Denominación de Origen Somontano
A los pies del Pirinieo
Partiendo de su misma esencia etimológica, la zona de producción de somontano se extiende “a pie de monte”, en el llano del pirineo de la provincia de Huesca en la comarca de la que toma el nombre. La zona de producción de la Denominación de Origen Somontano presenta tres zonas diferenciadas: las sierras, el Somontano propiamente dicho y las llanuras. Su extensión total suma más de 200.000 hectáreas de superficie de las que cerca de 100.000 están cultivadas. De estas últimas, más de 4.400 hectáreas se dedican a la viña.
Somontano limita al norte con las comarcas del Sobrarbe y Ribagorza, entrando en contacto por el oeste con la hoya de Huesca, al sur con los Monegros y al este con la comarca de la Litera. La zona de producción de somontano se localiza, principalmente, en la comarca del mismo nombre y está constituida por 43 municipios. Su emplazamiento medular en el centro geográfico de la provincia de Huesca, equidistando perfectamente de sus extremos, le confiere un valor funcional de primer orden en el eje socioeconómico más pujante de la provincia que articula la comunicación Aragón-Cataluña y Navarra-País Vasco.
Somontano se caracteriza por contar con inviernos fríos y veranos calurosos con cambios bruscos de temperatura al final de la primavera y del otoño. La temperatura media anual puede situarse en 11 grados centígrados. Las precipitaciones van descendiendo de norte a sur y de oeste a este, aumentando por esto y por el aumento de las temperaturas, la necesidad de agua de las plantas. La media anual puede situarse alrededor de 500 milímetros.
La historia del viñedo en el Somontano
Según documentos de la época, en el año 500 a.C. ya se cultivaba la vid en el valle del Ebro y en el siglo II a.C. ya existía una importante producción de vino en esta zona. Un factor que influyó en el desarrollo del cultivo de la vid y su comercio fue el asentamiento de itálicos en el Somontano. Estos importaron sus avanzadas técnicas vitivinícolas contribuyendo también a la creación de las compañías de comercio. En la Edad Media, el cultivo del viñedo se extiende a toda la provincia de Huesca. En esta época, los monasterios son un factor influyente en el desarrollo del viñedo y provocan un fuerte aumento de plantación de cepas en sus proximidades: el vino, por ser parte de los rituales católicos, es un producto esencial.
En el siglo XIX, el ataque de la filoxera en el viñedo francés provocó el incremento de la producción y ventas vinícolas de la comarca, un aumento de las exportaciones y que, durante ese siglo, la producción de vino en Huesca se fuera ciñendo, cada vez más, al Somontano gracias a la especialización de la zona en la producción y a la buena calidad de sus vinos. En el siglo XX, concretamente en los años 60, el nacimiento de la cooperativa comarcal Somontano del Sobrarbe, que aglutinaba a gran parte de los viticultores de la zona, supone la apuesta de la zona por la viticultura de calidad como motor de la economía y los primeros pasos del nacimiento de la Denominación de Origen Somontano que sería aprobada en 1984. A partir de ese momento, y especialmente a partir de los años 90, la llegada a Somontano de grandes proyectos empresariales con fuertes inversiones coloca a los vinos Somontano entre los mejores de todo el país.
Ya en pleno siglo XXI, Somontano vive un momento histórico marcado por la llegada de nuevas bodegas, la inversión de capital, el crecimiento en producción y comercialización y el reconocimiento a la calidad de sus vinos por parte de las guías especializadas más prestigiosas y de los consumidores. Su éxito es consecuencia de todo ello y de un trabajo conjunto por parte de los viticultores, las bodegas y el consejo regulador en aras a ofrecer a los amantes del vino un producto único, diferente, en el que el territorio además de ser un elemento esencial es un destino turístico de primer orden.
Las variedades
La Denominación de Origen Somontano cuenta con 15 variedades de uva, tanto locales como foráneas, procedentes de más de 4.400 hectáreas de plantación. Ellas son la materia prima de la que nacen sus excelentes vinos.
