"La sostenibilidad va a suponer un incentivo para nuestros cultivos locales y una oportunidad de diferenciarnos no sólo en el campo, sino en toda la cadena de suministro"
Entrevista con Mercedes Ruiz, directora de Aestivum
El mercado de materias primas agrarias está evolucionando en consonancia con los criterios de calidad y los estándares productivos que demanda la industria agroalimentaria. Las empresas del sector no son ajenas a las preferencias de los consumidores, como tampoco lo son a las tensiones geopolíticas y los condicionantes climáticos que afectan a las cosechas y, por tanto, al flujo de mercancías en unos canales de comercialización plenamente interconectados en la actualidad. Para desbrozar el complejo sistema donde se opera con las commodities agrícolas y arrojar luz sobre lo que está por venir, acudimos a los expertos de Aestivum, encabezados por su directora, Mercedes Ruiz.
La certificación de cereales como garantía de calidad de las materias primas utilizadas en panadería o en la industria cervecera es una tendencia que parece ganar peso en el mercado. ¿En qué medida el sector productor español puede beneficiarse y retener el valor añadido de las cosechas en los mercados?
Los cereales de 'calidad' y con unas propiedades específicas para algunos usos (cebadas de maltería, trigos harineros, cereales ecológicos, trigos duros para hacer sémolas), bien seleccionados y trazados, pueden recibir primas importantes en nuestros mercados, según la situación de la oferta, ante una demanda que no deja de crecer. No hay que olvidar que el mercado español está íntimamente ligado al de importación, y que nuestro precio siempre va ligado a los precios de reposición (el precio de lo que me costaría 'reponer' una determinada mercancía). Sin embargo, el tener el cereal 'a mano', cuando hay problemas logísticos nos trae muchas veces posibilidades de percibir también una prima de disponibilidad.
Este mercado de calidad ha supuesto importantes oportunidades en años anteriores por ejemplo para los trigos duros, en años que hemos visto estropearse la cosecha de Canadá (principal exportador mundial).
En concreto, ¿qué oportunidades ofrece el mercado para producciones alternativas como la cebada para maltería? ¿Cuál es la demanda y qué potencial de crecimiento tiene este mercado en nuestro país?
Las cebadas de maltería suponen un consumo de unas 700-750 mil toneladas en España, de cebadas de unas variedades y unas calidades específicas para el proceso (el grano de cebada germina y se tuesta para convertirse en malta). Para ello requiere tener un calibre, una capacidad germinativa y una determinada proteína, por lo que los productores y acopiadores perciben una prima sobre la cebada pienso.
El objetivo de nuestras malterías sería poder abastecer el 100% de la demanda con cebada española, pero en un año de sequía como el pasado y con problemas de calidad en muchas zonas esto no ha sido posible. Se ha tenido que importar, por lo tanto, cebada de otros países de Europa (Alemania, Francia...).
La situación de la cebada en Europa, donde la producción cayó un 15% y el consumo sólo se redujo un 6% respecto a la campaña anterior, ha dejado la situación bastante ajustada, haciendo que los malteros y cerveceros se hayan visto forzados a depender de las reservas que acumularon durante la campaña 2022/23. La abundante producción de cebada cervecera de invierno ha ayudado a compensar la escasez de cebada de primavera, así como la caída de más del 53% de las exportaciones debido a la competencia de la cebada maltera argentina, canadiense y australiana.
Pero a pesar de ello, los inventarios finales siguen en déficit para la campaña 2023/24. Esto ha hecho que se hayan llegado a pagar primas tan altas en Europa como 130 eur/tm para la cebada de primavera y 30 eur/tm para la de invierno, con un diferencial entre ambas que se ha mantenido muy elevado toda la campaña. Estas primas tan altas, indican la falta de disponibilidad de cebada maltera.
Esperamos que la cosecha de cebada en España mejorará sustancialmente (de 3,5 millones de toneladas en el 2023, se habla de 8 millones para el 2024) y por lo tanto todo apunta a que las primas no serán tan elevadas, aunque todavía desconocemos si las calidades van a ser las adecuadas, tanto aquí como en Europa, y no sería la primera vez que exportamos cebada.
