Una prueba del CITA muestra la utilidad de los drones en los pastos de montaña para ganado ovino
La Finca Experimental de La Garcipollera del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) ha desarrollado durante este verano una acción demostrativa para evidenciar la utilidad de los drones en la gestión de rebaños de ovino en distintos tipos de pasto. El CITA ha aportado sus rebaños, instalaciones y conocimientos sobre el manejo de los animales en sistemas ganaderos extensivos, de la mano de sus investigadores de la Unidad de Producción y Sanidad Animal, Javier Ferrer e Isabel Casasús, y del personal técnico de la Finca Experimental La Garcipollera. El grupo Delsat, dirigido por Daniel Yuste, ha aportado su experiencia como empresa operadora de drones, especializada en filmación aérea audiovisual para trabajos técnicos y científicos, como el proyecto Pharmadron para el transporte farmacéutico en áreas rurales.
El testaje se ha realizado en las condiciones tradicionales de manejo de la montaña pirenaica, donde los rebaños suelen aprovechar pastos de fondo de valle en primavera y otoño y pastan durante el verano en puertos de montaña, con un manejo muy diferente en ambas zonas. Los pastos de fondo de valle suelen presentar una orografía suave, estar muy parcelados y más o menos cercanos a las explotaciones, por lo que el pastoreo se realiza mediante cercados o guiados por el pastor. Los pastos de montaña, por el contrario, presentan gran extensión y una orografía mucho más abrupta; en ellos los rebaños suelen pastar libremente, con visitas periódicas y frecuentes de los ganaderos para su vigilancia y cuidado.
Los equipos se testaron inicialmente en praderas de fondo de valle (950 metros de altitud, 2,5 hectáreas de superficie llana) en primavera. En ellos el rebaño respondió de inmediato ante el estímulo, pilotado a distancia por un operador conocedor de las estrategias necesarias para dirigir a los animales. Pasado un cierto tiempo de vuelo, se detectó una habituación del rebaño a la presencia del dron, por lo que se valoró añadir un dispositivo de amplificación de sonido emulando el ladrido de un perro para ejercer mayor intensidad de respuesta, que actualmente se encuentra en proceso de desarrollo.
Durante el verano, el testaje se realizó en pastos herbáceos de montaña, sobre una superficie aproximada de 700 hectáreas, con una altitud entre 1.600 y 2.400 metros, aprovechada por un rebaño de 250 ovejas. El control se realizó desde un único punto, el más elevado, con buena visibilidad (y línea de comunicación con el aparato) sobre prácticamente todo el territorio, y con una distancia máxima de 3 kilómetros a los puntos a controlar. Por un lado, en apenas una hora se revisó toda la superficie pastada por el rebaño, comprobando el estado de los puntos de agua, zonas de distribución de sal, y líneas y baterías de los pastores eléctricos que delimitaban el perímetro pastable. El dron superó durante este vuelo más de 2.000 metros de desnivel de subida y las correspondientes bajadas, lo cual considerando un ritmo aproximado de 400 metros/hora en ascenso y 600 metros/hora en descenso habría supuesto en torno a 8 horas a pie. El aparato pudo acercarse a las infraestructuras para valorar su estado desde la pantalla con suficiente precisión: agua corriente en los bebederos, bloques de sal remanentes en los saladeros, continuidad del hilo eléctrico, etc.
Como conclusión, los drones han demostrado ser una herramienta muy útil para mover y dirigir al ganado, revisar el estado general de los animales y los pastos, así como comprobar las condiciones de cercados, saladeros y abrevaderos. El reciente desarrollo de estos equipos ha hecho que ganen en versatilidad manteniendo un coste asequible, tanto del aparato como de la licencia de uso, aunque hay que considerar las posibles restricciones legales de vuelos que pudieran darse en ciertas épocas o en zonas protegidas. Estos equipos pueden contribuir a reducir notablemente la dureza del trabajo en estas condiciones, y sin llegar a sustituir la labor de gestión del pastor ni la del perro, permiten complementarlas reduciendo el esfuerzo y aumentando la eficiencia en el trabajo.