Terra Alta, capital de la Garnacha en 2018
La Terra Alta, una de las comarcas más vinícolas de Catalunya, será la sede de la sexta edición del concurso itinerante Grenaches du Monde que tendrá lugar del 11 al 15 de abril. Reconocida como Denominación de Origen desde 1972, la Terra Alta es una de las siete denominaciones de origen históricas de Catalunya y una de las mayores productoras de la variedad Garnacha Blanca.
El alma de la Garnacha Blanca
Pasión, humildad y esfuerzo en el trabajo son los rasgos que definen los productores de la DO Terra Alta. 1.255 viticultores que cultivan un entorno de 5.800 hectáreas de viñedo de variedades como el Macabeo, la Parellada o la Cariñena. Pero si hay una auténtica protagonista ésta es, sin duda, la Garnacha, que ocupa 1.400 hectáreas. Sea Blanca, Negra o Peluda, la Garnacha es la variedad que mejor logra en estas tierras mediterráneas todo su esplendor en aromas, carácter, personalidad y matices.
Actualmente, en la Terra Alta se cultiva el 33% de la Garnacha Blanca mundial, un porcentaje que supone el 75% de la producción en España y el 90% en Catalunya. Así pues, no es extraño que la Terra Alta sea una de las pocas regiones de la vitivinicultura mundial donde es posible encontrar una extensa gama de vinos varietales de esta vinífera que les ha hecho merecedores de un distintivo de garantía específico: Terra Alta Garnatxa Blanca.
La zona vinícola más meridional de Catalunya está situada entre el río Ebro y las tierras del Matarraña (Aragón), una zona fronteriza y milenaria donde ya los Templarios cultivaban viñedos en el siglo XIII. Con 52 bodegas y una producción de alrededor de 7 millones de botellas, la zona está reconocida como Denominación de Origen desde 1972.
Su situación geográfica tiene un alto valor paisajístico, no en vano las Tierras del Ebro han sido reconocidas por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. Una zona privilegiada para conseguir una uva sana, madura y con carácter, con una viticultura respetuosa con el medio ambiente y con la producción de una uva con identidad propia.
Pero ante todo esto, ¿cómo definiría la DO Terra Alta su presidente, Joan Arrufí? “La DO Terra Alta es la mejor Denominación de Origen de España y una de las cinco mejores Denominaciones del Mundo, y que se distingue de las demás, entre otras cosas, por su clima, un clima que no es Mediterráneo, y tampoco Continental … Sería un mediterráneo interior, con unos inviernos muy crudos y fríos, y unos veranos muy calurosos, pero con un gran contraste de temperatura entre el día y la noche. Tenemos 17 texturas diferentes de suelo, donde ‘El Panal’ es el suelo que más destaca. Un suelo limoso, esponjoso y calcáreo, muy pobre en materia orgánica, hace de nuestras garnachas un estilo especial”.
Al estar en el valle del Ebro “nos visitan a diario dos vientos”, explica Arrufí, “el Cierzo, que viene de interior, fresco y seco, y la Garvinada, un viento más húmedo y cálido que nos viene del Mediterráneo. Ellos hacen de nuestra zona una DO en la que el proceso de producción es muy respetuoso con el medio ambiente, sin la necesidad de utilizar demasiados productos fitosanitarios. Y, por supuesto, nuestra elemento más característico es la Garnacha Blanca, sello de identidad de la DO Terra Alta. En el mundo, cuando se habla de Garnacha Blanca, se habla de Terra Alta”.
Y estas uvas conocidas en todo el mundo, ¿por qué dicen que tienen identidad propia? “La DO Terra Alta es una zona garnachera, donde esta variedad se adapta a la perfección, y sus matices de cata la distinguen de otras zonas garnacheras. Pero es la Garnacha Blanca, la que más distingue a la DO Terra Alta. Hay que tener en cuenta que más del 30% de la producción de esta variedad en todo el mundo, se produce en Terra Alta. Nuestra Garnacha Blanca produce vinos de alta elegancia. Aromas de frutas blancas con algunos toques cítricos. En boca largo y untuoso, afrutado con una buena acidez, hacen de esta variedad unos vinos gastronómicos muy preciados”, puntualiza el presidente de la DO.
Los sentimientos son muy positivos porqué la denominación vive un momento muy dulce: “Estamos en pleno crecimiento en el conocimiento de los clientes en general, tanto a nivel nacional como internacional, siendo ahora mismo una de las denominaciones con más proyección en el Estado Español. Contamos con 6.000 ha de viñedos, 1.200 familias de viticultores y un crecimiento en la creación de nuevos proyectos y bodegas que hacen que el futuro de esta DO sea muy esperanzador, teniendo la posibilidad de aumentar de manera significativa las ventas y, sobre todo, reforzar el valor añadido de nuestros vinos a través de la Denominación de Origen Terra Alta”.
Así pues, uno de los retos más importantes a los que se enfrenta esta DO “es poder conservar esta identidad tan arraigada en nuestra zona y conseguir que nuestros agricultores y bodegas se vean beneficiados por utilizar el distintivo de calidad DO Terra Alta”. Para ello, “debemos seguir trabajando en intensificar los controles de producción y de calidad de nuestras viñas, debemos reforzar la regulación y control de nuestras bodegas, debemos seguir invirtiendo en promoción, tanto nacional como internacional, y debemos conservar los patrimonios culturales y paisajísticos que tenemos, porque esto es lo que nos hace diferentes”.