"El papel de las industrias, y su sensibilidad con los distintos eslabones de la cadena a la hora de pagar precios 'justos' por la trazabilidad, la separación de las calidades, y de garantizar la utilización de estos cultivos a pesar de que también consuman los de importación, muchas veces a través de las siembras contratadas, es esencial para que todo funcione de una manera profesional".
En el caso de los cereales con sello ecológico, ¿es factible su cultivo y comercialización a gran escala en países como España?
Es factible, aunque conlleva un aumento de costes en insumos y/o un cambio en las prácticas agrícolas (agricultura regenerativa, etc.) que dificulta la introducción en el mercado, así como la competencia con el cereal de importación o no ecológico. De hecho, hay algunas explotaciones con prácticas de cultivo ecológico, no reconocidas como tales. Por ello, la factibilidad dependerá de si se impulsa la obtención de este sello mediante el pago de una prima o el abono del diferencial de costes, algo que ya han empezado a hacer algunas marcas en el mercado.
Sin embargo, según indicó el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, durante su intervención en el Congreso Europeo de Producción Ecológica a finales de 2023, durante el año 2022 la superficie dedicada a la producción orgánica en España se incrementó en un 1,5%, hasta situarse en un total de 2.675.331 de hectáreas, siendo Andalucía la comunidad que dispone de más superficie de cultivo ecológico. Ello equivale a un 11% de la superficie agraria útil del país. Con ello, España se sitúa entre los 10 principales productores por superficie, tanto de la UE como del mundo. Los cereales pierden fuelle, contra el aumento de superficie de plataneras y frutales tropicales (+15%), seguidos de cultivos industriales y frutos secos (+10%) y de plantas cosechadas en verde para alimentación animal. Y es que nuestro cereal tiene que competir en el mercado de exportación con otros países europeos, con unas primas que se han erosionado en los últimos años al subir los precios del cereal convencional, y más disponibilidad en otros lugares de Europa.
Debemos tener en cuenta que España es un actor clave para cumplir con el objetivo de que el 25% de la superficie agraria se destine a la producción bio en 2030, punto detallado en el Pacto Verde Europeo. Por tanto, si bien está lejos su cultivo y comercialización a gran escala a menos que se creen incentivos económicos, lo más probable es que la superficie cultivada con cereal ecológico en España vaya en aumento con el paso de los años.
Otro de los cultivos que parece cobrar atractivo en estos mercados es el trigo duro. ¿Cuál es su situación actual y qué rentabilidad puede ofrecer a los productores?
Durante los últimos 9 meses los precios del trigo duro han ido cayendo, a pesar de la mala cosecha canadiense de este año (Canadá es el primer exportador de trigo duro mundial), principalmente por las importaciones 'sorpresa' que nos han llegado, especialmente de Turquía. Y es que, en lo que llevamos de esta campaña, Europa ha importado 700 mil toneladas de trigo duro de origen turco.
Para la nueva campaña se espera que la cosecha canadiense se recupere hasta los 5,5 Mt, 1,5 Mt más en un año, y debemos destacar que Turquía y Rusia esperan volver a tener unas buenas producciones, siendo este año dos de los exportadores clave del mercado mundial.
También por ahora las buenas precipitaciones en Andalucía, la mayor zona productora de España, hacen presagiar una buena cosecha en España, de más de 700 mil toneladas si promediamos las distintas fuentes. Además, con unos buenos rendimientos, la rentabilidad seguirá siendo interesante, con precios en torno a los 300 eur/tm para el trigo duro español de buena calidad, y al mismo precio en origen para el Sur de Francia (hay que contar unos 25 eur/tm de portes hasta la zona del Noreste de España), a mediados de mayo.
En su opinión, ¿qué papel juegan las industrias y las empresas especializadas en el comercio de materias primas en la cadena de valor de estos cereales que hemos comentado?
El papel de las industrias, y su sensibilidad con los distintos eslabones de la cadena a la hora de pagar precios 'justos' por la trazabilidad, la separación de las calidades, y de garantizar la utilización de estos cultivos a pesar de que también consuman los de importación, muchas veces a través de las siembras contratadas, es esencial para que todo funcione de una manera profesional. Tenemos muchos ejemplos de marcas conocidas (y otras que no lo son tanto), que velan por toda la cadena de suministro española año tras año, y trabajan directamente incluso con casas de semillas para la genética, potenciando y primando los cultivos en España. Esto sería válido para el trigo duro, las cebadas de maltería, trigos harineros y el cereal ecológico...
