Entrevista a Joan Serra, director del International Mobility Congress
La localidad barcelonesa de Sitges acoge los próximos 21 y 22 de septiembre el International Mobility Congress (IMC), un congreso de movilidad que, tal y como explica su director, Joan Serra, reunirá a todos los actores relacionados con la movilidad, desde operadores, administraciones, proveedores y centros tecnológicos. Con una mirada focalizada en el análisis de casos reales aplicados en ciudades de todo el mundo, la cita será el escenario en el cual se debatirá acerca de los cambios que la tecnología ya está introduciendo en la movilidad urbana.
¿Qué es el ‘International Mobility Congress’? ¿Qué elementos diferenciales aporta frente a otras citas similares?
El IMC es un congreso de movilidad donde todos los agentes especializados del sector tienen cabida. Es un punto de encuentro donde los operadores, la administración, las empresas proveedoras de servicios de movilidad y los centros tecnológicos aportarán su conocimiento y compartirán sus experiencias para mejorar la movilidad en nuestro territorio.
El principal elemento diferencial es que se conocerán casos reales que se utilizan en diferentes ciudades de todo el mundo para analizar cuáles son sus virtudes y cómo se pueden implantar en nuestro territorio, así como todas esas experiencias piloto o casos de uso innovadores del sector de la movilidad. Veremos también cuál es la capacidad que tenemos para integrarlas en nuestras ciudades y en nuestros pueblos.
¿Estamos a tiempo de cambiar la forma de desplazarse en las ciudades? ¿Es factible retirar vehículos privados de las calles de las ciudades? ¿Qué medidas serían necesarias para lograrlo? ¿Qué ciudades son, en este sentido, un ejemplo a tomar como referencia?
No solo estamos a tiempo, sino que es altamente necesario realizarlo cuanto antes. Hay que garantizar la seguridad del planeta y en las grandes ciudades la movilidad debe ayudar para ello. El uso del transporte público facilitará la retirada de vehículos privados y, para esto, es altamente necesario habilitar todo el transporte público de manera que sea eficiente y pueda satisfacer toda la demanda que generará de personas que se desplazarán al centro de las ciudades. También será necesario habilitar grandes zonas de aparcamiento fuera de las urbes donde se permita estacionar el vehículo y, con transporte público, acceder de manera conjunta al centro de la ciudad. Las zonas de emisiones cero ya existen y cada vez son más las ciudades en que la prioridad son las personas y no los vehículos, facilitando la micro-movilidad mediante otro tipo de transporte más sostenible, como el transporte público, las bicicletas o los patinetes eléctricos.
Las grandes ciudades sufren problemas frecuentes relacionados con la movilidad. ¿Cómo puede la tecnología reducirlos? ¿Qué medidas se están implantando en el área metropolitana de Barcelona para mejorar la fluidez de los traslados de las personas en las horas punta?
La tecnología puede hacer frente a los problemas de movilidad de las grandes ciudades en cuanto nos ayudan a analizar el comportamiento de las personas y cómo mejorar su movimiento. El análisis del big data y las plataformas tecnológicas que hoy existen facilitan ese análisis y la búsqueda de soluciones más racionales y sostenibles en las grandes ciudades, optimizando los recursos disponibles.
¿Puede ser la movilidad sostenible un elemento diferenciador para destinos turísticos? ¿Qué destinos turísticos son los que cuentan con el perfil indicado para poner en marcha este tipo de iniciativas?
Si que será un efecto diferencial para el turismo que las ciudades o principales lugares de interés turístico estén adaptadas para una movilidad ecológica y sostenible. Cada vez más, las personas estamos más concienciadas sobre la situación medioambiental y la mejora que es necesaria y, por tanto, premiaremos claramente los destinos que favorezcan ese tipo de iniciativas. Hay muchas pruebas que se están haciendo, por ejemplo, Seat Code está realizando unas pruebas piloto en una isla griega donde las personas únicamente se podrán desplazar con vehículo eléctrico compartido. Pero son muchos los ejemplos que se están realizando para mejorar la ubicación turística desde el punto de la movilidad y la sostenibilidad.
