Mas Bertran, cuando la naturaleza se vuelve pasión
Mas Bertran es una joven bodega catalana que nace de la capacidad y perseverancia que ha pasado de madres a hijos como la herencia más preciada a lo largo de tres generaciones. Con la huella inconfundible del Penedès en sus vinos tranquilos y espumosos, la calidad retorna a sus variedades autóctonas –Xarel·lo, Macabeu, Parellada y Sumoll– para darles el valor que las hace únicas.
Mas Bertran nace en el garaje de los hermanos Eva y Santi Ventura en 1996, cuando hicieron las primeras pruebas de elaboración de espumoso para consumo propio. Tras varios años de pruebas exitosas, en 2005 los hermanos Ventura emprenden el proyecto Mas Bertran en Sant Martí Sarroca (Barcelona), saliendo al mercado en 2006 con las primeras botellas de Balma. Tres años más tarde presentan Argila, uno de los primeros espumosos 100% Xarel·lo con más de 36 meses de crianza. En 2010, unas nuevas y más grandes instalaciones dan el empuje final que permite a Mas Bertran incorporar a su catálogo el Balma y Argila Brut Nature, Balma Brut, Argila Rosé, Nutt, Nutt Rosé, Nutt Grenache, Ancestral y Mas Bertran X80. Actualmente, la bodega tiene capacidad para producir 150.000 espumosos, aunque se producen alrededor de 120.000.
“Somos una bodega joven y queremos llegar a un público también joven, con una imagen más desenfadada pero siempre con la calidad como referente”, explica Roser Carbó, responsable de Ventas y Exportaciones de Mas Bertran. “Cuando la innovación, la tradición y el respeto por la naturaleza se fusionan, nacen nuestros vinos”.
Los vinos de Mas Betran, de gama media-alta, se encuentran en tiendas especializadas y restauración, estando presentes en prácticamente todos los restaurantes con estrella Michelin de Cataluña y siendo el vino de la casa de locales como ABaC de Jordi Cruz, Enoteca de Paco Pérez o el Hotel Mandarín y Sant Pau de Carme Ruscalleda, entre otros. “Queremos que nuestros productos se relacione con la gastronomía catalana actual de tan alto nivel”, subraya Carbó.
Espumosos con DO Penedès y viticultura ecológica
El respeto por los caprichos de la naturaleza es una de las reglas fundamentales de esta bodega catalana. La tradición no está reñida con las últimas tecnologías siempre que la innovación se ponga al servicio de la calidad del producto: “El proceso empieza con una viticultura consciente, seguido de una recogida a mano de las uvas que se coloca en pequeñas cajas que trasladamos a la bodega donde el frío garantiza el reposo sin renunciar a la calidad. El minucioso proceso de selección de los mejores granos es clave para obtener los mejores resultados”, explica la responsable de Ventas y Exportaciones.
En 2012 Mas Bertran decidió salir de la DO Cava ya que trabajan con la variedad Sumoll, una variedad no reconocida por esta DO. Por ello, siguen bajo el paraguas de la DO Penedès y, además, elaboran Clàssic Penedès, lo que les permite trabajar con variedades 100% de la zona con un mínimo de crianza de 15 meses, aplicar viticultura ecológica y mostrar la fecha de degüelle y la añada en todas las etiquetas. “Elaboramos nuestro propio vino base, lo que nos permite tener el control de las viña y de los tratamientos que se le aplican. Aunque en España el precio es un factor clave para el consumo, en Europa y América del Norte el papel de la viticultura ecológica es muy importante y, además, tienen mucho más interiorizado el esfuerzo que esta agricultura conlleva”, apunta Carbó.
La producción de Mas Bertran oscila alrededor de 120.000 botellas anuales.
En Mas Bertran trabajan con el tridente de oro del Penedés, Xarel·lo, Macabeo y Parellada, pero también apuestan por Sumoll, Garnacha y Syrah: “Somos defensores de las variedades autóctonas, pero no discriminamos las que no lo son. No hay que dejar perder lo nuestro, pero a nivel internacional hay que tener en cuenta que un Cavernet Sauvignon, entre otras, tiene una potencia indiscutible”.
Las viñas más antiguas de Mas Bertran alcanzan hasta los 82 años de edad, siendo la más joven de 47 años. “Nuestras viñas son duras, están cerca de bosques, en una zona fría, por lo que nuestra uva sufre por el viento, la lluvia… Pero, tal y como dice nuestro enólogo, cuanto más castigada está la uva, mejor es el resultado”, destaca Roser Carbó.
“Queremos intervenir poco en el proceso de elaboración, dejando que la viña y la uva se expresen de forma natural. Si bien es cierto que como elaboradores necesitamos unos mínimos de intervención, nos gusta que cada añada sea única y auténtica. Queremos que represente lo que ha sucedido durante el año: si ha llovido mucho, si ha sido seco, si se ha padecido mucho calor… Trabajamos a nivel de sulfurosos muy bajos ya que nuestras viñas, al ser viejas, son muy equilibradas de por sí”.
Y el consumidor, ¿cómo reacciona a los vinos de Mas Bertran? “El consumidor no debe tener miedo ni creer que no entiende de vinos. ¿Verdad que sabe decir si un vino le gusta o no? Pues se trata de eso. El vino está hecho para ser bebido, para gustar, no todos se elaboran para conseguir unas connotaciones organolépticas sin igual. No es necesario alcanzar grandes niveles de conocimiento, con saber discriminar qué nos gusta y qué no ya es suficiente. La única forma de aprender es probando y probando”.
Tal vez por esa sencillez pero esfuerzo constante a la hora de elaborar sus vinos, Mas Bertran ha obtenido grandes reconocimientos y altas puntuaciones en las mejores guías a lo largo de su historia. El último gran hito: oro (Argila Brut Nature 2011), plata (Mas Bertran X 80 y Balma Brut Nature 2013) y bronce (Argila Rosé 2013) en los Premios Decanter 2017.
Presencia internacional
De las 120.000 botellas que produce Mas Bertran, prácticamente el 50% se destina a la exportación. La bodega está presente en Asia (Japón, Indonesia y Singapur), en Europa (Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania, Suiza, Italia, Reino Unido, Bélgica) y en América (Canadá, EE UU, Colombia, Brasil y Panamá).
Puertas abiertas al turismo del vino
En 2010, la bodega abrió las puertas a los visitantes. Con más de 2.500 visitas anuales, la intención de Mas Bertran es seguir creciendo, entendiendo el enoturismo como una forma de acercar el producto al cliente. “La carretera del vino es uno de los proyectos turísticos más importantes en el que trabajamos. La Mediterranean Wine Road, la primera de todo el estado español, permite mostrar el antiguo camino que unía las viñas del Penedès con las playas del Garraf y nos parece algo culturalmente muy interesante y enriquecedor”.
A solo 30 minutos de Barcelona, el Penedès tiene un gran potencial turístico que Mas Bertran quiere fomentar, tanto para turistas locales como internacionales. El objetivo de las visitas es contribuir a la promoción de un estilo de vida propio, conectando la tierra con la naturaleza y difundiendo el valor del Penedès. Las catas y maridajes para grupos se combinan con la oferta de salas para reuniones de empresa y actividades al aire libre. “Nosotros mismos realizamos las visitas y explicamos nuestro proyecto porque queremos dar a conocer los productos que elaboramos pero también la manera en qué lo hacemos, nuestra pasión y cómo vivimos y entendemos el entorno que nos rodea”.
Mas Bertran trabaja con el tridente de oro del Penedés: Xarel·lo, Macabeo y Parellada.