Uva tinta
Cabernet-Sauvignon. Cabernet-Sauvignon es el sinónimo de los vinos con clase. Su profundo color y alto contenido en taninos le reservan excepcionales condiciones para la crianza.
Tempranillo. Baya de un negro intenso define esta variedad que produce vinos con delicados aromas frutales.
Garnacha Tinta. De origen mediterráneo, la Garnacha es una variedad exquisita para la elaboración de vinos que muestran un suave paladar afrutado.
Parraleta. Sus vinos son de notable color, buena acidez y personalidad aromática.
Merlot. Uva versátil de la que se obtienen tintos de consumo rápido con predominio de notas florales y afrutadas y vinos que alcanzan su madurez tras una prolongada crianza.
Syrah. Los vinos son suntuosos, vigorosos, potentes, con cuerpo, de textura sedosa. Tienen aromas muy agradables a violeta, coco, higos, carne de caza, mina de lápiz, trufa, especias o menta.
Moristel. Variedad autóctona de la zona que aporta a los vinos del Somontano el carácter, la personalidad y el tipismo que debe caracterizar a una Denominación de Origen.
Pinot Noir. Variedad elegante, los mejores vinos de Pinot nacen de uvas procedentes de terrenos calcáreos o arcilloso-calcáreos que crecen, únicamente, bajo climas templados.
Uva blanca
Chardonnay. Ofrece vinos elegantes de aromas inconfundibles. Es la uva blanca reina de esta Denominación y su expresividad aromática se ve plasmada en muchos de los vinos blancos del Somontano.
Macabeo. Vinos blancos secos y afrutados promete la uva Macabeo, variedad tradicional en los vinos que se producen en esta Denominación de Origen.
Garnacha Blanca. Da lugar a vinos en los que la fruta y la frescura en nariz y boca son predominantes. Sus notas de color con diferentes matices de tonos amarillos da paso a aromas de fruta madura y a sabores suaves y cálidos sumamente originales.
Alcañón. Tiene un color y un cuerpo que dan a los vinos ese toque meloromántico en función del tiempo de fermentación. Produce un vino de delicado aroma y color amarillo pálido pajizo con tonos verdes.
Gewürztraminer. De abanico aromático amplio y exhuberante, Gewürztraminer produce vinos de inconfundible personalidad y con una excelente evolución en botella.
Sauvignon Blanc. Variedad blanca de fruto pequeño y color dorado, base de excelentes vinos blancos con aromas que evocan a miel, bizcocho, espárragos o pomelo rosado. En boca destacan por su notable acidez y gran personalidad.
Riesling. Uva blanca originaria de Europa Central que expresa con claridad el -terroir- del que procede sin perder su propia identidad. Da lugar a vinos afrutados, frescos y florales con una marcada acidez.
Las bodegas
Una de las características que muestran la riqueza y recursos de la denominación de origen son sus bodegas. Treinta y tres empresas vitivinícolas que transforman las quince variedades de uvas locales y foráneas procedentes de más de cuatro mil cuatrocientas hectáreas de plantación en excelentes vinos.
El tejido empresarial de las bodegas ha destinado fuertes inversiones a viñedos, instalaciones y recursos humanos lo que a su vez ha contribuido notablemente a revitalizar el territorio, generar empleo, asentar población, mejorar la calidad de vida, convertir esta zona vitivinícola en una de las más prestigiosas del país y promocionar la riqueza natural, histórica y cultural del somontano a través de la vinculación de sus vinos con el territorio del que nacen.
La vendimia de 2013
La clave para entender la vendimia de este año y su fruto es la climatología, que ha sido muy distinta a la del año anterior y por la que esta campaña será recordada como una de las más frescas de la historia reciente de Somontano. Dadas las características climatológicas de esta añada el retraso que se observó en la brotación no se recuperó durante el resto del ciclo y por eso se comenzaba a vendimiar con tres semanas de retraso con respecto a 2012, campaña que a su vez fue una vendimia temprana. La pluviometría ha sido abundante durante todo el año lo que originó un retraso en la maduración y que la vendimia empezara más tarde de lo habitual y se desarrollara lentamente.