero está inspirado en los recogedores de agua de lluvia construían antes los elaboradores de vino. Como los de entonces, está formado por un pequeño depósito que permite almacenar el agua durante meses y por una rampa que facilita que pájaros de varias medidas puedan acceder a ella sin problemas. Los vinos del Celler de les Aus reciben el nombre de estos pájaros.