Todo lo que nos viene ahora con los requisitos de sostenibilidad que van a premiar las prácticas de cultivo que ahorren emisiones de dióxido de carbono -como el no laboreo y el uso de fertilizantes bajos en emisiones, entre otras- también va a suponer un incentivo para nuestros cultivos locales y una oportunidad de diferenciarnos no sólo en el campo, sino en toda la cadena de suministro (transporte bajo en emisiones).
¿Los canales y plataformas online son un cauce adecuado para la comercialización de materias primas agrarias?
Si bien el intercambio de información y las buenas prácticas se puede realizar a través de canales online, el mercado de las materias primas agrarias sigue otorgando un gran valor a la confianza, la generación y el mantenimiento de relaciones, etc. Y esto es algo que se cultiva en eventos, reuniones y comidas presenciales. Ha sido muy llamativo como después de la pandemia, en la que todos nos vimos obligados a trabajar online, y a pesar del gran avance de los medios digitales, todos estábamos deseando volver a encontrarnos.
De hecho, el mercado de materias primas agrarias debería mostrar con orgullo que aún se generen acuerdos de palabra y se respeten a pesar de lo que ocurra luego, como por ejemplo que la volatilidad del mercado modifique los precios y el acuerdo se haya convertido en una mala operación para alguna de las partes. Esto ocurre por la generación de relaciones humanas que no sería posible crear a través de canales y plataformas online. Además, todos los matices de una operación, las ganas de vender o no, la calidad o localización exacta son difíciles de plasmar online, y los operadores prefieren al menos una conversación telefónica.
Por eso, aunque la digitalización del sector y el uso de canales y plataformas online es necesario, se tendría que ver como un complemento, no como un sustituto de la presencialidad.
¿Cómo están influyendo las innovaciones tecnológicas como la Inteligencia Artificial en la venta y distribución de cereales?
El desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) está siendo exponencial y se están mostrando muchas aplicaciones que se generan en múltiples campos: diagnósticos médicos, reconocimiento de emociones, etc.
Si bien es previsible que vayan surgiendo innovaciones, como el transporte por drones, que abaraten costes, a fecha de hoy su aplicación sería más indirecta, mediante la obtención y gestión de información como el monitoreo de cultivos, o sobre lo que ocurre en los mercados para redactar informes, o el análisis de documentos complejos (legislaciones, etc), que por supuesto tienen un impacto en las estrategias de venta y distribución de los agentes que operan en el mercado de cereales. En mi humilde opinión, de ahí a que una 'máquina' pueda tomar decisiones de compra o de venta todavía estamos lejos.
Sin embargo, como estamos viviendo, esto podría dejar de ser cierto mañana, ya que la inversión en desarrollo de soluciones basadas en IA es elevada y, buena suerte o mala suerte, estamos experimentando cambios e innovaciones a gran velocidad.
En cuanto a la evolución del mercado nacional, teniendo en cuenta que lo más probable es que estemos ante una cosecha de cereales 'normalizada' en términos absolutos, ¿qué podemos esperar de cara a los próximos meses?
Lo que pasa en el mercado nacional va a estar directamente relacionado con lo que ocurre en el puerto, sea cual sea el tamaño de la cosecha. Esta campaña de 11 millones de toneladas en España hemos visto una caída de más de 100 euros en los precios de cereal, con las importaciones masivas de Ucrania y un excelente funcionamiento (afortunadamente) de toda la cadena (traeremos más de 23 millones de toneladas de cereal, dos tercios de nuestro consumo).
Eso sí, habrá que vigilar una posible corrección a la baja de los precios durante el verano (julio-agosto en cosecha de trigo del Hemisferio Norte y agosto-septiembre para el maíz), si se materializa una buena cosecha de maíz en Brasil y EE UU, y de trigo en Rusia -y no se estropea más la europea-. Y, por supuesto, si continúa la fluidez de las importaciones de Ucrania, que suponen más de dos tercios del maíz que llega a Europa y más de la mitad del trigo que llega a España.
¡Y cuidado con lo que hacen los fondos de inversión! Como venimos comentando en los diferentes foros y artículos, nunca hay que subestimar las posiciones de los fondos de inversión, algo que seguimos, y que 'cubrimos' mediante seguros de precio con nuestros clientes.