Una oportunidad única para poner en valor la Garnacha de la Terra Alta
Albergar el concurso Grenaches du Monde significa poner a la Terra Alta en todos los titulares del panorama enológico mundial. Más de 250 prescriptores, entre los que se encuentran los profesionales más destacados del panorama internacional, se darán cita en la zona para conocer las más de 900 referencias y la oferta enoturística de la Terra Alta. Pero durante el concurso no se realizarán eventos exclusivamente para profesionales, també serán una oportunidad para el público general y los winelovers que quieran forma parte de ella.
Tal y como indica Joan Arrufí, ser la sede de este importante evento “es un gran desafío y un proyecto ambicioso, donde nuestro reto más importante es que la gente, profesionales y amantes del vino en general que visiten nuestra zona, se lleven un buen recuerdo, y les quede grabado en su memoria un Territorio, una DO Terra Alta, donde se hacen unos vinos de excelente calidad”.
Albergar este concurso implica varias acciones que ya se han ido desarrollando: “En el momento en el que se diseñó la campaña de promoción previa al concurso se tuvo muy presente involucrar a todo el territorio. De momento se ha llevado a cabo una jornada profesional en Reus, un evento en formato showroom de vinos destinados al público profesional. Este fue el primero de los actos de promoción, con demarcación de Tarragona como protagonista. A finales de noviembre se hizo un acto muy especial en Barcelona en el que se pudieron catar garnachas de las principales denominaciones de origen garnacheras de Catalunya: DO Empordà, DO Montsant, DOQ Priorat y DO Terra Alta. En los dos meses que quedan hasta la celebración del concurso habrá actos en Girona, Lleida y también en las Tierras del Ebro como territorio que acoge el concurso”.
Y durante los días de concurso, ¿qué eventos tendrán lugar? “La agenda que se desarrollará a lo largo del concurso aún no se ha presentado oficialmente por lo que no se puede desvelar. Lo que sí puedo adelantar es que los asistentes podrán acercase a la Garnacha desde el punto de vista más general, como variedad típica mediterránea, hasta la Garnacha Blanca de la Terra Alta en particular, con una agenda de actividades que arrancará en Barcelona y, poco a poco, se irá aproximando a la Terra Alta, pasando por los escenarios protagonistas del vino en Catalunya”, explica Arrufí.
“Sin duda, yo animaría a todo el mundo a que se acerque los días del concurso a la Terra Alta porque podrá disfrutar del territorio y de los vinos de todas las zonas garnacheras que forman parte del concurso. Habrá actividades no sólo para los que formen parte de la comitiva del concurso, sino también para todos aquellos que sientan curiosidad e interés por el mundo del vino, y que podrán disfrutar de una jornada abierta al público el fin de semana del concurso. Pero habrá que esperar un poco más para conocer todos los detalles”.
El concurso: Grenaches du Monde
En 2013, el Consejo Interprofesional de los Vinos del Rosellón organizó el primer concurso dedicado exclusivamente a esta variedad. Es una iniciativa que nació en el Rosellón pero que viaja de regiones productoras en regiones productoras cada año. En pocos años, se ha transformado en un evento ineludible para los profesionales del vino del mundo entero. En 2016 el concurso viajó hasta el Campo de Borja y en 2017 tuvo lugar en la isla de Cerdeña (Italia).
Cada año hay más productores participando en este concurso y para 2018, se esperan más de 900 vinos procedentes de España, Francia, Italia, África del Sur, Australia, Macedonia, Canadá, el Líbano o Grecia, entre otros.
En el concurso pueden participar todos los países productores y sus actores, desde bodegas particulares hasta cooperativas o comerciantes, así como vinos espumosos, tranquilos, dulces, de licor... con denominación de origen. El concurso contempla dos categorías: ‘Garnachas Puras’, vinos elaborados con, como mínimo, un 85% de Garnacha; y ‘Ensamblajes’, vinos elaborados con un mínimo de 51% de Garnacha.
Así, los objetivos principales del concurso pasan por favorecer la promoción de los vinos de calidad procedentes de todas las variedades Garnacha; fomentar su producción y estimular el consumo moderado a nivel internacional; transmitir y promocionar las características de estos vinos entre los consumidores del mundo entero; y ayudar al consumidor distinguiendo los mejores vinos de Garnacha producidos en el mundo, otorgando un sello de calidad, un criterio de selección y una marca de confianza ante una producción cada día más diversa y compleja.
Grenaches du Monde otorga tres tipos de medallas: oro, playa y bronce. Un jurado, formado por profesionales del vino y prescriptores de 15 países, catan a ciegas los vinos presentados al concurso. Estos catadores, conocidos y reconocidos por sus competencias profesionales, son sumilleres, periodistas, compradores, enólogos… Y su gran diversidad de nacionalidades les permite conseguir resultados muy objetivos.
Durante los días de cata, el jurado será guiado por un recorrida que les trasladará de Barcelona hasta la Terra Alta, pasando por varios territorios vitivinícolas catalanes. Un recorrido que unirá historia, paisaje y tradición con una serie de experiencias que contribuirán a construir una imagen solida de las virtudes de las Garnachas catalanas y, en especial, de las de la Terra Alta.