Entrevista a Francesc Martínez Louzado, sumiller y gerente de Vincelona
Vincelona es una distribuidora distinta, un proyecto hecho desde el entusiasmo y la experiencia. Francesc Martínez Louzado, tras una larga trayectoria dedicada al mundo del vino como sumiller y director comercial, decidió crear su propio negocio. Fue en 2012 cuando nació Vincelona, una empresa creada con pasión, compromiso y esfuerzo.
¿Cómo definiría el trabajo de Vincelona?
Para nosotros el cliente no compra solo una botella, compra una historia llena de momentos y sensaciones. Nuestro reto es transmitir esas sensaciones y acercar el mundo del vino al consumidor final, a las personas que lo amen como nosotros. Somos el canal de transmisión entre bodegas y clientes, es nuestro compromiso. Nos convertimos en el vehículo que hace llegar ‘esa’ botella desde la tierra hasta la mesa. Trabajamos conjuntamente con 20 bodegas de diferentes zonas vinícolas.
Francesc Martínez Louzado, sumiller y gerente de Vincelona.
¿Dónde se centra su ámbito de actuación?
El significado de Vincelona es ‘vinos para Barcelona’. Nuestro radio de acción es Barcelona y provincia, a través del canal Horeca y la tienda especializada.
Las pequeñas bodegas son una parte importante del sector vitivinícola español. ¿Es una tendencia o los nuevos bodegueros han venido para quedarse?
Creemos que han venido para quedarse, ya que la labor que realizan supone una muestra de esfuerzo y total dedicación a su proyecto de vida. Aportan valor a la cultura del vino.
¿Qué diferenciación puede aportar una pequeña producción frente a grandes empresas? En un mercado tan competitivo, no es fácil destacar…
La filosofía de los pequeños proyectos que distribuimos en Vincelona es el resultado de la suma de esfuerzo, riesgo y dedicación donde prima la calidad por encima de la imagen o el marketing. Por otra parte, valoramos la gran labor de nuestras bodegas de mayor producción que defienden dichos valores desde sus inicios.
Masia Les Pereres.
Los precios de la uva afectan muy directamente a las empresas vinícolas, y hay quien considera que se ha tocado fondo. ¿Cree que estos bajos precios son razonables?
Rotundamente no. Hemos de ser conscientes que para obtener un buen vino se debe tener materia prima de calidad y eso tiene un coste. Hay que defender el trabajo de campo, la viña es el principio de todo.
Una de las críticas más comunes que reciben las pequeñas bodegas son los altos precios de sus vinos. ¿Existe una buena relación calidad-precio en España?
Sí, pero hay que saber encontrar las bodegas que defienden la calidad a un precio coherente. No todo vale. No es sólo la historia y el esfuerzo que hay detrás de ellas lo que puede motivar un precio elevado, sino que ha de ser el vino el que lo justifique.
Para las pequeñas bodegas es muy importante comunicar su filosofía de trabajo. Como distribuidora, Vincelona tiene que transmitir esa pasión. ¿Cómo lo consiguen?
Vender vino a pequeña escala va más allá de comercializar un producto, hay una historia y un sentimiento, en ocasiones familiar, detrás. ¿Qué hay que hacer para que el consumidor apueste por las pequeñas bodegas?
Nosotros apostamos por enseñar al prescriptor o consumidor final el lugar dónde todo empieza y coge forma, la viña. Damos a conocer a las personas que hacen realidad ese sueño y, por supuesto, catamos los vinos, que son los verdaderos protagonistas. Creemos que es la única manera de descubrir y apreciar los valores que esas pequeñas bodegas quieren transmitir. Me gustaría destacar que es un camino lento, hay que tener paciencia, pero si lo hacemos bien y con coherencia el consumidor se enamorará del proyecto y de sus vinos.
Uvas de Vinyes de l'Albà.
El vino ecológico está cogiendo mucha fuerza, sobre todo en bodegas recientes que trabajan con una producción orgánica que respete al medio ambiente. ¿Qué opina Vincelona al respecto de esta tendencia?
Defendemos por encima de todo la calidad del producto, no las tendencias. Apostamos sobretodo por las bodegas que creen en una viticultura racional, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, cuya filosofía es mimar la tierra que ve nacer sus vinos.
En cuanto a preferencias de consumo, ¿qué tipología de vino tiene más salida actualmente?
Percibimos un claro auge en el consumo del vino blanco de calidad. Hay más inquietud por descubrir las variedades blancas que se elaboran en diferentes zonas vinícolas, vinificadas según la filosofía de cada bodega. Por otra lado, el consumidor apuesta por los vinos más afrutados y frescos, sin tanta presencia de carga tánica y crianza.
Para terminar, ¿cómo valora el mercado español del vino, van por buen camino las pequeñas bodegas?
Pensamos que el mercado del vino está aún en proceso de cambios. El consumidor es más exigente y debemos ser honestos con él. Cada vez hay más oferta, pero no todo vale para llamar su atención. La calidad ha de ser un valor que no podemos olvidar. Es un acto de valentía salir al mercado con una pequeña bodega y mantener su filosofía y la calidad de sus vinos, aspectos que les permitirá coexistir con las grandes empresas. En nuestra familia hay pequeñas bodegas que se defienden trabajando para otras empresas, mientras su proyecto de vida coge forma y es rentable. Por nuestra parte, es una apuesta en firme defenderlas como distribuidora de sus vinos.