El saber hacer austriaco se cuela en un viñedo español
La Mancha, conocido enclave en todo el planeta gracias a la obra literaria ‘El Quijote’ de Miguel de Cervantes, no es sólo una de las regiones vinícolas más notables y renombradas de España; también constituye el área productora de vino más extensa y continuada del mundo. Atraído por la reputación de sus caldos, Willi Opitz decidió lanzarse a vivir la experiencia de producir vino en España y desde 2015 es el responsable de viticultura de la bodega El Furtivo. La pequeña bodega debe su nombre a la tradición de caza que hay en la zona desde tiempos inmemoriales.
Pasión, innovación y tradición son los ingredientes de la receta de Willi Opitz para el éxito, las cuales aparecen combinadas magistralmente en los vinos de El Furtivo. Siguiendo la tradición milenaria, toda la uva se vendimia exclusivamente a mano y se selecciona cuidadosamente antes de prensarla. La pasión yace en la forma en la que se cuida el viñedo a lo largo de todo el año, con el mayor cuidado y dedicación, empleando de manera intensiva modernos métodos de vinificación. El resultado de esta combinación sólo podía ser fabuloso: productos innovadores e incomparables que transmiten la pasión del enólogo por su oficio.
El viñedo produce vinos tintos monovarietales (Tempranillo, Shyraz y Cabernet Sauvignon), un rosado y su versión espumosa (Beso Furtivo), un vino blanco único producido a partir de Cabernet Sauvignon (Caballo Blanco) y un coupage de primer nivel: Puerta Milagros. Los vinos dulces de la bodega (de las variedades Tempranillo y Petit Verdot) están elaborados siguiendo el método austriaco Trockenbeerenauslese. Las referencias Beso Furtivo y Caballo Blanco se pueden probar en el restaurante del hotel Ritz que posee la cadena Mandarin Oriental en Madrid.
La bodega ha contado con la colaboración de la empresa austriaca Reichl & Partner, con oficinas en Linz y Viena, para el desarrollo de la marca, etiquetas y materiales promocionales.