Cuidadoso como un sommelier
En Veuve Clicquot el deleite comienza antes de abrir la botella. La finísima etiqueta y el recipiente de vidrio de alta calidad proporcionan una excelente primera impresión. Para la marca es importante no dañar el envase del champagne durante el proceso de encartonado automático, motivo por el cual ha confiado en Gerhard Schubert GmbH para el suministro de la línea de embalaje.
Las bodegas de Veuve Clicquot situadas en la ciudad francesa de Reims embalan en línea botellas de 75 centilitros en cajas de dos tamaños distintos. La caja más pequeña contiene dos bandejas de cartón con tres botellas cada una. La caja más grande, cuatro bandejas. Con este nivel de exigencia, Veuve Clicquot precisa de maquinaria de confianza que aporte productividad y exactitud. Justo lo que ofrece el transmódulo TLM de Gerhard Schubert GmbH, un robot monoaxial que se desliza sobre rieles.
La instalación TLM alcanza un rendimiento de 150 botellas por minuto. Es, así, la sucesora de la línea de monoformato que tenía un rendimiento de 100 botellas por minuto. La nueva línea de embalaje de Schubert consta de ocho submáquinas y tiene incorporada una cinta de producto para la alimentación de las botellas, un tramo de transmódulos para las cajas y otro tramo para las bandejas de cartón.
Un robot TLM-F3 recoge del depósito dos cortes planos para las bandejas de cartón y los transfiere a un robot TLM-F2, que los forma y deposita en la placa de formato del transmódulo preparado para el proceso. La herramienta fija las bandejas de cartón sin pegarlos. Después de que el TLM-F2 deposite otras dos bandejas de cartón, el transmódulo se pone en marcha y se acopla al grupo de transmódulos. Este grupo se desplaza como una cadena cuya velocidad está controlada por el flujo de producto para el proceso ‘pick and place’.
Conforme al principio de marcha opuesta, que ya se ha acreditado en la práctica, las botellas llegan a las estaciones de recogida. Las fotocélulas detectan su posición en la cinta de producto y seis robots TLM-F4 de cuatro ejes recogen las botellas, una por una, las inclinan 90° a una posición horizontal y las depositan ‘a trasbolillo’ en las bandejas de cartón. De este modo, la instalación TLM configura las formaciones de botellas que van en las bandejas de cartón sin que se aplique una cadena de agrupación. Este proceso se distingue de las soluciones convencionales y conlleva ventajas esenciales debido a la manipulación cuidadosa del producto, pues la mecánica de una cadena de agrupación somete los productos a esfuerzos.
Con la aplicación de las estaciones de robots TLM-F44 en Veuve Clicquot, Schubert logra descartar esta fuente de riesgo que hubiera afectado al refinado envase. Además, las herramientas de los robots TLM-F4 están construidas de forma que la superficie de aspiración no tiene contacto con la etiqueta. En el transcurso del proceso tampoco se dan golpes o contactos directos, de modo que el champagne sale de la máquina tan íntegro como ingresó.
Al final del tramo de la Pickerlínea TLM-F44, todas las bandejas de cartón quedan dotadas de botellas en el transmódulo, que se desprende del grupo y se desplaza a la estación de llenado. Durante el trayecto tiene lugar el marcado mediante la impresora láser. Los transmódulos llegan a la estación de llenado, provinientes de la dirección opuesta, con dos cajas cada uno, que previamente se han formado por el TLM-F2 (utilizando para ello un corte plano de cartón).
Los dos tamaños de caja contienen dos capas de bandejas de cartón. Durante el proceso de carga trabajan simultáneamente dos robots TLM-F2 que sujetan dos bandejas de cartón cada uno y los colocan en las cajas. Los transmódulos se incorporan individualmente a este proceso, es decir, el transmódulo delantero se desplaza a la posición de cerrado, mientras que el posterior avanza a la posición delantera y recibe una segunda capa de bandejas de cartón. Un transmódulo con cajas vacías avanza a la primera posición.
El hecho de que los transmódulos puedan desplazarse a contacto es solo una de las múltiples posibilidades de los componentes TLM. Cada uno de los robots monoaxiales puede desplazarse autónomamente sobre los rieles. De este modo, se desacoplan óptimamente los procesos de embalaje, como en el caso de Veuve Clicquot. El transmódulo permite un diseño aun más compacto con una instalación de 3 metros de ancho.
El envase y su producción, claves para el negocio
La pintoresca ciudad de Reims es rica en monumentos históricos y curiosidades. Ahora, a opinión de los especialistas del embalaje, cuenta con uno más: “Embalamos nuestro champagne con mayor rendimiento y flexibilidad sin afrontar procesos más complicados. Al contrario, tanto la operación como el mantenimiento es ahora más sencillo y confortable”, comenta el director técnico de las bodegas, Henri Darré. “Las cifras cuadran. Cuando mostremos nuestra empresa tendremos una atracción más que presentar”.