Denominación de Origen La Mancha
La Mancha, con las innumerables hectáreas de viñedo que pueblan sus campos, es la zona vitivinícola más extensa del mundo. Es la región natural de mayor extensión de España, ocupando una superficie de 30.700 kilómetros cuadrados, lo que supone la mitad de las cuatro provincias que la conforman (Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo). Con unas 300.000 hectáreas de viñedo dentro de su zona de producción, de las que sólo unas 165.000 son aptas para producir vinos con Denominación de Origen, La Mancha es la D.O. con más viñedo acogido de toda Europa.
Situada en la Meseta Central de la Península Ibérica, La Mancha engloba 182 municipios de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, que gozan de un clima continental extremado, con grandes oscilaciones térmicas y con precipitaciones variables que hacen propicio el óptimo cultivo de la vid, que como mínimo se remonta a la Edad Media, aunque se cree que data de la época del Imperio Romano.
Por ello, y considerando lo ancestral de la tradición del cultivo del vino en esta tierra, el primer reconocimiento oficial que se hace al vino de La Mancha como Denominación de Origen data de 1932, apareciendo publicado en la Gaceta de Madrid (hoy Boletín Oficial del Estado) en septiembre de dicho año, lo que convierte a esta D.O. en una de las más antiguas de España.
Posteriormente, la Guerra Civil y los duros años de la posguerra hacen que este proyecto permanezca parado hasta los años 60, cuando se crea la Denominación de Origen de La Mancha, Manchuela, Méntrida y Almansa.
Más tarde, en 1973, comienza su andadura el Consejo Regulador, adquiriendo una identidad propia que culmina en 1976, con la Orden Ministerial que aprueba el primer Reglamento de la D.O. y de su Consejo Regulador - OM. 2-VI-1976.
La Mancha ocupa una gran extensión de terreno que tiene una tierra llana, sin grandes alturas y con una hermosa tierra rojiza fruto de sedimentos miocénicos de estructura caliza. Sus temperaturas son extremas debido a su clima continental, oscilando entre los -15º del frío invierno y los 45º del tórrido verano. La sequedad es otra de sus características más acusadas, ya que debido a su microclima impide la entrada de vientos húmedos, presentando una escasa pluviometría (300 a 400 milímetros anuales). Por ello, La Mancha es fundamentalmente un lugar de cultivo de secano, aunque con los últimos planes de reestructuración se ha ampliado el número de explotaciones de riego por goteo. Por otra parte, la tierra goza de 3.000 horas de sol al año para dorar sus uvas, que así ofrecerán su mejor fruto.
Las variedades de uva
En los campos de La Mancha se dan las siguientes variedades de uva:
Variedades blancas
Airén, Viura o Macabeo, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo, Moscatel de Grano Menudo, Riesling, Parellada, Viognier, Gewürztraminer, Pedro Ximénez y Torrontés.
Variedades tintas
Cencibel o Tempranillo, Garnacha, Moravia, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah., Petit Verdot, Monastrell, Bobal, Graciano, Cabernet Franc, Malbec, Pinot Noir y Mencía.
Cencibel o tempranillo
La variedad de Cencibel es la principal de las uvas tintas en la Denominación de Origen La Mancha, siendo la de mayor prestigio por su calidad en el ámbito nacional. Es la variedad más utilizada en la Mancha, para elaborar vinos tintos con crianza, en sus versiones de monovarietal o en coupage con otras. Su producción es moderada, aunque de una altísima calidad.
En otras regiones es conocida con el nombre de UII de Liebre (ojo de Liebre), Tinto de toro, Tinto fino, Tinto del país, Jacibera y Verdiell.
Variedad de maduración temprana, que produce un racimo de tamaño medio, compacto y regular, cuyas uvas tienen la piel media-gruesa y la pulpa blanda, siendo su zumo incoloro.
Airén
Es la uva blanca más característica de la Meseta Sur y una de las más abundantes de España 32%, estando localizada mayoritariamente en Castilla-La Mancha. En otras regiones se la puede encontrar con los nombres de Lairén, Manchega, Valdepeñera y Forcayat.
Es una variedad muy productiva de gran aceptación a climas extremadamente secos y calurosos. Requiere podas cortar y produce un racimo grande, suelto y de color amarillo, cuyas uvas tienen la piel de grosor medio, la pulpa blanda y un zumo incoloro.
La variedad Airén produce unos vinos de buenos aromas y acidez moderada, con grandes cualidades para la elaboración de vinos jóvenes y tradicionales.
Las bodegas acogidas a esta Denominación de Origen han sabido evolucionar de una manera rápida y acorde con la demanda del mercado y consumidor. Estas bodegas han hecho de la elaboración de sus vinos un arte, con un esmerado cuidado fruto de unas instalaciones equipadas con la más alta innovación tecnológica, a la vez que comercializan sus caldos en el mercado nacional e internacional con una magnifica progresión. En el mercado internacional el crecimiento ha sido de un 10% interanual en la última década, dato a tener en cuenta ya que se asegura la presencia de sus vinos en los países de mayor consumo.
Los vinos
- Vinos jóvenes, que deben ser consumidos en un período no superior a nueve meses desde su elaboración.
- Vinos tradicionales, cuya vida natural es comparable a cualquier otro vino de crianza, aunque su conservación ha sido realizada en depósitos o en tinajas. En este apartado también se incluirían los vinos blancos naturalmente dulces.
- Vinos envejecidos en barrica de roble, cuya elaboración será igual a la de los vinos jóvenes o tradicionales, pero con una permanencia mínima en barrica de roble de 60 días.
- Vinos de crianza, con dos años de envejecimiento natural, de los cuales uno de ellos deberá ser en barrica y botella.
- Vinos de reserva, con una crianza mínima de doce meses en roble y veinticuatro meses en botella.
- Vinos de gran reserva, con una crianza mínima de veinticuatro meses en roble y treinta y seis meses en botella.
- Vinos de aguja, que por su particular elaboración conservan una pequeña cantidad de anhídrido carbónico procedente de la fermentación de los azúcares.
- Vinos espumosos, elaborados con el método tradicional, con un mínimo de nueve meses de crianza en botella.
Las Normas de Producción de la Denominación de Origen La Mancha dan cabida a un total de 182 términos municipales: 12 en la provincia de Albacete, 58 en Ciudad Real, 66 en Cuenca y 46 en Toledo.
Agrupa a cerca de 20.000 viticultores y alrededor de 280 bodegas, cifras que la convierten en uno de los principales motores económicos de la región. De las empresas que la componen, aproximadamente 200 comercializan vino embotellado, más de 120 realizan ventas fuera de nuestro país y alrededor de 130 producen vinos con crianza en barrica.
La región cuenta con una gran tradición vinícola, lo que sumado a la conjunción de sus diferentes características naturales, hace que se produzca una excelente uva para dar vida a un gran vino, con matices muy peculiares. Se puede decir que La Mancha es la zona ideal para el cultivo de la vid, obteniendo unos frutos de extraordinaria calidad, maduración y salud. Por ello, los vinos manchegos, hoy día, se encuentran entre los más exquisitos y más prestigiosos del mundo.