Uvas contra el cambio climático
Albet i Noya, Alta Alella y Celler Josep Piñol ya tienen los primeros resultados del proyecto de viña experimental con Variedades Resistentes y Autóctonas Adaptadas al Cambio Climático (VRIAACC). Se trata de una iniciativa que las tres bodegas están llevando a cabo en los últimos 5 años en colaboración con el obtentor y genetista suizo Valentin Blattner, con una duración total de unos 15 años.
El aumento de temperaturas durante los últimos años se ha traducido en una vendimia cada vez más temprana. Esto, sumado a la sequía, es el efecto del cambio climático más evidente que se está dando en los campos y viñas de nuestro país. Con la intención de paliar todos estos efectos, Albet i Noya, Alta Alella y Celler Josep Piñol se han unido en un proyecto de investigación de nuevas variedades autóctonas de uva que sean capaces de madurar más tarde y resistir a enfermedades y sequías.
“Estamos ante un tema que tiene un alcance de país, de aquí dependen las cepas del futuro. Francia, Italia, Alemania ya lo tienen claro y han apostado por esta vía. Nosotros no nos podemos quedar atrás, pero solos no podemos llegar muy lejos”. Así explican los responsables del proyecto la necesidad de que sea la administración quien tome las riendas de este propósito.
¿Qué se busca con la creación de VRIAAC?
El objetivo de VRIAACC es la investigación en nuevas plantas de variedades autóctonas (de momento se trabaja con Xarel·lo, Macabeo, Parellada, Tempranillo y Garnacha negra) que sean resistentes a plagas como el oídio, el mildiú, la botritis inducida y la Drosophila Suzuki para poder reducir así el uso de cobre y azufre en el viñedo. Aparte de esta resistencia genética a algunas plagas, las variedades resistentes también tienen más tolerancia a la sequía y pueden retrasar la maduración de la uva entre 2 y 3 semanas. La reducción de tratamientos en el viñedo también llevará otros beneficios para el suelo (menos compactación y menos residuos) y también para el medio ambiente (menos emisiones de CO2).
¿Qué se quiere mejorar?
Uno de los principales fines es lograr menos residuos en las uvas y en el vino final, menos compactación del suelo (tratando cuando no esté mojado), reducir los costes de producción (tratamientos, selección de uva, fungicidas, no tratar cuando es festivo o de noche…), un trabajo en ambiente más sano (menos problemas respiratorios e irritaciones por el polvo de azufre), ahorrar gasoil reduciendo las emisiones de CO2, huir de los efectos del cambio climático, conseguir vinos de más calidad a través de la maduración en épocas de más diferencia térmica día-noche y obtener vinos diferenciados dentro de la tipicidad (perfiles organolépticos nuevos).
Evolución de las variedades
Las VRIAACC cogen el modelo de otros países como Alemanía, Francia o Estados Unidos, que hace muchos años que trabajan con los llamados Piwi's (abreviación alemana para Variedades de uva Resistentes a los Hongos) y que consiste en una hibridación por cruce floral entre plantas de una misma especie o interespecífica).
Para obtener estas nuevas variedades (hijas de las variedades actuales) se ha contado con la colaboración del obtentor suizo Valentin Blattner, que a lo largo de los últimos 5 años ha ido haciendo cruces entre las variedades autóctonas de Cataluña y otras variedades ya resistentes. No es pues una mutación genética sino que es una evolución dentro de la misma especie entre las variedades propias y otras que contienen las características deseadas de resistencia a los principales hongos, a la sequía, maduración tardía y alta calidad en los vinos obtenidos.
En el proyecto colaboran varios organismos y empresas como INCAVI (Institut Català de la Vinya i el Vi), DO Penedès, DOQ Priorat, URV-Vitec, IRTA, ADV Sant Martí Sarroca, Gramona y Torres.