En la movilidad sostenible la fuente energética de los vehículos es determinante, ¿cuáles cree que serán las energías que desempeñarán un papel más relevante en la descarbonización de la movilidad?
Para la descarbonización del planeta será necesario alternativas al vehículo convencional de combustión. Ya existen en el mercado vehículos 100% eléctricos e híbridos, y cada vez habrá más: este transporte es una alternativa que se consolidará claramente por lo que respecta a la micro-movilidad y veremos también si en el ámbito del vehículo privado. Lo hará si las ayudas acompañan y si se habilitan en ciudades y pueblos suficientes puntos de carga para que las personas se sientan seguras con este tipo de transporte. Y también habrá, cada vez más, alternativas como el hidrógeno. Quizá en transporte público, en autobuses, por ejemplo, el hidrógeno se pondrá a la altura del eléctrico, eso dependerá de la evolución de la tecnología y la eficiencia.
¿Está la red eléctrica preparada para hacer frente a la previsible demanda eléctrica necesaria para recargar los vehículos eléctricos que deberían matricularse para cumplir los objetivos fijados por las autoridades europeas?
Hoy por hoy, sí. Está claro que, si en un futuro se aumenta la carga de vehículos eléctricos, también será necesario aumentar la producción de energía eléctrica y evidentemente mediante generadores sostenibles, que ya se están implantado en nuestro territorio. La generación de energía debe abastecer las necesidades de la nueva movilidad urbana.
¿Cómo pueden adaptarse a esta futura movilidad sostenible las capas sociales con menores ingresos, que en muchos casos se ven abocadas a utilizar vehículos más viejos y contaminantes? ¿Puede el sistema público de transportes asumir ese trasvase entre vehículos privado y vehículos públicos?
El transporte, a futuro, debe ser equitativo. Todas las clases sociales deben poder hacer uso de cualquier tipo de transporte. Cada vez se impondrán más las plataformas de ‘car sharing’ o ‘moto sharing’ que ya no obligan a la persona a tener la propiedad del vehículo, por lo que ya no es tan importante tener dinero para comprarlo y mantenerlo, y disponer de un parking en la ciudad. Podrán ser utilizados en función del tiempo que se necesites y a costes fácilmente asumibles por la mayoría de los usuarios. No obstante, las personas más desfavorecidas deberían tener ayudas de las diferentes administraciones locales o supramunicipales a través de las distintas líneas de que dispongan. El transporte público debe jugar un papel importante en este aspecto y ser accesible, subvencionado como hasta ahora por las administraciones para que todo el mundo pueda usarlo.
Este tipo de eventos y foros de debate ponen el acento en nuevas tecnologías que parecen casi ciencia ficción, como el uso de drones para el transporte de personas. ¿Cuándo cree que serán factibles estos modos de transporte?
Estos modos de transporte serán factibles cuando la tecnología lo permita, cuando las ciudades estén preparadas y la legislación lo haga posible. En estos momentos se está trabajando en todos estos frentes para que, en un futuro esperamos inmediato, muchos sistemas innovadores de movilidad puedan ver la luz y llevarse a cabo de forma sostenible.
¿Qué medidas de seguridad será necesario implantar para que los drones puedan sobrevolar las ciudades? ¿Qué instituciones deben aprobar las normas para poder facilitar estos vuelos? ¿Qué papel juegan las autoridades locales en el diseño de ese corpus legislativo?
Antes de poder realizar estas pruebas en ciudades hay que ensayar en zonas seguras, en zonas donde no haya riesgo en caso de que falle alguna medida de seguridad. Las autoridades competentes serán las que la ley dictamine y las que tengan competencias: desde quien tenga la competencia en el espacio, que en el caso de España sería la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), hasta las que tienen competencias en las ciudades para adecuar sus normativas al uso de este tipo de movilidad, que requerirá, por ejemplo, de sitios de estacionamiento encima de grandes edificios que hoy por hoy no están preparados. Aun así, no se permitirán en toda la ciudad, sino en lugares claramente reglamentados.
“Cada vez son más las ciudades en las que la prioridad son las personas y no los vehículos, facilitando la micro-movilidad mediante otro tipo de transporte más sostenible”
