El papel de la tecnología en el éxito o fracaso de un modelo de tratamiento de residuos
Las XXIV Jornadas Técnicas de Anepma incluyeron en su programa una ponencia sobre el papel de las tecnologías en el éxito o fracaso de un determinado modelo de tratamiento de residuos, a cargo de Carles Salesa, director del Consorcio de Residuos del Maresme, quien destacó la necesidad de tener una visión estratégica de la solución que se quiere implementar para ajustarse realmente a las necesidades de cada caso.
Carles Salesa comenzaba su intervención preguntándose si es la tecnología la respuesta a las necesidades actuales de recogida y tratamiento de residuos. Y la respuesta es que, en principio sí, pero también hay casos en los que los métodos tradicionales se siguen imponiendo. Hay áreas, por ejemplo, en las que, por las dificultades que entrañan su ubicación, se sigue empleando la recogida de basuras mediante caballos. También hay otras zonas que siguen apostando por la recogida puerta a puerta a pesar de existir ya tecnologías avanzadas de sensorización de contenedores (este método se sigue empleando incluso en municipios grandes, como el de Hernani).
La clave es encontrar una solución ajustada a las verdaderas necesidades de ese municipio y no aplicar la tecnología porque sí. “Las nuevas tecnologías son necesarias pero no suficientes en muchos casos”, señalaba el director del Consorcio de Residuos del Maresme.
Y en esta línea expuso una lista de casos de fracaso, en los que se quiso aplicar nuevas tecnologías en los procesos de tratamiento de residuos sin haber hecho un buen estudio previo de los requerimientos concretos.
El primero, la planta de tratamiento de Nostián, en A Coruña. El ayuntamiento coruñés quiso cambiar radicalmente su modelo de gestión de residuos tras el desplome del vertedero de Bens en 1996, una de las mayores catástrofes ecológicas en nuestro país. Para ello optó por abrir la planta de tratamiento mecánico-biológico de Nostián, la cual a los pocos meses de su inauguración (mediados de 2002) vio cómo reventaba uno de sus depósitos digestores, lo que conllevó un nuevo replanteamiento (no sería éste el único incidente en la historia de la planta, ya que en 2013 también sufrió un incendio).
En Cataluña, como señalaba Carles Salesa, también encontramos un caso de implementación fallida de tecnología que ha supuesto una progresiva reinversión. Se trata del Ecoparc 1 de la Zona Franca de Barcelona, nacido de la necesidad de cerrar el vertedero de Garraf tras enterrar allí cerca de 25 millones de toneladas de residuos. La construcción de este centro de tratamiento mecánico biológico supuso una inversión inicial de 48,25 millones de euros, pero al poco de inaugurarse en 2001 ya se detectaron problemas que obligaron a invertir otros 45,25 millones de euros.
Recientemente, se ha hecho una revisión de este centro llegando a la conclusión que requiere de nuevas modificaciones cuya inversión vuelve a superar los 40 millones de euros. Esto hace que la inversión en estas instalaciones vaya a ser prácticamente el triple que la contemplada inicialmente, a pesar de tener tan solo 15 años de vida.
Casos internacionales
Estos casos de fallida implantación tecnológica también los podemos encontrar fuera de nuestras fronteras. Carles Salesa ponía el ejemplo de una planta de tratamiento de residuos en Karlsruhe, que implementó erróneamente la tecnología de gasificación Thermoselect para gestionar un volumen de 225.000 toneladas de material al año, sufriendo pérdidas de hasta 400 millones de euros (2004).
También es digno de mencionar el caso de las dos plantas de tratamiento de Teesside, configuradas para gestionar 350.000 toneladas de residuos al año y generar 50 MW de electricidad (100.000 hogares). Tras una inversión inicial de cerca de 300 millones de euros en la implantación de nuevas tecnologías, el promotor ha tenido que abandonar el proyecto con pérdidas superiores a los 1.000 millones de euros, incluyendo las penalizaciones por incumplimiento de compromisos contractuales.
Ante todo ello, Carles Salesa se hacía otra pregunta: “¿Es el tecnólogo tu salvación o tu perdición?”. Pues todo depende de si se producen planteamientos inadecuados a las necesidades reales del cliente.
Con la idea de dar una respuesta ajustada a los requerimientos del cliente, el director del Consorcio de Residuos del Maresme mencionaba algunos factores que conviene siempre tener en cuenta:
- Tener las ideas claras desde la fase inicial de proyecto.
- Reparto justo de los riesgos.
- Minimizar incertidumbres.
- Empleo de tecnologías consolidadas en ese cambio de concepto de residuo a recurso.
- Necesidad de establecer una visión estratégica de los proyectos.